𝐄𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄 || 𝐑𝐨𝐛𝐢𝐧 𝐋𝐞 𝐍𝐨𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝

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(Noa's pov)
Estaba preparando la maleta todavía decidiendo que debería llevar. Saber que esta vez sí me pasaría bastantes días junto a Robin me ponía muy nerviosa, y me conocía bastante para saber que cuando llegásemos allí ya no me gustaría nada para ponerme. Así que lo único que me apetecía es llevarle todo lo que había en el armario, que pena que no pudiese hacerlo. Le pediría cosas a Sara y ya está.

No había planeado muy bien lo que íbamos a hacer los siguientes días, con mis amigas era imposible hacer un planning, porque al final acabaríamos improvisando todo, ya que a algunas no les apetecería hacer tal cosa para cuando estaba preparado, o no querían madrugar, o no encontraban la ropa perfecta, como me pasaba a mí.

Tampoco nos habíamos dividido los apartamentos. Había uno más grande y otro más pequeño. Pero estaban prácticamente pegados, literalmente que había una puerta entre los dos apartamentos que los juntaba.

Por lo que nos dijeron al alquilarlo fue que la mayoría de personas que lo alquilaban eran personas jóvenes como nosotras, así que tenían experiencia, y que no nos preocupáramos.

—¿Lo tienes todo? — Me preguntó Sara que estaba esperándome con su maleta y sus cosas en la puerta.

—Todo, o al menos todo lo que de momento sé que voy a necesitar — La maleta poco más y reventaba de todo lo que llevaba puesto — Creo que necesito que vayamos por el ascensor.

—No si yo también tengo la maleta a punto de explotar.

Cogimos el ascensor y bajamos las maletas al portal donde íbamos a esperar a que vinieran mis amigas.

—Tengo buen presentimiento de estos días — Soltó Sara — Pasarán cosas buenas.

—Si que pareces muy segura.

—Mis presentimientos siempre aciertan — Respondió orgullosa — Por cierto ¿Hay que esperar a tu chico?

—Robin irá directamente allí esta noche, no le viene muy bien irse a estas horas — Contesté concentrada mientras intentaba buscar las llaves del coche en el bolso.

—Vaya — Me dijo mirándome sonriendo.

—¿Qué pasa?

—Cuando he llamado a Robin "Tu chico" no me has corregido, y siempre me corriges. ¿Acaso ha pasado algo y ninguno de los dos me ha dicho nada? — Eso de que Sara me mirara como si yo fuera una monda cuando algo se refería a Robin, se estaba volviendo muy repetitivo.

Siempre era una mirada como de "Ay que mona"

—¿Qué? Oh, no me he dado cuenta, casi ni te he escuchado.

—Y sigues sin corregirme. Uy mi Noa ya se esta enamorando y no lo quiere reconocer.

—No es así, no te corrijo porque ya me has quitado las ganas de hacerlo.

—Que monada, que bonito todo esto. En la boda quiero decir unas cuantas palabras — Y empezó a mirar hacia arriba como si se lo estuviese imaginando.

—A este paso la boda será cuando tenga ochenta años — Me ruboricé.

Sara casi salta de su maleta en la cual estaba sentada cuando me escuchó decir eso.

—¡¿Queee?! No me lo creo — Se puso las manos en la boca — Estás admitiendo lo mucho que te gusta. Ahora si que quiero la boda ya. Voy a empezar a decirle a ese francés que te lo vaya pidiendo.