¡Papá ganaste!

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Enzo se acercó a mí y empezó a susurrar en mi oído -podria besarte acá mismo-. Me sentí un poco nerviosa, pero también emocionada. Nadie me había hablado de esa manera antes.

-¿Enserio?, ¿Pero porque?- pregunté, tratando de mantener la calma.

Enzo sonrió y se acercó un poco más. -porque no puedo esperar más-, respondió. -Porque necesito sentirte cerca otra vez-.

Mi corazón latía rápidamente mientras Enzo se inclinaba hacia mí. Sentí su aliento cálido en mis rostro y luego, me besó suavemente en la frente.

Me sentí un poco confundida cuando Enzo se alejó de mi , hasta me sonrió.
-Entiendo que no es el lugar adecuado para hacerlo-, me dijo, con una voz baja y suave.

Me sentí un poco nerviosa, pero también emocionada. Enzo me abrazó nuevamente, y esta vez me apretó un poco más fuerte. -Me alegra que estés acá conmigo-, me susurró al oído. -Me hace sentir completo-.

Me sentí envuelta en su abrazo, y mi corazón latía rápidamente. Me gustaba la forma en que me hacía sentir, como si fuera la única persona en el mundo para él.

Al ver a Leandro acercándose, sentí una oleada de emoción y alegría. Mi corazón se llenó de felicidad al ver a mi mejor amigo sonriendo y acercándose hacia mí. Me sentí emocionada de verlo tan feliz y exitoso después de la victoria.

Sin pensarlo, corrí hacia él y lo abracé fuerte. -Lean, te felicito, estoy muy orgullosa de vos!-, le dije, con una sonrisa de oreja a oreja.

Leandro me abrazó también, y pude sentir su alegría y emoción. -¡Gracias, Maia!-, me dijo, con una voz llena de felicidad. -¡No lo hubiera hecho sin tu apoyo incondicional Maia!-
Me sentí conmovida por sus palabras, y me apreté un poco más fuerte contra el -¡Sos un campeón Lean!-

En ese momento, sentí una conexión profunda con Leandro. Era más que un amigo, era un hermano, un compañero de batallas y victorias. Y en ese abrazo, sentí que estábamos compartiendo algo especial, algo que solo nosotros entendíamos..

Cuando suelto a Leandro, me doy cuenta de que hay más personas acercándose. Veo a Camila venir hacia nosotros con Vicky, de la mano. Junto a ellas, vienen Valentina y Olí, quienes se dirigen directamente hacia Enzo.

Camila me sonríe y me da un abrazo rápido antes de dirigirse a Leandro. -¡Mi amor! ¡Felicidades!-, le dice, con una voz llena de orgullo y amor.

Leandro la abraza y la besa. -¡Gracias, mi amor! ¡Estoy muy feliz!-, le responde.

Vicky, corre hacia Leandro y abrazarlo fuerte. -¡Papá! ¡Ganaste!-, le dice, con una sonrisa.

Valentina también felicita a Enzo, y puedo ver la felicidad y el orgullo en su rostro, al dejar a olí con su papá.

Valentina se acerca a mí con una sonrisa cálida. -Maia, me voy a ir-, me dice, mientras me abraza. -Pero quiero desearte lo mejor. Estoy tan feliz de verte tan feliz con Enzo-.

Me siento un poco sorprendida por su partida repentina, pero me alegra que se haya acercado a despedirse. HGracias, Valentina-, le respondo, mientras la abrazo también. -Cuídate-.
Valentina se despide de los demás y se va, dejándonos a nosotros seguir celebrando.

Enzo me mira y me sonríe, mientras me hace un gesto para que me acerque. Me siento un poco emocionada al verlo tan feliz y relajado.

Me acerco a Enzo y Olí, y veo que Enzo está sonriendo a su hija pequeña. Olí lo mira con ojos brillantes y le dice -Papá, ganaste-

Enzo se agacha y la abraza. -Sí, hija, ganamos-, le responde, mientras le da un beso en la mejilla.

Me siento un poco emocionada al ver la interacción entre Enzo y su hija. Es claro que tienen un vínculo muy fuerte.

Enzo se agacha y levanta a Olí en sus hombros, haciendo que la pequeña se sienta como una reina. Olí se ríe y se siente emocionada de estar tan alta.

De repente, Olí estira sus brazos hacia mí y hace un gesto para que la lleve. Enzo sonríe y me mira con cariño.

-Parece que olí quiere ir con vos-, me dice, mientras baja a Olí de sus hombros.

Olí corre hacia mí y me abraza las piernas. Me agacho y la levanto en mis brazos. Olí me abraza el cuello y me da un beso en la mejilla.

Enzo se ríe y se acerca a nosotros. -Estás rodeada de amor-, me dice, mientras me abraza por los hombros..

Enzo me sonríe y me dice -Maia, ¿queres cenar con nosotros hoy?.
Me siento emocionada por la invitación y asiento con la cabeza. -si, me encanta la idea-, le respondo.

Después de un buen rato de festejar, Digo sonriente -Enzo, me voy a ir a casa a bañarme, necesito pegarme un baño antes de cenar-, le digo mientras estamos en el estadio. -no te vallas Maia, quédate un rato más- dijo mientras me miraba a los ojos,

-pero tengo que ir a bañarme o llegaré más tarde a tu casa- dije sonriendo.
Enzo me sonríe y me dice -No te preocupes, Maia. Podes bañarte en mi casa si quieres. No hay ningún problema-.

Me siento un poco sorprendida por su oferta, pero también me siento cómoda con la idea de bañarme en su casa.

-¿Estás seguro?-, le pregunto.
Enzo asiente con la cabeza. - sí. Cuando nos vallamos pasamos rápido por tu casa a si buscas ropa rápido y vamos a mi casa, así pasamos mas tiempo juntos-.

Me gusta la idea de pasar más tiempo con Enzo, así que acepto su oferta.

-Okey, gracias-, le digo sonriendo.
Enzo me sonríe y me da un beso en la mejilla..

Después de disfrutar del festejo en el estadio, gradualmente la multitud comenzó a disminuir. Enzo, la pequeña Olí y yo seguimos celebrando un rato más, pero eventualmente decidimos que era hora de irnos. Nos despedimos de nuestros amigos y conocidos que aún quedaban en el estadio, intercambiando abrazos y promesas de vernos pronto.

Con la emoción del festejo aún en el aire, los tres nos dirigimos al auto y nos subimos.
Y enzo acomodo a la pequeña Olí en el asiento para bebes, y ella se notaba cansada pero feliz después de un día lleno de diversión. Enzo y yo nos sonreímos, disfrutando del momento y de la compañía mutua.

Una vez en el auto, Enzo puso el motor en marcha y nos dirigimos al hotel donde me hospedaba. El plan era que yo fuera a buscar ropa cómoda para bañarme en su casa y luego cenar tranquilamente juntos.

Mientras íbamos en el auto, Olí se durmió en el asiento, agotada por el día de diversión. Enzo y yo charlábamos en voz baja, disfrutando del paseo y de la tranquilidad del momento.

Al llegar al hotel, me apresuré a subir a mi habitación y buscar la ropa que quería llevar. Enzo se quedó en el auto con Olí, quien seguía durmiendo pacíficamente.

Una vez lista, bajé al auto y me subí al asiento del pasajero. Enzo me sonrió y me preguntó si estaba lista para ir a su casa. Asentí con la cabeza y me volví hacia Olí, quien seguía dormida.

Nos dirigimos a su casa, disfrutando del paseo y la compañía mutua. Era un momento perfecto, lleno de felicidad y tranquilidad.


Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora