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Robin y yo nos quedamos un rato más en el agua en el final de la ruta.

Yo todavía no podía creerme lo que había pasado, era tan fuerte. Sinceramente había esperado ese momento durante bastante tiempo, y ahora ya había ocurrido. Ahora podía decir que oficialmente Robin era mi novio.

Es que tan solo de pensarlo era tan increíble, Robin Le Normand siendo mi novio. El futbolista al que me había tocado entrevistar para sacar buena nota en el trabajo más importante de la carrera. Ahora esa misma persona estaba aquí en mi ciudad compartiendo habitación conmigo siendo pareja.

La vida daba muchísimas vueltas. Y muy buenas de vez en cuando.

—¿Crees que Sara y tu otra amiga habrán vuelto ya de no sé dónde? — Me preguntó Robin una vez que salimos de ahí y nos dirigíamos al lugar en el que habíamos dejado las cosas.

—Ha pasado bastante tiempo desde que se han ido, así que supongo que si — Respondí.

—¿Y se lo dirás a ellas hoy?

No estaba muy segura de eso. Es que justo hoy... quería disfrutar del hecho de que solo Robin y yo lo supiéramos.

Pero tampoco íbamos a fingir que no pasaba absolutamente nada.

Cuando volvimos las vimos tomando el sol en sus toallas donde dejamos las cosas. Se habrían bañado en el agua por que las dos tenían el pelo mojado.

Lo raro fue que no sospecharan nada. Porque no nos dijeron nada cuando llegamos más felices de lo normal.

Cuando llegamos a casa ya era por la tarde y casi hora de cenar y todavía Alma y Candela no habían llegado a casa.

Así que Sara y Mar tuvieron la gran idea de retar a Robin a una partida al Rumikub ya que a Mar se le daba muy bien ese tipo de juegos, sobre todo ese.

Pero no les hizo mucha gracia cuando Robin ganó tres partidas de cinco que jugamos.











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—Noa, se me ha olvidado decirte una cosa — Me dijo Sara cuando me vio que estaba a punto de entrar por la puerta que daba a mi apartamento.

—¿No me la puedes decir mañana? — Suspiré — Es que estoy un poco cansada, y parece que lo que me quieres contar es importante.

—Está bien, mañana te lo digo, pero porque yo también estoy cansada eh — Bostezó — En fin, entra ya por la puerta y vete a dormir con tu francés.

No respondí a eso y le di las buenas noches.

Cuando entré al apartamento y cerré la puerta con llave escuché el sonido del agua en el baño. Robin estaría duchándose, claro, si es que todavía ni había tenido tiempo para hacerlo, mientras que yo me había duchado nada más llegar mientras Sara y Mar convencían a Robin de jugar.

Fui a la habitación y me puse el pijama para después pensar en que ropa usaría para el día siguiente.

Unos diez minutos después cuando yo ya estaba con el móvil apoyada sobre las almohadas en la cabecera de la cama entró Robin que llevaba el pelo mojado mientras iba con unos pantalones cortos de la equipación de la selección y sin camiseta.

—Por fin — Murmuró mientras se acercaba a mí y me daba un suave beso en los labios.

—¿Por fin? — Me reí queriendo saber a qué se refería.

𝐄𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄 || 𝐑𝐨𝐛𝐢𝐧 𝐋𝐞 𝐍𝐨𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora