No pude resistirme.

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Después de un rato, me doy cuenta de que estoy empezando a dormirme. Intento mantener los ojos abiertos, pero es inútil.

Enzo me mira y sonríe. -Dormi, Maia- me dice. - Estoy aca-.

Me siento segura y protegida, así que me dejo llevar por el sueño. Me duermo profundamente, sin saber qué pasará cuando despierte.

Enzo conduce en silencio, mirándome de vez en cuando. Me lleva a su casa, donde me cuidará y me hará sentir segura.

Después de un rato, Enzo llega a su casa y me despierto al ver que Enzo lleva a oli, cuado me levanté vi a Enzo acercarse hacia mi, y  cuando menos lo esperaba, enzo me levanto y me llevaba en brazos hasta la habitación. Me acuesta en la cama y me cubre con una manta.

- Dormi, Maia- me dice de nuevo.

Me duermo profundamente, sintiendo la presencia de Enzo a mi lado, y a olí que estaba dormida al lado mio

Cuando me despierto y veo a Enzo sentado en la punta de la cama, mirándome con una expresión suave. Me siento un poco avergonzada por cómo lo había tratado antes, y quiero hacer las paces.

-Enzo-, le digo suavemente, -veni-

Enzo se acerca a mí, y yo lo abrazo fuertemente. -Perdon-, le digo, -lo siento mucho por cómo te traté antes. No fue justo-.

Enzo me abraza de vuelta y me acaricia el cabello. -No tenes que disculparte, Maia-, me dice. -Entiendo que estabas confundida y estresada. No te preocupes por eso-.

Me siento aliviada de que Enzo me haya perdonado tan fácilmente. Me siento agradecida por su comprensión y su amabilidad.

-Gracias, Enzo-, le digo. -Gracias por ser tan comprensivo y amable conmigo-.

Enzo me sonríe y me besa suavemente en la frente. -Siempre voy a estar para vos, Maia-, me dice. -No importa lo que pase-.

Enzo se levanta para irse, pero yo lo agarro de la mano y lo detengo. -No te vayas-, le digo. -Quedate conmigo un rato más-.

Enzo se sorprende un poco, pero luego sonríe y se sienta de nuevo en la cama a mi lado. -bueno-  me dice. -Me quedo-.

Me siento feliz de que Enzo se haya quedado conmigo. Me gusta tenerlo cerca, me hace sentir segura y protegida.

Enzo me mira y me sonríe. -¿Qué queres hacer?-, me pregunta.

Me encogo de hombros. -No sé-, le digo. -Solo quiero que te quedes conmigo-.

Enzo asiente y me toma la mano de nuevo. -Está bien-,  me dice. -Me quedo-.

Nos sentamos en silencio por un rato, disfrutando de la compañía del otro. Me siento feliz y tranquila con Enzo a mi lado.

Lo abrace fuerte y Enzo se recostó al lado de mí, rodeándo me con sus brazos. Me sentía segura y protegida en su abrazo. Olí seguía durmiendo profundamente a nuestro lado, ajena a todo.

Enzo me acariciaba el cabello y me susurraba al oído -Te quiero cerca de mí, Maia-. Me sentía feliz y tranquila con sus palabras.

Me recosté un poco más en su abrazo y cerre los ojos, sintiendo su calor y su protección. Enzo me abrazaba más fuerte y me besaba suavemente en la cabeza.

Nos quedamos así por un rato, abrazados y en silencio, disfrutando de la compañía del otro. Me sentía como si estuviera en mi hogar, como si estuviera donde debía estar.

Después de un rato, siento que se duerme, su abrazo se relaja y su respiración se vuelve más lenta. Me quedo un rato más abrazada a él, disfrutando del calor y la cercanía.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora