Te quiero.

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El primer tiempo del partido pasó bastante rápido, pero a pesar de los esfuerzos de ambos equipos, no se logró ningún gol. Me sentí un poco decepcionada, pero la esperanza seguía intacta.

El equipo de Argentina había tenido algunas oportunidades claras, pero el portero del equipo contrario había hecho algunas jugadas increíbles para evitar que el balón entrara en la portería. Por otro lado, el equipo contrario también había tenido algunas oportunidades, pero la defensa argentina había sido sólida.

A pesar de que no se había logrado ningún gol, el partido había sido emocionante y había tenido un buen ritmo. Me sentía emocionada de ver qué pasaría en el segundo tiempo.

Mientras el árbitro pitaba el final del primer tiempo, me levanté de mi asiento y aplaudí junto con el resto de la multitud. Me sentía emocionada y esperanzada de que Argentina pudiera marcar en el segundo tiempo.

Camila se volvió hacia mí y me preguntó: -¿Qué te parece? ¿Crees que pueden ganar?-. Me encogí de hombros y sonreí. -Espero que si-, dije. -La esperanza sigue intacta-.

El descanso entre tiempos fue breve, y pronto los jugadores estaban de vuelta en el campo, listos para comenzar el segundo tiempo. Me senté de nuevo en mi asiento, emocionada de ver qué pasaría a continuación.

Solo a los minutos de empezar el segundo ¡GOL DE LA ARGENTINA! ¡No puedo creerlo! El partido estaba siendo tan intenso y emocionante, y de repente, en el primer avance del complemento, Di María hace una jugada increíble y habilita a Lautaro Martínez para que marque el gol.

Me levanté de mi asiento de un salto, gritando de emoción, junto con el resto de la multitud. No podía creer lo que estaba viendo. Lautaro Martínez se recuesta sobre la derecha, enfrenta al portero Gallese y lo bate con un toque por arriba al primer palo. Fue una jugada perfecta, un golazo.

Me abracé con Camila y las demás chicas, gritando y llorando de emoción. No podía creer que Argentina hubiera marcado el gol. La esperanza que teníamos desde el principio del partido se había hecho realidad.

En ese momento, no podía pensar en nada más que en el gol, en la emoción y en la alegría que sentía. Fue un momento mágico, uno de esos momentos que nunca olvidaré..

¡Mi corazón no podia aguantar tanto! Minutos después del primer gol, Argentina tiene otra oportunidad y... ¡GOOOOL! O al menos, eso creí. Me levanté de mi asiento de nuevo, gritando de emoción, pensando que habíamos marcado otro gol.

Pero entonces, vi a los árbitros discutiendo y mirando las pantallas de repetición. Mi corazón se hundió cuando vi que el gol había sido anulado. ¡No podía creerlo! ¿Por qué? ¿Qué había pasado?

Me sentí frustrada y decepcionada, pero traté de mantener la calma. Sabía que el partido aún no había terminado y que todavía había tiempo para marcar otro gol. Pero, ¡eso fue un gol válido! Estoy segura de que fue un gol válido...

Camila me abrazó y me dijo -No te preocupes, Maia, todavía hay tiempo-. Y tenía razón. Todavía había tiempo para marcar otro gol y ganar el partido. Así que me armé de valor y seguí animando a Argentina, con la esperanza de que marcaran otro gol y ganaran el partido.

Entonces pasaron unos minutos y llegaron los cambios siempre es emocionante ver quién entra y quién sale. Y este cambio en particular me tenía muy interesada. Salen Alejandro Garnacho y Giovanni Lo Celso.

Y entonces, vi a Enzo Fernández entrar en el campo. ¡Mi corazón saltó de emoción! No podía creer que él estuviera entrando en el partido.

Nicolás González también entró en el campo, y sabía que era un buen jugador, pero mi atención estaba en Enzo. Quería ver qué podía hacer en el partido.
Después de unos cuantos minutos y un penal errado, pude ver a Enzo en acción y me levanté rápido del asiento, enzo se perdio el gol.
Me sentí como si me hubieran sacado el aire de los pulmones. Enzo había tenido una oportunidad tan clara de marcar el segundo gol, pero había disparado afuera.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora