¿Que significaba el beso en el pelo?.

167 8 1
                                    

Me levanté de la cama, sintiendo una mezcla de emociones confusión, frustración y un poco de tristeza. Decidí que era hora de irme a casa, necesitaba estar sola y procesar todo lo que había pasado con Enzo.

Me puse de pie y comencé a recoger mis cosas, tratando de no hacer ruido para no molestar a Enzo, que aún estaba en el baño. Me sentía un poco incómoda por la situación, no sabía qué había pasado entre nosotros ni qué significaba el beso en el pelo.

Una vez que tuve todas mis cosas, me dirigí hacia la puerta y la abrí sin hacer ruido. Me detuve un momento y miré hacia el baño, pensando en Enzo y en lo que había pasado. Luego, salí de la habitación y cerré la puerta detrás de mí.

Bajé las escaleras, sintiendo una mezcla de emociones después de lo que había pasado con Enzo. Al llegar al comedor, vi que Leandro, Emi, Julián, Rodrigo y Alejandro estaban desayunando y charlando. Me sentí un poco incómoda, no sabía cómo actuar después de la escena en la habitación de Enzo.

Leandro me vio y me sonrió, -Buenos días, Maia¿Cómo estás? -me preguntó. Me sentí un poco avergonzada, no sabía qué decir.

-Estoy bien-, le respondí, tratando de sonreír. Me senté en una silla vacía y traté de unirme a la conversación, pero mi mente seguía en la habitación de Enzo, pensando en lo que había pasado.

Leandro me miró con una sonrisa pícara y dijo -Bueno, Maia, ¿qué pasó con Enzo anoche? ¿Finalmente cediste a sus encantos?-

Emi se rió y agregó -¡Si!, ¿te confesó su amor eterno?-
Rodrigo y Alejandro se unieron a las bromas, haciendo comentarios jocosos sobre si Enzo y yo habíamos pasado la noche juntos.

Me sentí un poco incómoda con las bromas, ya que sabía que Enzo y yo habíamos compartido un momento íntimo, pero no era lo que ellos pensaban. Traté de sonreír y cambiar de tema, pero ellos continuaron bromeando.

-En serio, Maia, ¿qué pasó?- preguntó Leandro, con una mirada curiosa.

Me encogí de hombros y dije: -Nada, solo hablamos un rato-. Pero ellos no se creyeron mi respuesta y continuaron haciendo bromas.

Me sentí un poco frustrada, ya que no quería hablar sobre lo que había pasado con Enzo, al menos no en ese momento.

Julián, que había estado observando la conversación, intervino en mi defensa.  -chicos, déjenla en paz. Enzo estaba muy borracho anoche y Maia solo se quedó por qué Enzo le suplicaba que no lo dejara solo-

Leandro y Emiliano se miraron entre sí, sorprendidos por la defensa de Julián. -¿Qué pasó, Julián? ¿Vos también estabas ahí? preguntó Leandro.

Rodrigo y Alejandro parecieron creer la explicación de Julián y dejaron de hacer bromas. Emiliano y Leandro todavía parecían un poco escépticos, pero no dijeron nada más.

Me sentí agradecida con Julián por defenderme y aclarar la situación. Sonreí y le di las gracias con la mirada. Julián me devolvió la sonrisa y se encogió de hombros, como si dijera -no hay de qué-

Después de la intervención de Julián, decidí que era hora de irme. No quería seguir en una situación incómoda, especialmente con Enzo, que todavía estaba en su habitación y no sabía cómo reaccionaría cuando saliera.

-chicos, me voy-,  dije, levantándome de la silla. -Tengo que irme a casa-.

Leandro y Emiliano se despidieron de mí con un abrazo, mientras que Julián me dio un beso en la mejilla. -Gracias por defenderme- , le dije en voz baja.

Rodrigo y Alejandro se despidieron de mí con un saludo, y me fui del comedor, sintiendo un poco de alivio al dejar atrás la situación incómoda.

Mientras caminaba hacia la salida del hotel, no pude evitar pensar en Enzo y en lo que había pasado entre nosotros. Me sentía confundida y un poco triste, pero sabía que era mejor irme y dejar que las cosas se calmaran un poco..

Salí del hotel y me subí al auto, sintiendo un suspiro de alivio al alejarme de allí. No sabía qué pasaría entre Enzo y yo en el futuro, pero sabía que necesitaba un poco de espacio y tiempo para pensar en mis sentimientos.

Cuando estaba en mi habitación Sonó mi teléfono y vi que era Leam. Contesté y me saludó con su voz amigable.

-Hola, lean. ¿Qué pasa?- le dije.

-Maia, quería hablarte sobre el viaje a Miami. Vamos a ir en unas horas para el partido de mañana- me dijo.

Me sentí un poco sorprendida. No había pensado que viajarían tan pronto.

-Ah, sí. ¿Y qué tal?- pregunté, tratando de sonar interesada.

-Bueno, pensamos que sería divertido si vinieras con nosotros en el avión. Sería una buena oportunidad para pasar un rato juntos antes del partido-, me ofreció Leandro.

Me sentí tentada por un momento. Me hubiera gustado ir en el mismo vuelo y pasar tiempo con mis amigos. Pero luego pensé en Enzo y en lo que había pasado entre nosotros. No quería generar un ambiente incómodo con él.

-Lo siento, Leandro. Creo que no es una buena idea-, le dije, tratando de ser honesta.

-¿Por qué? ¿Qué pasa?- preguntó Leandro, sorprendido.
-No quiero generar un ambiente incómodo con Enzo después de lo que pasó anoche-, le expliqué.

Leandro entendió inmediatamente. -Entiendo. No queremos que te sientas incómoda. Pero si cambias de opinión, ya sabes que eres bienvenida-.
-Gracias, Amigo. Pero creo que es mejor que viaje por separado- , le dije, cortando la llamada.

Colgué el teléfono y me sentí un poco aliviada. Sabía que había tomado la decisión correcta. No quería complicar las cosas con Enzo. Era mejor mantener las cosas simples.

Después de rechazar la invitación de Lean, busqué un vuelo diferente y encontré uno que salía unas horas después del de los chicos. Me sentí un poco aliviada de poder ir a Miami sin tener que preocuparme por la situación con Enzo.

Mientras preparaba mi equipaje, no podía evitar pensar en Enzo y en lo que había pasado entre nosotros. Me preguntaba qué habría pasado si hubiera aceptado la invitación de Leandro, pero sabía que había tomado la decisión correcta.

Llegué al aeropuerto y me subí a mi vuelo, sintiendo un poco de emoción por el viaje. Estaba lista para disfrutar del partido y del tiempo con mis amigos, sin la tensión de la situación con Enzo.

Mientras el avión despegaba, me sentí un poco más relajada. Sabía que había tomado la decisión correcta y que pronto estaría en Miami, lista para disfrutar del fin de semana.

Durante el vuelo de tres horas y media, me sumergí en un libro que había estado queriendo leer desde hace tiempo. Me encanta leer durante los vuelos porque es una forma relajante de pasar el tiempo y olvidarme del entorno. También escuché música y miré un poco de televisión en la pantalla del asiento delantero.

Cuando el avión comenzó a descender, me preparé para el aterrizaje y comencé a pensar en lo que haría cuando llegara a Miami. Había reservado un departamento en un edificio cerca del estadio donde se jugaría el partido, así que sabía que estaría en una ubicación conveniente.

Después de recoger mi equipaje, tomé un taxi y me dirigí al departamento. Cuando llegué, me impresionó lo moderno y limpio que era. Tenía una vista impresionante de la ciudad y estaba muy bien amueblado.

Me instalé en el departamento y comencé a desempacar. Me di una ducha refrescante y me cambié de ropa. Luego, me senté en el balcón a disfrutar de la vista y a planear mi fin de semana en Miami.

Había planeado encontrarme con mis amigos en un restaurante cerca del estadio esa noche. También pensé en ir a la playa al día siguiente, si el tiempo lo permitía.

Después de un rato, me levanté y comencé a prepararme para salir. Me puse un vestido ligero y zapatillas blancas, y me dirigí a la puerta. Estaba emocionada de pasar un fin de semana divertido en Miami con mis amigos.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora