Siempre te voy a cuidar.

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Mientras estábamos en el agua, Enzo se acercó a mí y me miró con una sonrisa seductora. -Maia, sos tan hermosa-, me dijo, su voz baja y suave.

Me sentí un poco nerviosa, pero también emocionada. Enzo se acercó más y me agarró la cintura, atrayéndome hacia él. -Me encanta verte sonreír-, me dijo, su aliento cálido en mi oído.

Me sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Enzo se acercó más y me besó el cuello, suavemente. -Quiero verte siempre tan feliz-, me susurró.

Me sentí derretir en sus brazos. El agua nos rodeaba, y el sol brillaba en el cielo. Era un momento mágico, y me sentí completamente atraída por Enzo.

Después del momento intenso en el agua, Enzo me miró con una sonrisa seductora y me dijo -Quiero besarte-.

Pero yo sabía que no podía permitirlo, no allí, con todos nuestros amigos cerca. -Enzo, no podemos-, le dije, tratando de mantener la calma. -No queremos que nadie se dé cuenta de lo que está pasando entre nosotros-.

Enzo frunció el ceño, pero luego entendió. -Tienes razón&, me dijo. -Pero si fuera por mí, ya todos sabrían lo que pasa-
Me reí y le di un golpecito en el brazo.

Enzo sonrió y me abrazó fuerte. -Está bien, Maia. Pero no me hagas esperar tanto, o no voy a poder disimular lo que siento

-¿Y qué sentís por mí?-, le pregunto, mi voz suave pero firme.

Él se detiene y me mira, su expresión seria. Me gusta cómo me mira, como si estuviera tratando de decirme algo sin palabras.

-Siento... mucha admiración por vos-, comienza a decir. -Me encanta tu energía, tu sonrisa, tu forma de ver la vida-.

Me siento halagada, pero también quiero saber más.

-Siento también... atracción-, agrega, su voz bajando a un susurro. -Me siento atraído por tu personalidad, por tu fuerza y tu vulnerabilidad al mismo tiempo-.

Mi corazón late más rápido. Me gusta cómo suena eso.

-Y algo más-, dice, su mirada intensa. -Algo que no puedo explicar del todo, pero que me hace sentir que quiero estar cerca de vos, que quiero protegerte y hacer que te sientas feliz-.

Me siento emocionada, pero también un poco asustada. No sé qué decir.

Él se acerca un poco más, su mirada intensa. -Maia, no quiero sonar apresurado pero, Creo que... creo que me estoy enamorando otra vez de vos-, dice finalmente, su voz llena de sinceridad y vulnerabilidad.

Mi corazón salta de emoción. No sé qué decir, pero sé que me siento igual.

Cuando estaba por hablar puedo escuchar,
-¡Maia! ¡Maia!- grita Tini corriendo hacia mí por la orilla del mar.

-¡Tini! ¿Qué pasa?- le pregunto, sorprendida.
-Te buscan- exclama, sin aliento.

Me vuelvo hacia Enzo, que me mira con curiosidad. -perdon- le digo. -Tengo que irme. Hablamos luego, ¿de acuerdo?-
-Claro- responde Enzo, con una sonrisa.

Sigo a Tini por la playa, preguntándome quién me estará buscando. Cuando veo a lo lejos a los chicos en la reposera y tirados en las toallas, me encuentro con Alejandro y Eva. Pero lo que me sorprende es que al lado de ellos está Apolo, sonriendo como si nada hubiera pasado.

Apolo me saluda con un gesto amistoso y me dice -¡hola Maia!- como si fuéramos amigos de toda la vida. Me siento un poco tensa, pero intento relajarme. Alejandro me ofrece un trago y los rechace, ya que yo quería tomar Fernet. Estuvimos charlando y riendo bastante, y me sorprendia la coincidencia de que Alejandro y Eva conocieran a Apolo.

Mientras me levanté para preparar el Fernet Apolo me hacía compañía y charlamos, no podia evitar mirar a Enzo, que estaba un poco alejado, observando la escena. Y me doy cuenta de que está mirando fijamente a Apolo y a mí, con una expresión de celos en su rostro. Parece estar muerto de celos, y me siento un poco incómoda, ya que no quería que Enzo sintiera que lo había dejado para estar con Apolo.

Estaba hablando con Alejandro y Juli, cuando Apolo se acerca y se une a la conversación. Me sonríe y me empieza a tirar onda, hablando de lo hermosa que estoy y de lo mucho que disfruta mi compañía. Me siento un poco incómoda, pero trato de sonreír y ser amable.

Pero entonces veo a Enzo, que está un poco alejado, mirándonos con una expresión de celos en su rostro. Se acerca a nosotros y me envuelve con su brazo, como si estuviera marcando territorio.

- ¿Qué tal si nos vamos a caminar un rato? - me susurra al oído, mientras me aprieta ligeramente contra su cuerpo. Puedo sentir su calor y su olor, y me siento un poco abrumada. Apolo nos mira con una sonrisa irónica, como si supiera exactamente lo que Enzo está haciendo.

- No, no te vayas - dice Apolo, con una voz suave. - Estábamos hablando de lo mucho que nos divertimos juntos.

Enzo me aprieta un poco más fuerte y me mira con una expresión posesiva. - Creo que Maia ya ha tenido suficiente diversión por hoy - dice, con una voz firme. - Y también ha tomado suficiente, parece que está un poco pasada, no creo que debas aprovechar de eso-.

Me siento un poco incómoda con la situación. Me disculpo con Apolo, ya que era un momento un poco incomodo, nos mira un momento más, y luego se vuelve hacia Alejandro y Juli, como si estuviera tratando de ignorarnos...

- Vamos, te voy a llevar a casa - me dice Enzo, mientras me ayuda a caminar. - Creo que ya tomaste mucho -

Me siento un poco enojada con Enzo por haberme llevado de esa manera. - No me gusta que me trates así - le digo, un poco molesta. - No soy una niña a la que tengas que cuidar-.

Enzo me mira con una expresión arrepentida. - perdón Maia - me dice. - Solo me preocupé porque parecías un poco... fuera de control-

Me cruzo de brazos y lo miro con una expresión desafiante. - No estoy fuera de control - le digo. - Solo estaba disfrutando del día-

Enzo suspira y se pasa una mano por el pelo. - Maia, por favor... - me dice. - No quiero discutir con vos, Solo quiero asegurarme de que estés bien-

Le pregunto a Enzo, un poco molesta, - ¿Por qué hiciste eso con Apolo? ¿Por qué te comportaste de esa manera?

Enzo me mira con una expresión arrepentida y se encoge de hombros. - Me sentí celoso - me dice, simplemente. - No me gusta la forma en que te mira, la forma en que te habla-.

Me siento un poco sorprendida por su respuesta. - ¿Celoso? - le pregunto, incrédula. - ¿De qué?

Enzo suspira y me mira con una expresión intensa. - De la forma en que te mira, como si te quisiera para él - me dice. - No me gusta la idea de que alguien más te desee de esa manera-.

Me siento un poco incómoda con su explicación, pero también un poco halagada de que se sienta así. - No es nada - le digo, tratando de tranquilizarlo. - Apolo es solo un amigo-.

Enzo me mira un momento más, y luego asiente. - Lo sé - me dice. - Pero no puedo evitar sentirme así-.

Enzo se baja del auto y me dice: - Espera aca, voy a buscar tus cosas-.

Asiento y me quedo en el auto con Olí, que estaba dormida en el asiento de atrás. Enzo se va haciala playa, y yo me quedo esperando, mirando hacia el mar.

Pasan unos minutos y Enzo regresa con mis cosas. - toma, los chicos te mandan saludos- me dice, entregándome mi bolso y mi chaqueta.

Le sonrío y le doy las gracias. - Gracias - le digo.

Enzo se sube al auto y arranca el motor. - Vamos a mi casa - me dice.

Asiento y me abrocha el cinturón de seguridad. Olí sigue dormida en el asinyde bebé del asiento de atrás, ajena a todo.

Mientras conducimos, Enzo y yo no hablamos mucho. Solo escuchamos música y disfrutamos del paisaje. Me siento un poco más relajada ahora que estamos lejos de todo y de Apolo.

Después de un rato, Enzo me pregunta -¿Estás bien?-
Asiento y le sonrío. - Sí, estoy bien, solo me duele un poco la cabeza- le digo. - Gracias por cuidarme-.

Enzo me sonríe de vuelta y me toma la mano. - Siempre te voy a cuidar - me dice...

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora