No podía parar.

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La cena estaba en pleno apogeo y todos nos habíamos sentado en la mesa. Yo, Maia, estaba sentada al lado de Tini y de Julián, y enfrente de mí estaba Enzo. Me pareció que se veía muy guapo y elegante, y no podía evitar sentirme un poco nerviosa con su presencia.

Mientras la cena avanzaba, noté que Enzo me tiraba miradas coquetas a cada rato. Me sonreía y me miraba fijamente, y me sentía un poco incómoda pero también emocionada. Julián, que estaba a mi lado, parecía no darse cuenta de nada, pero Tini me miraba de reojo y me sonreía como si supiera algún secreto.

Lo que me hizo sentir aún más incómoda fue que Enzo, por momentos, movía su pie y acariciaba mi pierna debajo de la mesa. Me sentía un poco confundida, no sabía si era solo una broma o si realmente estaba tratando de coquetear conmigo. Intenté ignorarlo y concentrarme en la conversación, pero no podía evitar sentir su mirada y su tacto.

La cena era deliciosa y la conversación era animada, pero yo no podía evitar sentirme un poco distraída por la presencia de Enzo y su comportamiento coqueto.

Mientras Enzo seguía con su comportamiento coqueto, yo intentaba mantener la calma y seguir con la conversación. Pero no podía evitar sentirme un poco nerviosa y emocionada al mismo tiempo.

Tini, que estaba sentada a mi lado, parecía disfrutar del espectáculo y me sonreía de vez en cuando. Julián, por otro lado, parecía ajeno a todo y seguía hablando con Camila y Lean.

La cena continuó y el ambiente era cada vez más animado. Enzo siguió con su juego y yo intentaba mantener la compostura. Pero no podía evitar sentirme atraída por él y su comportamiento juguetón.

Cuando terminó la cena todos se levantaron y empezaron a hablar, ir al baño, buscar tragos y yo estaba sentada con Tini en una hamaca. De repente, Enzo se acercó y me miró fijamente y me dijo -Maia, ¿queres bailar?. Me sentí un poco sorprendida por la pregunta de Enzo, pero también emocionada. No sabía qué hacer, así que miré a Tini para ver su reacción. Tini me sonreía y me hacía gestos de ánimo.

Después de un momento de duda, decidí aceptar la invitación de Enzo. "Sí, me encantaría- , le dije con una sonrisa. Enzo sonrió de oreja a oreja, me tomó de la mano y me llevó a la pista de baile. La música era suave y romántica, y Enzo me abrazó cerca mientras bailábamos.

Me sentía un poco incómoda al principio, pero Enzo era un buen bailarín y me hizo sentir segura. Mientras bailábamos, me di cuenta de que me estaba divirtiendo mucho. Enzo era divertido y carismático, y me gustaba su compañía.

Mientras seguíamos bailando, le pregunté a Enzo de nuevo -¿Qué pensabas lograr con todo eso? ¿Por qué te comportabas de esa manera en la cena?-.

Enzo se rió de nuevo y me dijo -Planeaba seducirte, Maia. Como la otra vez. Pero esta vez, quería hacerlo de una manera diferente. Quería jugar contigo, ver cómo reaccionabas-.

Me sentí un poco intrigada por su respuesta. -¿Jugar conmigo?-. le pregunté. -¿Qué queres decir con eso?-.

Enzo se acercó un poco más a mí y me susurró al oído -Quería ver si podía despertar algo en vos. Algo que quizás ni vos misma sabes que existe-.

Me sentí un poco emocionada por sus palabras. No sabía qué quería decir exactamente, pero me gustaba la forma en que me hacía sentir.

-¿Y qué crees que despertaste?-, le pregunté, tratando de sonar juguetona.

Enzo sonrió y me dijo -Creo que he despertado algo especial. Algo que podemos explorar juntos-.

Iba a contestarle a Enzo, pero de repente, mi mirada se cruzó con la de alguien que me hizo sentir un escalofrío. Era Fernando, mi ex.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora