Capítulo 7: Living Arrangements

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16/8/1953                                

-No me has comprado un apartamento-. Afirmó, lívido. ¿Cómo demonios iba a pagar esto? Black, por supuesto, se burló. Lo miró, fulminándolo con la mirada.

-Por supuesto que no. Lo compré para mí, sólo serás tú quien lo use por el momento-.

Se quedó boquiabierto. ¿Estaba escuchando sus propias palabras? ¡¿No acababa de mudarse a Grimmauld Place?! Se obligó a respirar. No sabía cuántas veces Black había hecho algo así en la semana y media que llevaba conociéndolo.

No podía creer que esta fuera su realidad, ¡¿cómo o cuándo había sucedido?! Tal vez había comenzado cuando habían ido a Gringotts, nueva historia de fondo en su lugar y listo para ser utilizado. Black había pedido ver a su gestor de cuentas después de saludar a uno de los cajeros y, tras llegar por fin a la oficina, procedió a pedir que le redactaran una cantidad absurda de papeleo legal.

-¿Cuándo necesitaré siquiera un pasaporte? ¡Yo no viajo! Cuesta cincuenta galeones-.

-¿Y? Nunca se sabe. No me acusarán de hacer un mal trabajo. Ahora firma esto con tu nuevo nombre-. Respondió el hombre mayor, dándole a la fuerza una pluma de sangre y moviéndole el brazo cuando Harry no lo hizo por sí mismo. Firmó, su nuevo nombre era Hadrian Antioch Evans, un mestizo criado por sus parientes muggles tras la prematura muerte de sus dos padres. Black había insistido en que mantuviera su historia original con mínimos ajustes para que no se equivocara. -Bien, recuérdame que te enseñe cómo sostener realmente una pluma. Y cómo escribir con ella, tu letra es de gallina. ¿Qué eres, un plebeyo?-.

-¡No hay nada malo en mi forma de escribir!- Dijo, ofendido. Le había costado siglos llegar al nivel en el que estaba. Al menos ahora podía leer lo que escribía.

-Claro que no-. Dijo Black, distraído. Fumaba en silencio. -Ahora esto. Es un formulario en el que aceptas ser apadrinado por mí hasta que apruebes tus N.E.W.T.s. Así nadie nos cuestionará si nos ven pasar mucho tiempo juntos-.

-¿Por qué necesitamos eso? No planeo que me vean en absoluto. No debería estar aquí-.

-Ningún plan dura más allá de la primera vez que se pone en marcha. Una docena de personas ya deben haberte visto viniendo aquí conmigo-. Sintió que se ruborizaba. Black sonrió satisfecho y le dio otro largo pergamino. -Esto jura que todo lo que le hemos dicho al duende es la verdad, y al mismo tiempo es un voto de secreto. Nada de lo especificado en él será repetido a nadie que no sea de los conocidos-.

Volvió a firmar. Le picaba la mano.

O tal vez había sido la ridícula compra a la que le había obligado Black, aunque no hubiera tenido la opción de negarse. Lo habían hecho unos días después de Gringotts porque sentía que la cabeza le iba a explotar de todo lo que estaba pasando y que no podía parar ni controlar.

-¡No necesito tanta ropa!-.

-Claro que la necesitas. No hemos tenido ya esta conversación?-. Dijo Black. -Y yo que pensaba que aprendías rápido-.

Se burló del tono del Heredero Black.

-Ni siquiera llevo túnica. ¿Por qué iba a necesitarlas?-.

-Porque eres un mago y a veces es necesario pasar desapercibido y actuar como tal. No es que te obligue a llevarlas en tu vida diaria-.

-Eso es una estupidez-.

-Lenguaje-. Dijo Black, enviándole un hechizo punzante que apenas pudo esquivar. -Dije que los necesitas. Yo soy el que paga. Los estamos comprando, y esto llevaría mucho menos tiempo si dejaras de quejarte y empezaras a probártelos-.

THE MISSING PARTS OF HISTORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora