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—¿Por qué la cama es tan pequeña? — Conseguí decir mientras Robin seguía igual que antes.

—He tenido que cambiarla — Murmuraba mientras podía notar que sonreía.

—¿Por qué? — No veía ninguna razón, la cama estaba perfectamente cuando me fui hace dos semanas.

—Porque quería — Murmuró mientras enseguida pasó de tener sus manos en mi cintura a decir cogerme la cintura y girarme.

Girándome me llevó adentro de la habitación y me pegó contra la pared que daba al pasillo. En unos segundos Robin con mucha fuerza empezó a besarme, y yo claro no perdí la oportunidad de continuar al beso, había querido besarle desde que le vi con Remiro antes del partido.

No era como las otras veces que me había besado, esta vez estaba siendo muy intenso y encima esa forma en la que me estaba besando me estaba volviendo loca. No pude aguantar y empecé a pasar mis manos por su pelo extremadamente suave. Quería tenerlo todavía mucho más cerca si acaso eso podía ser posible.

Mientras él tenía una mano en mi cara la otra estaba puesta en mi cintura. Robin empezó a profundizar todavía más el beso cuando puse mis manos alrededor de su cuello para atraerlo más.

Ya comenzaba a sentir el calor por todo mi cuerpo mientras continuábamos besándonos.

De un momento a otro Robin paró un momento para poder controlar su respiración que ya estaba bastante acelerada.

—Dos putas semanas joder — Y me volvió a besar con mucha más fuerza de la que había estado usando antes.

Las ganas con las que me besaba hacían que me sintiera en las nubes y que no parase de sentir ese calor que hacía que quisiese más de Robin, aunque no porque no estuviese sintiendo ya bastante.

Pero es que encima también estaba notando el calor que desprendía Robin y eso no ayudaba mucho a mis ganas. Me preguntaba desde cuando Robin había estado pensando en besarme durante el día de hoy, porque lo que estaba demostrando no eran solo las ganas de solo hoy que digamos.

Esta vez fui yo quien tuvo que parar de besarle para poder controlar mi respiración mientras Robin hacia lo mismo teniendo su frente apegada en la mía y posaba sus ojos fijos en mí. Ese momento fue todavía mejor cuando sonrió todavía estando así de apegados.

Después de eso los dos vimos buen momento para separarnos y Robin retrocedió unos pasos, como si no me hubiera dado uno de los mejores besos que he recibido en toda mi vida, por no decir el mejor.

—Ya tu decides Noa — Dijo sonriendo hacia abajo mientras me ponía la mano en el hombro justo antes de salir — En el sofá no es que se duerma muy bien.

Y poco después de que Robin saliera de la habitación y me dejase a mí todavía un poco confusa apareció Sara que ya había vuelto del baño.

—¿Me he perdido algo? — Preguntó nada más verme la cara que ponía, que seguramente hasta se notaria desde fuera que estaba ardiendo — ¿Por qué la cama es tan pequeña? ¿No decías que era perfecta para dos personas?

Yo no sabia muy bien que responderle. ¿Qué debía decirle? ¿Qué Robin había cambiado la cama y el sofá para que durmiera con él? Se pondría super ilusionada con eso y seria literalmente nuestro único tema de conversación en toda una semana por lo menos.

Pero enseguida recordé lo que me había dicho en el tren. Que la próxima vez que tenga una oportunidad que la disfrutaría, pero la vergüenza no me lo permitiría, que la aceptase. Y Robin me lo había puesto muy fácil para que la aceptase.

𝐄𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄 || 𝐑𝐨𝐛𝐢𝐧 𝐋𝐞 𝐍𝐨𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora