Capítulo 54

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Septiembre de 1955                                      

No había dormido nada. En realidad era culpa suya, así que no podía quejarse. Sinceramente, la próxima vez que bebiera más de diez tazas de té se noquearía a sí mismo en lugar de esperar a que su cuerpo se relajara.

Giró la cabeza, dejando escapar una suave exhalación cuando Hadrian se apretó más contra su costado, con el brazo izquierdo alrededor de su torso en un abrazo apretado pero no demasiado restrictivo, aún dormido. Abraxas tenía razón, se sentía ingrávido. Supuso que lo mejor de esperar lo peor era que sucediera algo bueno.

Su brazo estaba atrapado bajo el adolescente, y tal vez un poco dormido, pero tenía suficiente control para moverlo, rodeando suavemente la cintura de Hadrian. No le importaba lo cansado que estuviera, haría esto un millón de veces más si le dieran la oportunidad.

Unas tres horas después -(ya no sentía el brazo ni el hombro, y necesitaba desesperadamente ir al baño)- Hadrian se despertó. Estaba a punto de pedirle al adolescente que por favor lo dejara ir cuando escuchó un gemido bajo y el adolescente se escondió más cerca, ocultando su rostro para huir de los pocos hilos de luz que entraban por la ventana. Debería haberlas cerrado anoche, a Hadrian le gustaban las contraventanas opacas que tenían por una razón. Principalmente porque odiaba la luz en la cara a primera hora de la mañana, Orión podía entenderlo.

Con un suspiro, cogió su varita y cerró las cortinas, recibiendo un zumbido de agradecimiento.

-Rian, por favor, puedo volver y ser tu almohada en un rato, pero tengo que irme, un hombre sólo puede aguantar hasta cierto punto-.

El adolescente tuvo que forcejear un poco y refunfuñar, pero le dejaron marchar, aunque tuvo que prometer que volvería directamente a la cama.

Mirándose en el espejo, con la puerta cerrada para que la luz no molestara a Hadrian, ni siquiera le importó que Abraxas se quejara de las ojeras y tratara de intimidarlo para que durmiera más.

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-¿Brax?-.

-¿Sí?-.

-¿Por qué Orión y tú no empezaron a salir desde el principio? Es raro que hayas esperado tanto-.

Abraxas resopló, divertido. -¿Por qué habríamos de hacerlo? No queríamos ser pareja, sino parte de una tríada. Claro que aún podrías negarte y yo me lo pensaría, si Orión estuviera de acuerdo, pero no iba a rendirme antes de que ocurriera. Igual que pensaría en intentarlo contigo si la situación fuera al revés y Orión el que estuviera en tu lugar-.

-De acuerdo-. Pero Abraxas no escuchó.

-Además, creo que no lo hemos mencionado, ahora mismo no estoy mentalmente estable como para entablar ningún tipo de relación. Creo que no lo mencionamos porque no estamos en un punto en el que necesitáramos considerarlo un problema, pero es la verdad-.

Parpadeó. Oh, él... él no había considerado eso.

-Lo siento-.

-No pasa nada, el primer paso es reconocer que el problema existe, ¿no? Ya estoy trabajando para mejorar, así que poco puedo hacer a corto plazo-. Dijo Abraxas, sonriendo alegremente. -Toma, coge esto, es un buen diseño, ¿no crees?-.

Cogió el dibujo, un nuevo conjunto de joyas que Abraxas probablemente se atrevería a hacerle, junto con él venían las instrucciones sobre qué tipo de runas y encantamientos tenía que añadir a las tres piezas diferentes.

A diferencia de Orión, Abraxas no se molestaba en obligarlo a hacer un proyecto para sus N.E.W.T.s, sólo lo "retaba" a hacer cosas, y luego él tenía que averiguar cómo hacerlas por su cuenta.

THE MISSING PARTS OF HISTORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora