Huellas de un amor || Enzo Fernández

¿Que va a pasar con nosotros?.

Me desperté sintiendo un vacío en el lado de la cama donde Enzo había estado durmiendo. Me levanté rápido y fui al baño, donde encontré la remera de fútbol de Enzo con una nota que decía "Espero que la uses en el siguiente partido". Me sentí tan feliz al ver la nota y la remera, sabiendo que Enzo había pensado en mí antes de irse.

Después de hacer mis necesidades, fui al comedor y encontré la mesa llena de flores y bombones que Enzo me había regalado. Junto a ellos, había una nota que decía "Te dejé facturas en la heladera, llámame cuando te despiertes. Te amo". Me sentí emocionada al leer la nota y corrí a buscar mi teléfono para llamar a Enzo.

Enzo contestó al teléfono y me dijo que se había ido temprano y que no me había querido despertar. Me dijo que si quería, después de entrenar, vendría a verme. Acepté con entusiasmo, diciendo que sí, y le dije que también lo amaba. Enzo se rió y colgó el teléfono, dejándome con una sonrisa en el rostro y un corazón lleno de amor.

Después de hablar con Enzo por teléfono, me sentí emocionada y feliz. Pasé el día tratando de mantenerme ocupada y no pensar tanto en lo de mi abuela.

Empecé el día haciendo ejercicio y luego me di un baño relajante. Después, me preparé un desayuno ligero y me senté en el balcón a disfrutar del sol y el aire fresco.

Luego, me puse a hacer algunas tareas domésticas, como limpiar la casa y lavar la ropa.

Más tarde, me preparé un almuerzo ligero y me senté a ver una película en el sillón. Me sentía relajada y tranquila, disfrutando del silencio y la soledad.

Pero a medida que se acercaba la noche, empecé a sentirme emocionada de nuevo. Me arregle para salir a comprar para comer y al rato de que llegue a casa finalmente, escuché el timbre de la puerta y supe que Enzo había llegado. Me sentí nerviosa y emocionada al mismo tiempo, sabiendo que pasaríamos una noche juntos. Abrí la puerta y lo vi allí, sonriendo y con un ramo de flores en la mano. Me sentí feliz y lo abracé fuerte.

Mientras cenábamos juntos, Enzo me preguntó cómo estaba y si necesitaba hablar de mi abuela. Le dije que estaba bien, pero que aún sentía la falta de ella. Enzo me tomó la mano y me dijo que estaba allí para mí, que me escucharía y me apoyaría siempre.

En ese momento, me sentí agradecida por tener a Enzo en mi vida. Sabía que la vida era un viaje con altibajos, pero con él a mi lado, sentía que podía enfrentar cualquier cosa.

Mientras terminábamos de cenar, Enzo me miró con una sonrisa y me dijo -Mañana tenemos que viajar a New Jersey para el siguiente partido-. Me sentí un poco sorprendida, ya que no había pensado en el viaje tan pronto.

Enzo continuó hablando, emocionado -Estoy tan emocionado de estar en semifinales, Maia. Este es un gran logro para el equipo y para mí. No puedo esperar para jugar ese partido y darlo todo en el campo-.

Me sonreí, viendo su entusiasmo y energía. -Estoy muy orgullosa de vos, Enzo-, le dije. -Sé que vas a hacer un gran juego-

Enzo me tomó la mano y me la besó. -Gracias, Maia. Tu apoyo significa mucho para mí. Y estoy emocionado de que vengas conmigo a New Jersey. Será genial tener tu apoyo en el estadio-.

De repente, Enzo me miró con una expresión preocupada y me preguntó -¿Qué va a pasar con nosotros cuando termine la copa?- Me sentí confundida y le pregunté -¿A qué te referís?-

Enzo suspiró y me dijo -Voy a tener que volver a Londres, ¿y vos qué vas a hacer?- Me di cuenta de que no había pensado en eso, y le dije -No lo había pensado-.

Enzo me miró con una mezcla de ansiedad y esperanza, y me dijo -Maia, yo quiero que vengas conmigo a Londres-. Me sentí sorprendida y emocionada al mismo tiempo. No había esperado que Enzo me pidiera algo así.