Capítulo 69

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Febrero de 1956                      
Parte 3               

Despertarse fue muy desorientador. No le avergonzaba decir que se había desmayado en algún momento de la noche anterior, así que encontrarse en la cama cuando lo último que recordaba era estar abrazado a Ry y Rian en el salón casi le hizo perder el control. Casi, porque había despertado accidentalmente a Orion y el hombre lo había calmado, con suaves caricias y palabras que lo devolvieron al presente.

(Y podía admitir que sentir a Hadrian acurrucado a su lado también era muy relajante, flexible, cálido y enraizante).

Odiaba compartimentar por una razón, aunque lo de ayer había sido... Había sido necesario, no estaba tan bien como había pensado, y no había estado preparado para estar sin Orión y Hadrian en aquella situación. No dependía de ellos, pero encontrarse sin apoyo en una situación tan estresante no había sido bueno para él.

Le había mencionado a Orión que necesitaba programar una sesión de terapia extra lo antes posible, porque no quería quedarse estancado, y Orión le dijo que podía programar una para la próxima semana. Después de que volvieran de su viaje.

Lo que le hizo pensárselo dos veces, porque no había ningún viaje planeado.

Resumiendo, había un viaje de una semana a China planeado, y su  Traslador estaba fijado para las 8.00 a.m. (tenían una sola hora para prepararse, porque por qué no) ya que serían las 3 p.m. en Beijing.

-¿Por qué no me lo han dicho antes?-. Preguntó muy molesto.

-Es una sorpresa, sólo te lo digo ahora para que revises tu baúl y te asegures de que Hadrian y yo empacamos todo bien para ti. Un vistazo rápido, no te vas a llevar todo tu vestuario, solo va a ser una semana". Dijo Orión, señalándolo con el dedo índice. "Y tienes tiempo suficiente para ducharte y vestirte. Todavía no vamos a desayunar, podemos tomar algo cuando lleguemos al Hotel-.

-¿Es un buen sitio, al menos?-.

-La suite del último piso de un hotel de 5 estrellas en el centro de Pekín, uno internacional gestionado por la ICW, porque ninguno de nosotros sabe chino así que sería ineficiente ir a uno local-.

-¿Y los traductores?-.

Los conseguiremos en la Agencia Internacional de Viajes cuando lleguemos allí. Abraxas, yo sí sé planear bien un viaje-.

Abraxas tarareó, asintió y se levantó de la cama, dejando que fuera Orión quien despertara a Rian. No había tiempo que perder. Se preguntaba qué harían una semana entera varados en otro país, pero iba a considerar aquello unas merecidas vacaciones de sus parientes.

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Resulta que era difícil acostumbrarse a las diferencias horarias. A pesar de querer salir y disfrutar del primer día de su viaje, pasar de la madrugada a la noche en menos de diez minutos no era nada bueno para el cuerpo.

Hadrian se alegró de que hubieran decidido comer al llegar al hotel, un almuerzo ligero para acostumbrarse más rápido a la diferencia en lugar del desayuno. Al final, habían decidido quedarse en la habitación del hotel para relajarse y dejar que Abraxas terminara de calmarse de su medio desastrosa fiesta de cumpleaños.

Orión se había pasado horas sonriéndole a Abraxas a la cara mientras el rubio intentaba -y fracasaba- adivinar lo que iban a hacer. Y al mismo tiempo Abraxas enviándole miradas, como si hubiera hecho algo de lo que estaba muy satisfecho pero sabía que a Hadrian no le gustaría.

Realmente le gustaría saber de qué se trataba, pero había decidido posponer ese particular dolor de cabeza para cuando regresaran a casa.

-¡¿Pero adónde vamos?!- Abraxas se quejó a Orión.

THE MISSING PARTS OF HISTORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora