Capítulo 69

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Hitomi llegó a la escuela después de hacer la entrega para Kasumi. Caminaba rápidamente por los pasillos, casi lista para entrar al salón, cuando escuchó voces y risas. Intrigada, se asomó discretamente y vio a Ranma y Ukyo caminando juntos, hablando de manera animada. Ninguno de los dos parecía haber notado su presencia, ya que iban concentrados en su conversación, pero Pechan, que hasta ese momento estaba en los brazos de Ranma, la vio enseguida. Con un pequeño gruñido de reconocimiento, se escapó de los brazos de Ranma y corrió hacia Hitomi, quien lo recibió en sus brazos con una gran sonrisa, rascándole detrás de las orejas.

Ranma y Ukyo finalmente notaron a Hitomi y se acercaron. Ranma, sonriendo ampliamente, se adelantó y sin decir nada la envolvió en un abrazo, un gesto que la tomó completamente por sorpresa. Entonces, él se inclinó para susurrarle al oído, de manera que solo ella pudiera escucharlo.

—Ya hablé con Ukyo y todo está claro, ella lo entendió.

Hitomi sintió un alivio inmediato al escucharlo, aunque también se sentía algo asombrada por el cambio en Ranma. Sus miradas se encontraron, y por un momento, parecía que ambos estaban en su propio mundo. Sin embargo, al separarse, Hitomi notó que Ukyo los observaba a unos pasos, con una sonrisa suave, aunque algo avergonzada.

Ukyo saludó a Hitomi con una pequeña inclinación de cabeza, y luego miró a Ranma.

—Ranma, ¿puedes darnos un momento a solas? —le pidió con voz tranquila.

Ranma asintió. Antes de marcharse, le dio un beso en la frente a Hitomi, lo cual la hizo sonrojar levemente. Ella lo miró mientras él entraba al salón, sintiendo todavía el calor de ese pequeño gesto en su piel.

Cuando estuvieron solas, Ukyo tomó aire profundamente, como si estuviera reuniendo valor. Miró a Hitomi con una expresión seria pero sincera.

—Sé que lo de ayer estuvo mal —comenzó Ukyo, con un tono de voz que dejaba claro su arrepentimiento—. Intenté organizar una cita entre tú y Ryoga... y en el proceso, me dejé llevar por mis propios sentimientos sin pensar en los de ustedes. Me siento mal por haber intentado manipular la situación.

Hitomi escuchó con atención, sorprendida por la honestidad de Ukyo. En el fondo, siempre había simpatizado con ella como personaje, alguien fuerte y leal. Y ahora, ver cómo Ukyo era capaz de reflexionar y admitir sus errores le hizo ganar aún más respeto. Se dio cuenta de que Ukyo estaba tratando de enmendar su error, y esa disposición a reconocer sus fallos le pareció un acto genuino.

Con una sonrisa suave, Hitomi dio un paso adelante y colocó una mano en el hombro de Ukyo.

—No te preocupes, Ukyo. A veces, todos nos dejamos llevar por lo que queremos —le dijo, mirándola con comprensión—. Pero creo que lo importante es aprender de esos momentos. ¿Qué te parece si empezamos de nuevo?

Ukyo la miró, sorprendida. Durante un instante, pareció que las emociones le ganaban, pero luego sonrió con alivio y asintió.

—Eso me encantaría, Hitomi —respondió, agradecida—. La verdad, creo que podemos ser buenas amigas.

Ambas compartieron una sonrisa. Ukyo parecía haber dejado ir ese peso que llevaba en el pecho, y se despidió de Hitomi antes de regresar al salón, visiblemente más tranquila. Hitomi se quedó observando a Pechan, quien la miraba con una expresión curiosa y, quizá, un poco confusa.

Hitomi acarició al pequeño cerdito y suspiró, sonriendo.

—¿Sabes, Pechan? Creo que he ganado una nueva amiga.

Pechan emitió un pequeño gruñido, como si estuviera de acuerdo, y Hitomi rió ante su respuesta. Con un gesto cariñoso, se agachó para colocar a Pechan en el suelo, pero antes lo abrazó una vez más.

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora