Capítulo 25

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Patio de la casa Tendo, el día está soleado. Ranma ha estado entrenando intensamente, intentando dominar la técnica de las castañas calientes, pero a pesar de su determinación, sigue sin poder aguantar el calor del fuego. La frustración es evidente en su rostro mientras lanza las castañas al suelo.

Ranma: (jadeando y frustrado) ¡No puedo! ¡No logro aguantar el maldito fuego! (mira sus manos enrojecidas por el calor) Hitomi regresa en dos días y aún no he logrado nada...

En ese momento, aparece la abuela de Shampoo, Cologne, observando desde el borde del patio con una sonrisa astuta.

Cologne: (burlona) No me sorprende, muchacho. Dominar la técnica de las castañas calientes no es para cualquiera.

Cologne agarra un puñado de castañas y, en un rápido movimiento, las saca del fuego con una velocidad impresionante, como si fuera algo trivial. Ranma la mira, frustrado por la facilidad con la que ella lo hace.

Ranma: (con el ceño fruncido) ¡Maldita sea! ¡¿Cómo lo haces parecer tan fácil?!

Cologne: (riendo) Porque lo es, para alguien con mi experiencia. No basta con velocidad; necesitas concentración y control.

Ranma, desanimado, se sienta en el suelo, dejando que el peso de su fracaso lo abrume. Mira el fuego, recordando su promesa a Hitomi y sintiéndose impotente.

Ranma: (en voz baja) Hitomi volverá en dos días... y yo sigo igual. (golpea el suelo con el puño) ¡Es tan frustrante!

Soun Tendo, quien ha estado observando desde la distancia, se acerca a Ranma con una sonrisa amable.

Soun: Ranma, ¿por qué no te tomas un descanso? Ir a la feria del templo podría ayudarte a despejar la mente. A veces, un poco de diversión es lo que necesitas para encontrar una solución.

Ranma: (negando con la cabeza) No puedo permitirme perder el tiempo, señor Tendo.

Soun: (con una sonrisa calmada) Insisto, un poco de distracción te hará bien.

Después de una breve pausa, Ranma suspira y finalmente acepta la sugerencia.

Ranma: (resignado) Está bien... supongo que no me hará daño intentarlo.

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Esa tarde, Ranma y Akane se dirigen a la feria del templo. Aunque al principio Ranma se resiste, poco a poco se deja llevar por la atmósfera festiva y comienza a disfrutar del ambiente. Compra de todo: dulces, juegos, y más comida de la que puede cargar. Akane lo observa, sonriendo al verlo tan despreocupado por primera vez en días.

Akane: (con una sonrisa suave) Pareces estar divirtiéndote, Ranma. Es raro verte tan feliz.

Ranma: (riendo mientras sostiene varios dulces) ¡Esto es genial! ¡Deberíamos hacer esto más seguido!

Ranma le entrega a Akane un algodón de azúcar, junto con una sonrisa sincera. Akane siente una calidez en su pecho mientras lo acepta, sorprendida por lo natural que se siente el momento.

Akane: (sonrojada, pero tratando de disimular) Gracias...

Antes de que pueda pensar más en lo que siente, ambos notan a un niño pequeño llorando cerca de un puesto de pesca de peces dorados. Akane se acerca para ayudar.

Akane: (arrodillándose junto al niño) Oye, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?

Niño: (sollozando) No puedo atrapar ningún pez dorado...

Akane, siempre dispuesta a ayudar, toma una red y comienza a intentarlo. Sin embargo, después de varios intentos fallidos, se frustra y suspira.

Akane: (frunciendo el ceño) Esto es más difícil de lo que parece...

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora