Sin energía.

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Después de despedirme de Enzo, me dirigí a mi casa, sintiendo una mezcla de emociones. Me reí para mí misma al recordar la forma en que Enzo me había insinuado que la próxima vez sería más intensa. Me gustaba su confianza y su forma de ser directo. Me sentía intrigada por lo que podría suceder en el futuro y me preguntaba si realmente sería capaz de hacer que las cosas fueran más apasionadas.

Al llegar a mi casa, me cambié rápidamente y me preparé para ir a desayunar con Camila y mis sobrinos, Vicky y Gio. Me encantaba pasar tiempo con ellos, siempre me hacían reír y me recordaban lo importante que era disfrutar de la vida.

Mientras me dirigía al café donde íbamos a desayunar, no podía dejar de pensar en Enzo y en lo que me había dicho. Me preguntaba qué tendría planeado para mí y si realmente sería capaz de hacer que las cosas fueran más intensas. Solo el tiempo lo diría.

Cuando llegue al café pude ver a Camila sentada en una mesa con mis sobrinos..

Me senté en la mesa y Camila me sonrió. -¿Cómo estás? ¿Cómo fue la cita con Enzo?- me preguntó,mientras Vicky jugaba con sus juguetes en la silla de al lado y Gio dormía en su silla de bebé.

Me reí y le dije que había sido suave, pero que Enzo había prometido que la próxima vez sería más intensa. Camila se rió y me dijo que me cuidara, que Enzo parecía ser un hombre muy seguro de sí mismo.

Vicky, que había estado escuchando nuestra conversación, de repente dijo -¿Enzo es tu novio, Maia?- Me reí y le dije que no, que solo era un amigo.

Gio, que había estado durmiendo, de repente se despertó y empezó a llorar. Camila se disculpó y se levantó para calmarlo. Mientras tanto, Vicky me preguntó -¿Por qué llora Gio?-

Le dije que porque estaba cansado y necesitaba un abrazo. Vicky se levantó y abrazó a su hermano, diciendo -No llores, Gio-.

Me sentí emocionada al ver la bondad de Vicky con su hermano. Camila sonrió y me dijo -Es una gran hermana, ¿No?-

Asentí con la cabeza y le dije que sí. Después de desayunar, nos despedimos y me fui a mi casa, y me lleve a Vicky conmigo ya que le había pedido a Cami ir conmigo y yo acepté, ya que no tenía nada para hacer, y la verdad es que hace rato no pasaba tiempo con mi bella ahijada..

Vicky y yo nos fuimos a un parque cercano, donde jugamos en el calesita y en el tobogán. Vicky se rió mucho y me abrazó fuerte, diciendo que se divertía mucho conmigo. Después, nos sentamos en un banco y compartimos un helado, mientras hablábamos de sus cosas favoritas, como los dibujos animados y los animales.

Luego, nos fuimos a una librería cercana, donde Vicky eligió un libro de cuentos y yo leímos juntas. Vicky se sentó en mi regazo y me abrazó, mientras yo leía el libro con voz alta y expresiva. Se rió mucho y me preguntó si podía leer otro libro más.

Después de la librería, nos fuimos a una tienda de manualidades, donde Vicky hizo un dibujo con crayones, e hicimos un collar con fideos. Vicky se sintió muy orgullosa de su dibujo y me lo regaló, diciendo que era para mí. Me sentí emocionada y la abracé fuerte, diciendo que lo guardaría siempre..

Después de pasar la tarde juntas, decidí llevar a Vicky a comer a un restaurante. Pedimos pizzas y helados, y Vicky se rió mucho mientras contaba historias de animalitos. Me encantaba escucharla y ver su sonrisa.

Después de comer, nos fuimos a mi casa, donde Vicky me pidió que pusiéramos una película de Barbie. Me reí y le dije que claro, que teníamos muchas opciones. Elegimos una de sus favoritas, -La princesa y la popstar-, y nos sentamos en el sofá con mantas y almohadas.

Vicky se sentó muy cerca de mí y me abrazó, mientras veíamos la película juntas. Le cantaba a Vicky las canciones y ella reía. Me encantaba ver a Vicky, con solo cuatro años, tan llena de energía y alegría.

A veces, Vicky se confundía con la trama de la película y me preguntaba -¿Por qué Barbie hace eso, Maia?-. Me reía y le explicaba la historia de nuevo, y ella me escuchaba con atención.

Después de la película, Vicky me pidió que pusiéramos otra, y elegimos -Barbie en el lago de los cisnes-. Vicky se durmió un poco en mi hombro, mientras veíamos la película, y me sentí muy feliz de tenerla cerca.

Al final del día, Camila vino a buscar a Vicky y me dio un abrazo, agradeciéndome por pasar el día con su hija. Vicky me abrazó fuerte y me besó la mejilla. Me sentí emocionada y le dije que siempre estaba dispuesta a pasar tiempo con ella..

Después de que Vicky se fue con Camila, me quedé sola en el sillon, aún con la película de Barbie puesta. Me reí para mí misma, pensando en lo divertido que había sido pasar el día con Vicky.

De repente, escuché mi celular sonando. Me levanté para atenderlo y vi que era Enzo. Me sonreí, preguntándome qué querría.

-Hola morocha-, dijo Enzo con su voz suave. -te llamaba porque olí ya te extrañaba-.

Me reí y bromeé -¿Solo oli? ¿No tenías otra razón para llamar?-

Enzo se rió -Bueno, capaz no solo oli.Y no era por eso que te llamaba. ¿Cómo estuvo tu día?-

Me senté de nuevo en el sillon, con el celular en la mano, y le conté a Enzo sobre mi día con Vicky. Él escuchó atentamente y me hizo preguntas sobre mi ahijada.

Mientras hablábamos, me di cuenta de que me sentía muy cómoda con Enzo. Me gustaba su forma de ser, su sentido del humor y su interés en mi vida.

- ¿y si nos vemos en un rato?- preguntó Enzo, con una voz suave y seductora.

Suspiré. -No puedo, Enzo. Estoy muy cansada-.

Enzo se rió y dijo. -¿Cómo podes estar cansada si por la noche solo dormimos? ¿No deberías estar descansada... y lista para algo más?-

Me reí débilmente. -No es lo mismo, Enzo. Vicky me dejo sin energía-.

Enzo siguió bromeando. -Ah, entiendo. Bueno, en ese caso, te dejo descansar... por ahora. Pero prepárate, Maia, porque la próxima vez... no solo vamos a dormir. Yo voy a ser el que te deje sin energias. Y vas a terminar agotada... de otra manera-

-¿De verdad?- pregunté, tratando de sonar indiferente.

Enzo se rió de nuevo. -Confía en mí, Maia. Vas a querer estar descansada... y lista para todo-.

Me despedí de Enzo con el fin de descansar,
Colgué el teléfono, sonriendo para mí misma..

Huellas de un amor || Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora