No me extrañes tanto Fernández.

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Cuando íbamos de camino a mi hotel no paramos de hablar de todo, una de las cosas más interesantes que le conté, fue sobre Enzo.

Cuando llegamos a el hotel tocó presentarlos, e inmediatamente me arrepentí de haberle contado todo a Isa, sabía que haría lo que fuera para que Enzo se diera cuenta de lo que pasaba.

Cuando Isabela y Julián se conocieron, fue un momento lleno de energía y curiosidad. Isabela, con su sonrisa radiante y su personalidad abierta, se acercó a Julián con entusiasmo.

Julián, con su estilo relajado y su sentido del humor, la recibió con una sonrisa amistosa. -¡Hola! ¡Bienvenida!-, le dijo, mientras le extendía la mano.
Isabela se la estrechó con firmeza. -Hola, un gusto- , respondió, mirándolo con interés.

Enzo y yo observamos la escena, sonriendo. Era evidente que Isabela y Julián iban a llevarse bien.

Por otro lado cuando la presente con Enzo el estaba sentado en el sofá, jugando con su teléfono, y el se levantó para saludar.

-Hola- dijo Isabela, extendiendo su mano.
-Hola, soy Enzo- ,dijo con una sonrisa amistosa.
Isabela se presentó y se sentó en el sillón junto a mi . -así que vos sos Enzo-,  dijo, -escuché mucho de vos-.
Enzo se rió y se sentó en el sillón justo frente a mi, -espero que sean cosas buenas-, dijo mientras me miraba y sonreía.

La conversación fluyó con facilidad, y los cuatro charlamos sobre todo tipo de temas. Isabela mencionó a lo mucho que extrañaba estar conmigo.

Con Enzo nos miramos sorprendidos al ver que la conexión entre Isabela y Julián fue inmediata. Se rieron juntos, compartieron historias y se mostraron interés el uno en el otro. Fue como si se conocieran desde hace años.

Por otra parte, Isabela trataba de unirme con Enzo, tirándole palitos y haciendo bromas para insinuar que hacíamos una buena pareja.

Me reí y me sonrojé un poco, sintiendo que Isabela estaba tratando de empujarnos a Enzo y a mí a estar juntos. Enzo, por su parte, se rió y me miró con una sonrisa cálida, como si estuviera disfrutando de la situación.

-Isabela, vos siempre con tus cosas raras- dije riendo, intentando esquivar los palitos que me tiraba.

Pero Isabela no se rindió. Siguió tirando palitos y haciendo bromas, tratando de crear un ambiente romántico entre Enzo y yo.

Enzo se acercó a mí y me susurró al oído -Creo que tu amiga tiene razón, Hacemos una buena pareja-
Me reí y miré a Enzo, sintiendo que había una conexión entre nosotros. Isabela siguió tirando palitos y haciendo bromas, tratando de mantener el ambiente ligero y divertido.
-¡Vamos, vamos! ¡Un beso!-, gritó Isabela, riendo, -isabela vos te tomaste algo antes de venir para acá?- dije bromeando.
Enzo se sonrojó un poco, pero me miró con una sonrisa.
De repente, Enzo se acercó a mí y me besó suavemente en la mejilla. Me sentí un poco sorprendida, pero también contenta.

-gracias por el beso, ahora mi amiga va a quedarse un poco más tranquila- le dije, sonriendo, y intentando no demostrar los nerviosa que estaba.
Enzo se rió y me miró con una sonrisa cálida. -De nada-, dijo. -creo que Isabela está contenta- .

Miré a Isabela, que estaba riendo y aplaudiendo. -Lo sabía! ¡Hacen una gran pareja!-, gritó. Y Julián reía.

Después de un rato los chicos tuvieron que irse, saludé a Julián así nomás ya que el parecía interesarle mas saludar a Isa.

Enzo se levantó del sofá y se estiró, mirándome con una mirada pícara que me hizo reír. - bueno Maia, fue muy divertido pasar el día con vos, pero ahora, tengo que  irme, pero no te preocupes que voy a volver, mi corazón no puede soportar tanto tiempo sin verte-
Me reí y le di un golpecito en el hombro. -fua, Enzo, sos un verdadero romántico-, le dije riendo -no me extrañes tanto Fernandez,  que mañana me vas a ver otra vez- dije bromeando

Enzo se acercó a mí y me susurró al oído: -sólo con vos soy romántico maia,Sólo con vos-. Me dio un beso en la mejilla y se alejó de mí, mirándome con una mirada juguetona. -Mañana nos vemos mi amor-  dijo guiñándome el ojo, -fuiste un gran anfitriona, y una gran distracción para mi-
Me reí y le hice un gesto de despedida. -chau, Fernández- dije riendo

Enzo se rió y se fue, dejándome con una sonrisa en mi rostro y un brillo en mis ojos. Me encantaba cómo me hacía reír y disfrutaba pasar tiempo con el.

Cuando los chicos salieron de la habitación inmediatamente Isabela me tomo del brazo y me hizo sentarme en el sillón

-Maia, Por favor ay algo raro entre vos y Enzo- dijo Isabela riendo.
-¿Qué quieres decir? No, no hay nada, dije negada a la situación
-Vamos, Maia. No me hagas decirlo. La tensión entre ustedes es como un elefante en la habitación. Todos lo ven, menos vos- dijo Isabela riendo.

Reí nerviosamente y dije -isabela, no sé de qué hablas. Enzo es solo un amigo.-
Isabela se rió y dijo -Un amigo que te mira como si quisiera comerte viva ¡Vamos, Maia! No te hagas la inocente. Hay algo entre ustedes y no es solo amistad-
-Bueno... tal vez un poco. Pero no es nada más que eso, es puras bromas y nada más- dije nerviosa.

Isabela dijo muy animada -¡Lo sabía! ¡Te dije que había algo! ¡Habla, amiga! ¿Qué pasa entre vos y Enzo?-
-Nada, Isabela. Solo... No sé. Es como si hubiera algo entre nosotros, pero no sé qué es.- dije frustrada -bueno, eso es un comienzo. Ahora solo necesitas saber qué es- dijo Isa riendo.

Con Isa fuimos a dormir y yo no podía pegar un ojo, solo de pensar en el partido de mañana, ¡Estaba tan emocionada! Mañana era el partido y no podía parar de pensar en eso. Me sentía como si estuviera en una montaña rusa de emociones, subiendo y bajando sin parar. Un momento estaba ansiosa, al siguiente estaba emocionada, y luego volvía a sentirme nerviosa de nuevo.

Me imaginaba a los jugadores en el campo, luchando por cada balón, y a la multitud de hinchas animándolos con pasión.
Fue como si mi corazón estuviera latiendo más rápido solo de pensar en el partido. No sabía qué iba a pasar mañana, pero esperaba que fuera un día increíble.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora