El día después de la boda de Valaena y Aemond, el castillo se vistió con las más finas telas y colores. Las festividades en honor a la nueva unión estaban en pleno apogeo, con músicos tocando melodías alegres, y las mesas llenas de manjares para todos los presentes. La multitud, entusiasta, esperaba con ansias ver a los caballeros enfrentarse en el campo de batalla, mostrando sus habilidades y valor.
Valaena, sentada junto a su madre y los demás miembros de la familia real, observaba con interés. Aunque su mente estaba nublada por la pesadilla de la noche, no podía evitar sentirse emocionada ante la vista de los caballeros entrando en la arena.
Primero, fue el turno de Jacaerys. Montado en un majestuoso caballo de guerra, Jace lucía imponente con su armadura decorada con los colores de la Casa Velaryon y de la Casa Targaryen. Sus ojos estaban fijos en su oponente, un caballero del Norte, famoso por su habilidad con la lanza.
Los dos caballeros avanzaron hacia el centro de la arena, listos para comenzar el duelo. Los vítores del público se alzaron, animando a sus favoritos. Valaena observaba con el corazón en la garganta, consciente de lo importante que era para Jace ganar este enfrentamiento, no solo por el honor de su casa, sino también por demostrar su valía frente a la corte.—Jace siempre ha sido un gran guerrero —comentó Rhaenyra, con una sonrisa orgullosa.
—Sí, pero ese caballero del Norte no es un rival fácil —respondió Valaena, sus ojos no se apartaban de su hermano.
Se alzó la bandera y, en un abrir y cerrar de ojos, ambos caballeros cargaron con fuerza. Las lanzas se levantaron y el choque fue brutal. La lanza de Jace golpeó con precisión el escudo de su oponente, rompiéndolo en pedazos, mientras que la del caballero del Norte solo raspó el borde del escudo de Jace. El impacto fue tan fuerte que su contrincante cayó de su caballo, desatando vítores en la multitud.
Jacae no perdió tiempo en reclamar su victoria, alzó su lanza hacia el cielo mientras la multitud lo ovacionaba. Con una sonrisa satisfecha, desmontó y se dirigió al palco donde Valaena y su madre lo felicitaban con orgullo.
Pero no hubo mucho tiempo para celebraciones, ya que el siguiente enfrentamiento estaba a punto de comenzar. Esta vez, los murmullos aumentaron de intensidad cuando Cregan Stark, el Señor del Norte, entró a la arena. Su imponente figura, enfundada en una pesada armadura de lobos grises, captó la atención de todos. Cregan era conocido por su fuerza brutal y su frialdad en el campo de batalla. Frente a él, un caballero de Dorne, ágil y rápido, se preparaba para el duelo. Antes de comenzar Cregan miró hacia donde estaba Valaena y sonrió de costado.—Esto será interesante —comentó Rhaenyra, cruzando los brazos con expectación, sin notar como Val miraba hacia abajo, rogando que Aemond no viera aquel gesto del hombre.
El combate comenzó, y aunque el caballero de Dorne fue el primero en atacar, Cregan lo recibió con calma, bloqueando su embestida con su gran escudo. No pasó mucho tiempo antes de que el Stark tomara el control del duelo. Con una poderosa embestida de su lanza, Cregan rompió el escudo del dorniense, y en un segundo movimiento, derribó a su oponente con una fuerza demoledora.
La multitud rugió de aprobación mientras Cregan desmontaba y ayudaba al caballero caído a levantarse, mostrándose como un rival honorable a pesar de su contundente victoria.
—El Norte siempre vence con fuerza, no con agilidad —comentó alguien entre el público.
Sin embargo, Valaena apenas prestó atención. Sus ojos ya estaban puestos en la siguiente justa, donde sabía que su esposo iba a participar.
La tensión en la arena se palpaba cuando Aemond Targaryen, entró en la arena montado en su caballo negro como la noche y sin armadura. Su figura era imponente, su mirada fría y calculadora. La cicatriz sobre su ojo izquierdo y el parche que lo cubría le daban un aire intimidante, pero era el aura de absoluta confianza lo que realmente captaba la atención de todos.
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La Sangre del Dragon ~ Valaena Velaryon ~ Aemond Targaryen
FanfictionValaena Velaryon, la primogénita de Rhaenyra Targaryen y Laenor Velaryon, segunda en su nombre. Apodada "La Flor de la Corona", podría tener lo que desee, pero lo único que la hará feliz es lo único que parecería ser lo que no le conviene... Aemond...