THE MISSING PARTS OF HISTORY

Capítulo 25

2/7/1954                                              

Hadrian no había podido dormir nada. Llevaba horas funcionando en automático y tal vez eso no fuera bueno, pero en su defensa ni Orión ni Abraxas habían vuelto el día anterior. Había entendido que tenían que hablar y no interferiría, de hecho estaba agradecido de que Orión se hubiera ofrecido a gestionarlo en su lugar.

Había seguido investigando sobre pociones, había cenado y había ido a trabajar con normalidad. Esperaba -(esperaba, en realidad)- que alguno de los dos estuviera de vuelta cuando él llegara al apartamento, pero cuando llegó la medianoche, ya no podía mantenerse despierto y se había ido a la cama. Sabía que al menos tenía que intentar dormir unas horas regularmente, así que lo intentó. Y lo intentó. Y siguió intentándolo.

Pero había demasiado espacio libre en la cama. Hacía demasiado frío. Demasiado silencio. Demasiado nada. Demasiado poco todo. Había renunciado al sueño cuando los primeros rayos de luz aparecieron por la ventana del dormitorio.

Tenía el estómago hecho un nudo y no sabía qué hacer. Sabía lo que le faltaba, por supuesto. Hacía mucho tiempo que no estaba solo, siempre haciendo alguna que otra cosa rodeado de gente y vivir con Orión y Abraxas le había desacostumbrado. Sabía que no debería haberse dejado llevar tanto que no sabía cómo funcionar correctamente por su cuenta.

De nuevo, en su defensa, era la primera vez que tenía un hogar que le gustaba y vivía con gente que no lo trataba como basura. Había sido un error, obviamente. No es que fuera culpa de Orión o Abraxas, pero necesitaba arreglarlo. No podía ser tan necesitado o dependiente, eso sería un desastre a largo plazo, y aunque los hombres mayores eran sus amigos, también tenían sus propias vidas, este arreglo que de alguna manera habían hecho no duraría para siempre. En realidad, sólo duraría un par de años más, si acaso, ya que le estaban ayudando tanto a estudiar. Probablemente sólo querían ver eso antes de abandonarlo a su suerte. No podían poner sus vidas en pausa sólo por él.

Sobre todo Orión, que se había ofrecido para ayudarlo. Pero honestamente, Adriano ya estaba acostumbrado a esta década. No era el que más sabía, pero para cuando pasara todos sus N.E.W.T. eso sería diferente.

Se mordió el labio. Tenía que empezar a pensar en el futuro, no sólo en sus estudios inmediatos. Preparando el desayuno -(demasiado temprano, pero algo ligero antes de salir a correr no le vendría mal, podría prepararse un desayuno de verdad al volver)- sopesó sus opciones.

Le gustaba estudiar magia, la maravilla que había encontrado en ella volvía con fuerza después de tanto tiempo aprendiendo de verdad en lugar de intentar sobrevivir a la siguiente catástrofe en la que se había convertido su vida. Pero estudiar no lo mantendría, incluso si su trabajo a tiempo parcial en la cafetería de la biblioteca no estaba mal, ciertamente no le daría suficiente dinero una vez que tuviera que empezar a ocuparse de sus propias finanzas.

Podía mudarse a una zona más barata, pero le dejaba mal sabor de boca, le gustaba mucho el apartamento. Seguramente a Orión no le importaría que se quedara y le pagara poco a poco. Sabía que ya le debía al hombre una fortuna y media, pero no decía que no le pagaría nada. Bueno, Orion nunca había pedido nada a cambio, pero eso era de esperar, el hombre era rico como el infierno, por lo que probablemente no era nada para él.

Suspiró. Tal vez podría conseguir una maestría. La gente con maestrías recibía buenas ofertas de trabajo en todas partes, Orión lo había dicho, pero Hadrian no era particularmente bueno en nada excepto en defensa y vuelo. Por supuesto, volar estaba descartado, los jugadores profesionales de Quidditch eran demasiado públicos y Hadrian no se sentía cómodo volviendo al estatus de celebridad, de todas formas no debería llamar la atención de la gente así, aunque echara de menos volar.