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Volviiiiii!!!! Recargada y renovada

Superamos los 5k y la historia estuvo 1 semana consecutiva N°1 en #aemondtargaryen así que quiero darles las gracias a todos/as/es.

Acá les dejo un nuevo cap y ya lentamente me voy a ir poniendo en ritmo otra vez.

Los/as/es amo
Gaia

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Después de que todos abandonaron el salón, Valaena salió detrás de su esposo, sin decir una palabra a su madre ni a nadie más.

Sabía que lo que acababa de ocurrir era un terremoto en la corte, y que la lealtad de Aemond se pondría a prueba, pero no podía ignorar lo que sentía.

Lo alcanzó en uno de los corredores, estaba segura de que no sabía a dónde se dirigía, nunca había estado en Rocadragón; pero de todas formas caminaba con su usual porte altivo, pero ella notaba la tensión en su cuerpo, como si supiera que esta conversación sería inevitable.

—Aemond, espera —dijo con voz firme.

Él se detuvo y giró lentamente, su único ojo brillaba bajo la luz de las antorchas. La miró en silencio.

—¿Qué estabas pensando? —sus palabras salieron cargadas de frustración—. ¿De verdad creíste que enfrentarte a mi madre así, en público, era la mejor forma de resolver esto? ¡Podrías haber muerto hoy!

El rubio soltó un suspiro y desvió la mirada por un instante antes de responder.

—Ya sabes lo que pienso, te lo dije —su tono era controlado, pero no arrogante como otras veces—. No me iba a arrodillar frente a ella. No cuando tú eres una opción.

La princesa dió un paso hacia él, cruzando los brazos como si eso la ayudara a contener la rabia que sentía.

—¡No se trata de arrodillarte! —exclamó con la voz contenida—. Se trata de lo que provocaste. ¡Pones en peligro todo por ese orgullo tuyo! Yo… yo te defendí delante de todos, arriesgué mi propia posición porque aún creo que podemos cambiar esto sin derramamiento de sangre. Pero tú… —hizo una pausa, su voz temblando—, me haces todo más difícil.

Aemond la miró fijamente, su expresión se suavizó. Dio un paso adelante, acortando la distancia entre ellos.

—Sé que te he puesto en una posición imposible. Y no era mi intención que te veas obligada a elegir entre tu madre y yo —admitió, con un leve suspiro—. Pero, no puedo pretender algo que no creo. Soy muchas cosas, pero hipocrita no es una de ella. Lo único que respeto aquí… eres tú.

Valaena lo miró, su rabia comenzó a mezclarse con confusión y dolor. Quería gritarle más, quería hacerle entender lo mucho que lo que había hecho la había lastimado, pero también sabía que sus palabras.

—No puedes seguir actuando como si estuvieras solo en esto, Aemond —dijo con más calma—. No estás solo. Debes pensar en Dridan y Aerea, en mi… —él tomó su mano con suavidad. —. Estoy aquí contigo, pero necesitas confiar en mí.

Aemond se acercó aún más, hasta que casi podía sentir su respiración en su piel. Bajó la mirada por un segundo, antes de mirarla de nuevo con una intensidad que no había mostrado antes.

—Tienes razón. No lo estoy. Pero cuando te vi ahí, de pie, no podia mentir, no tenía sentido. —le tomó el rostro a su esposa. —Haría lo que fuera necesario para protegerte, aunque signifique desafiar a todos los demás.

La rubia sintió cómo su ira se desvanecía lentamente. Cerró los ojos por un momento, dejando que la sensación del roce de su mano calmara las emociones turbulentas en su interior.

La Sangre del Dragon ~ Valaena Velaryon ~ Aemond Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora