𝐄𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄 || 𝐑𝐨𝐛𝐢𝐧 𝐋𝐞 𝐍𝐨𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝

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La fiesta, o reunión como decían ellos, se iba a celebrar en una sala del hotel, donde estarían tanto los jugadores, gente importante en la selección, y los invitados de los jugadores, que ahí es donde entraba yo.

Cuando entré junto a Robin se notaba en el ambiente que ya estaban la mayoría ahí desde hacía ya un rato.

Vimos a los de la real y nos acercamos a ellos.

—Anda mira quienes se han animado a venir — Anunció Zubi cuando vio como nos acercábamos — ¿Qué tal estás Noa? — Me dijo Zubi abrazándome.

—Distancia por favor Zubimendi — Dijo Robin apartando a Zubi del hombro.

—Ay Le Normand — Murmuró Zubi dándole unas palmaditas a Robin en la mejilla. ,

Me hacía gracia ver la cara de paciencia de Robin cuando Zubi se metía con él.

—¿Quieres Noa? — Mikel Merino que acababa de llegar me había ofrecido un vaso con bebida idéntica a la que había en su vaso.

—Por qué no — Respondí mientras cogía el vaso que me ofrecía y me lo bebía poco a poco.

Por suerte ya había pasado esa época por la que me costaba mucho acostumbrarme a una nueva bebida, o comida incluso.

—¿Quieres? — Le ofrecí a Robin.

Robin negó con la cabeza.

Mientras la música llenaba la sala vi como mucha gente empezaba a hacer el tonto bailando y me apeteció unirme.

—¿Vamos? — Animé a Robin sabiendo que, aunque no quisiera iba a responder que sí.

—Esta bien — Murmuró arrastrando las palabras.

Le cogí de la mano y lo guie al centro de la sala donde estaban todos pasándoselo bien.

—Ya podría sonar With or without you — Dijo bastante alto para que pudiera escucharla.

—¿Estando en una celebración de España y en una fiesta llena de reggaetón? Dudo bastante que la pusieran — Pero entendía perfectamente por qué quería esa — Pero podemos disfrutar de esta música.

Esta vez no fue nadie quién me ayudó a soltarme poco a poco, como siempre solía pasar. Y no había bebido lo suficiente para poder hacer lo que quiera sin importarme nada más.

Esta vez fui yo quien estuvo ahí para que Robin se fuese soltando poco a poco, aunque los de la selección también ayudaron a que a Robin se le contagiase el mismo entusiasmo que a ellos.

Y al final acabó igual que todos, cosa que me encantaba ver.

Después de que ambos estuviéramos celebrando la victoria con los demás por fin pudimos volver a estar pegados yo y Robin. Como esa noche en el cumpleaños de Candela donde todo acabó cambiando.

De las mejores noches de mi vida.

—No tengo ninguna duda de que acabareis ganado la Eurocopa — Dije mientras ya ni sabía que canción sonaba.

—¿Tú crees?

—Claro, jugáis muy bien y todos confiamos en que lo logareis, porque os esforzáis muchísimo y os lo merecéis.

—Si tu dices que ganaremos entonces lo haremos — Mencionó.

—Ves, ese es el espíritu.

Continuamos bailando mientras sonaba la música.