Eso es lo que te gusta de mí.

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Maia, ¿queres hablar sobre tu abuela?-, me preguntó suavemente. -Puedo escucharte si necesitas desahogarte-.

Me sentí un poco emocionada, pero sabía que necesitaba hablar sobre ella. Asentí con la cabeza, y Enzo me apretó la mano suavemente.

-Mi abuela era una persona increíble-, comencé a decir. -Siempre estaba sonriendo, siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Me enseñó mucho sobre la vida, sobre la importancia de ser amable y generosa-.

Enzo me escuchaba atentamente, sin interrumpirme. Me sentí agradecida de tenerlo allí, escuchándome con tanta atención.

-La extraño mucho-, dije, sintiendo un nudo en la garganta. -Me duele saber que no está aquí conmigo-.

Enzo me abrazó suavemente, y me sentí segura en sus brazos. -Estoy aca para vos, Maia-, me dijo. -No estás sola-.

Me sentí un poco mejor después de hablar sobre mi abuela. Enzo me había escuchado con tanta atención y me había ofrecido su apoyo. Me sentí agradecida de tenerlo a mi lado.

Después de un rato, Enzo me soltó y me miró con una sonrisa. -¿Queres ver una película o algo?-, me preguntó. -Puedo buscar algo en Netflix-.

Asentí con la cabeza, pensando que sería una buena idea distraerme un poco. Enzo se levantó y comenzó a buscar algo en la televisión.

Mientras tanto, me quedé sentada en el sillón, pensando en mi abuela. Me sentía un poco mejor, pero todavía me dolía su ausencia.

Enzo se sentó de nuevo a mi lado y me pasó el control remoto. -¿Qué te parece esta película?-, me preguntó.

Miré la pantalla y vi que era una comedia romántica. Sonreí un poco, pensando que sería una buena opción.

-Sí, me parece bien-, le dije.

Enzo sonrió y comenzamos a ver la película. Me reí un poco, distraída por la trama y los personajes.

Pero en un momento, Enzo me tomó la mano de nuevo. Me sentí un poco sorprendida, pero no me retiré.

La película siguió, pero yo estaba más pendiente de Enzo que de la trama.

Estaba sentada en el sillón con Enzo, mirándolo a los ojos y sonriendo. Me sentía tan cómoda y feliz en su presencia. Enzo tomó mi mano y la acarició suavemente, lo que me hizo sentir un poco más cerca de él.

-Me encanta estar con vos, Maia-, me dijo, mirándome con ternura.

Me sonreí y me acerqué a él, besándolo suavemente en los labios. -A mi también me encanta estar con vos, Enzo-, le respondí.

Nos besamos durante un rato, disfrutando del momento y de la conexión que compartimos. Me sentía como si estuviera flotando en el aire, como si nada más importara excepto nosotros dos.

Después de un rato, nos separamos y nos miramos a los ojos de nuevo. Enzo me sonrió y me acarició el pelo. -sos hermosa, Mai-, me dijo.

Me sonreí de nuevo, sintiendo un poco de rubor. -vos también Enzo-, le respondí.

Nos reímos juntos y nos abrazamos de nuevo, disfrutando del momento y de la conexión que compartimos. Me sentía tan feliz de estar con él, de sentir su calor y su amor..

Me levanté del sillón y le dije a Enzo -Me voy a bañar, necesito relajarme un poco-.

Enzo asintió con la cabeza y me dijo -no hay problema. Te espero acá-.

Me fui al baño y me bañé, tratando de relajarme y olvidar mis preocupaciones. Después de un rato, salí del baño y vi a Enzo sentado en el sillón, mirando su teléfono.

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora