Sabía que no te habías olvidado de mi.

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Cuando llegué al restaurante, me sentí emocionada de ver a mis amigos y disfrutar de una cena juntos. Pero, al acercarme a la puerta, mi corazón se detuvo. Allí estaba Enzo, parado en la entrada, mirando su teléfono.

Me sentí un poco nerviosa y mi mente comenzó a girar. No esperaba verlo allí, especialmente después de lo que había pasado entre nosotros. Me pregunté si debía dar media vuelta y irme, pero algo me detuvo.

Enzo levantó la vista y nuestros ojos se encontraron. Me sentí un poco incómoda, pero traté de sonreír y actuar con naturalidad. Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla, tratando de parecer relajada.

-Hola-, le dije, tratando de sonar amistosa. -No sabía que ibas a estar aquí-.

Enzo sonrió y me devolvió el beso. -Hola-, me respondió. -Lean me dijo que vendrías. Me alegra verte-.

Me sentí un poco aliviada de que él pareciera relajado y amistoso. Tal vez esto no sería tan incómodo como pensé. Me uní a él en la entrada y juntos entramos al restaurante para unirnos a nuestros amigos.

Me sentí un poco incómoda durante la cena, ya que Enzo no dejaba de mirarme. Me parecía que estaba tratando de llamar mi atención, pero no estaba segura de sus intenciones. Me recordaba a la forma en que me miraba antes, cuando parecía interesado en mí.

Leandro y los demás estaban hablando y riendo, pero yo me sentía un poco distraída por la atención de Enzo. Me preguntaba si estaba tratando de hacerme sentir incómoda o si realmente estaba interesado en mí.

En un momento, Enzo me preguntó sobre mi viaje a Miami y me hizo algunas preguntas sobre mis planes para el fin de semana. Me pareció que estaba tratando de entablar una conversación, pero no estaba segura de qué quería.

Me sentí un poco confundida y no sabía cómo reaccionar. Parte de mí quería ignorarlo y seguir con la cena, pero otra parte de mí quería saber qué estaba pasando en su cabeza.

Después de un rato, Leandro sugirió que fuéramos a un bar cercano para tomar algunas copas. Me pareció una buena idea, ya que podría distraerme un poco de la atención de Enzo. Pero, al mismo tiempo, me preguntaba si Enzo seguiría tratando de llamar mi atención en el bar.

Después de un rato en el bar, decidí salir a caminar un poco para despejar mi cabeza. Me dolía un poco la cabeza y necesitaba un poco de aire fresco. Me disculpe con mis amigos y salí del bar, sin saber que Enzo me seguiría.

Al principio, caminé sola por la orilla del mar, disfrutando del sonido de las olas y la brisa fresca. Me sentía un poco mejor, pero entonces escuché pasos detrás de mí. Me di la vuelta y vi a Enzo caminando hacia mí.

Me sentí un poco sorprendida, pero no dije nada. Enzo se acercó a mí y comenzamos a caminar juntos en silencio. La noche estaba tranquila y el mar estaba calmado, lo que hacía que el ambiente fuera muy relajante.

Después de un rato, Enzo rompió el silencio y me preguntó si me sentía mejor. Le dije que sí, y él me sonrió. Luego, me preguntó si podía hablar conmigo sobre lo que había pasado entre nosotros. Me sentí un poco nerviosa, pero asentí.

Comenzamos a hablar y Enzo me explicó que había estado pensando mucho en mí y que se sentía mal por lo que había pasado. Me dijo que quería disculparse y que esperaba que pudiéramos empezar de nuevo.

Me sentí un poco sorprendida por sus palabras, pero también me sentí un poco aliviada. Me di cuenta de que Enzo estaba siendo honesto y que realmente quería arreglar las cosas entre nosotros.

Me sentí un poco incómoda cuando Enzo se hizo el divertido y me dijo que le alegraba que le hubiera sido infiel a Fernando con él. Me pareció que estaba siendo un poco insensible y no entendía la situación.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora