Luego de casi una semana, Val regresó a la Fortaleza Roja con la mirada fija y el corazón acelerado. El ambiente era tenso, y el murmullo de los soldados resonaba en cada rincón. Buscó a Aemond por los pasillos, su parte del plan estaba completa, ahora solo faltaba que él hiciera la suya. Lo encontró en su sala privada, contemplando un mapa de los alrededores. Aun antes de que pudiera anunciar su llegada, él levantó la vista.
—Todo está listo —dijo, sin desviar la mirada de su expresión seria.
Aemond asintió, pero la dureza en su rostro dio paso a una sombra de preocupación. Se acercó a Val y le tomó las manos.
—Necesito que te vayas, Val. Llévate a Helaena y a Jaehaera y salgan de aquí cuanto antes. —La desesperación en su voz hizo que un escalofrío corriera por su espalda. —. Mi madre ha enviado a Daeron, y viene en camino con todos los aliados. No quiero que estés aquí cuando esto comience.
Val lo miró, reconociendo en sus ojos un temor que pocas veces había visto. Sabía lo que se aproximaba y entendía la magnitud de la decisión que Aemond le pedía. Sin embargo, no pudo evitar un suspiro, pues sentía que la batalla era inevitable.
—No te dejaré aquí solo, Aemond. Pero llevaré a Helaena a un lugar seguro, como me pides. Solo prométeme que sobrevivirás a esto.
Él apretó sus manos, y una mezcla de tristeza y determinación se reflejó en su mirada.—Si todo sale según lo planeado, nos volveremos a ver pronto. —Su voz, aunque firme, tenía un tono vulnerable que ella rara vez escuchaba en él—. Pero si no es así, quiero que recuerdes que eres lo único que he amado en esta vida.
Val asintió, intentando contener la marea de emociones que se agitaba en su pecho. Sabía que Aemond estaba dispuesto a arriesgarlo todo, incluso su vida, para proteger lo que ambos habían construido.Se acercó a él, poniendo una mano sobre su mejilla, obligándolo a mirarla a los ojos.
—Si nos separamos ahora, estaremos jugando al azar. Juntos somos más fuertes. Sabes que puedo pelear a tu lado, como siempre lo hemos hecho.
Aemond inclinó la cabeza hacia la mano de Val, como si encontrara en ese gesto una calma que había estado buscando. Cuando volvió a mirarla, ella vio que el brillo de determinación se hacía más fuerte.
—No puedo permitirlo. Si algo te pasara, nunca me lo perdonaría. Este es mi combate, y quiero que al menos uno de nosotros tenga la oportunidad de sobrevivir. Ya no me sirve solo rendirme, ambos lados me verán como traidor sin importar lo que haga y si te quedas correrás la misma suerte.
Val sintió un nudo formarse en su garganta, pero asintió, comprendiendo que no podría convencerlo. Soltó su mano y se dispuso a partir.
—Está bien. Helaena y yo nos iremos. Pero quiero que sepas que nunca te perdonaré si no sales de aquí Aemond Targaryen.
El principe la abrazó con fuerza, y en ese instante, ambos entendieron lo que estaba en juego. Era posible que fuera la última vez que se veían, y la intensidad del momento era casi insoportable. Cuando se separaron, Aemond le dio una última mirada, un adiós silencioso cargado de significado, antes de que ella se girara y desapareciera por el pasillo.
Mientras Val se alejaba, una nueva resolución surgía dentro de ella. A pesar de lo que Aemond le había pedido, no tenía intención de quedarse al margen. Si Daeron y el ejército de los verdes venían hacia ellos, estaba dispuesta a hacer lo necesario para proteger a su familia.
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Mientras Val partía con Helaena, Daemon y el ejército de los negros irrumpieron a través del río cercano, con el dragón Caraxes volando en círculos amenazadores. La entrada de Daemon fue imponente, con sus estandartes ondeando y el paso firme de su ejército.
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La Sangre del Dragon ~ Valaena Velaryon ~ Aemond Targaryen
FanfictionValaena Velaryon, la primogénita de Rhaenyra Targaryen y Laenor Velaryon, segunda en su nombre. Apodada "La Flor de la Corona", podría tener lo que desee, pero lo único que la hará feliz es lo único que parecería ser lo que no le conviene... Aemond...