𝐄𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄 || 𝐑𝐨𝐛𝐢𝐧 𝐋𝐞 𝐍𝐨𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝

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Sara me había dicho que vendría más tarde y que me ayudaría con eso del coche. También había preguntado que entonces como había conseguido llegar a casa sin transporte ni dinero en tan poco tiempo, pero supe que lo mejor no era decírselo por mensaje, y que más tarde acabaría contándoselo.

Estaba a punto de salir del coche de Robin. Me había sabido muy mal que se viera obligado a tener que llevarme, así que antes de que pudiera pensar mis labios hablaron por mí.

—Oye, lo siento mucho por que hayas tenido que llevarme — Empecé — ¿Te apetece subir a tomar algo? Por las molestias, de verdad que agradezco que me hayas traído. Además, no hay nadie que te vaya a acosar dentro del piso.

Robin estuvo unos segundos pensando. Seguro que le pareció raro que le dijera eso, sobre todo una chica que apenas conoce. Y también claro, se tenía que cuidar de que nadie estuviera acosándolo a cada lugar al que iba.

—Claro, porque no — Eso sí que no me lo esperaba.

Abrí el portal con la llave y guie a Robin hacia mi piso y el de Sara. Por suerte me había pasado las horas libres organizando el piso. Me preguntaba cuanto tiempo pasaría hasta que Sara llegase, esperaba que no llegase justo cuando Robin estaba aquí, sino veríamos como acababa eso. Robin super incomodo y yo super avergonzada.

—El piso es algo pequeño, pero está bastante bien — Indiqué mientras abría la puerta.

La primera vista del piso era el comedor que estaba completamente organizado y limpio. A la izquierda del comedor había como un pequeño pasillo donde había una puerta que era la habitación de Sara. Y a la derecha el pasillo era más grande y largo, primero estaba la cocina, luego el baño, y al final del todo mi habitación. Prácticamente mi habitación y la de Sara estaban una a cada punta.

—Es un piso muy bonito — Mencionó Robin mientras entraba.

—Te puedes sentar ahí en el sofá si quieres — Dije — ¿Por cierto que quieres tomar? Tenemos de todo aquí.

—¿Tenemos? — Me preguntó curioso mientras se iba a sentar.

—Vivo con mi amiga Sara.

Robin asintió — Con agua sobrará gracias.

Yo no pude evitar sonreír y hablar — ¿Seguro que quieres agua?

—Segurísimo, si supieras lo que me encanta el agua no te extrañaría — Comentó mientras le hacía gracia lo que estaba diciendo — De verdad que yo si le encuentro sabor.

—Está bien, agua entonces.

Fui a la cocina y me dirigí a la nevera para sacar el agua fría. No sabía si prefería agua fría o normal, pero me pareció buena idea mezclar ambas, así ni una cosa ni la otra. Y es que me daba corte volver a ir ahí para preguntarle como la prefería.

Cuando volví me encontré a Robin levantado mirando las fotos que teníamos yo y Sara debajo de la televisión. Ahí había fotos de nosotras tanto de pequeñas hasta fotos de hoy en día.

Robin me vio y me dio las gracias por el agua.

—Lo siento, es que me había entrado curiosidad — Se disculpó.

—Oh no tranquilo, si solo son fotos.

Robin entonces se volvió a acercar y me señaló una foto.

—Pensaba que Diego era tu hermano pequeño — Dijo señalándome esa foto que tenía con Diego cuando éramos pequeños.