Capítulo 47

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La tarde en la casa Tendo era tranquila, pero Ranma no lo estaba. Sentado en su cuarto, se rascaba la cabeza mientras pensaba en el plan perfecto para hacer pagar a Happosai por sus interminables travesuras. Desde robar ropa interior hasta posar en fotos comprometedoras, el anciano maestro había cruzado la línea demasiadas veces. No solo había fastidiado a todos, sino que había puesto en peligro la paz que Hitomi había logrado establecer en la casa. Ranma suspiró, sabiendo que no podía contarle este plan a Hitomi. Ella siempre intentaba resolver las cosas de manera pacífica, y él no quería preocuparla. Más aún, después de todo lo que ella hizo para aplacar a Happosai, sabía que preferiría que no hubiera más conflictos.

Ranma se puso de pie con decisión y se dirigió al patio, donde Akane entrenaba, lanzando golpes al aire con energía. Él la observó por un momento, buscando el momento adecuado para hablarle.

Ranma (acercándose): —Akane, necesito que me ayudes con algo.

Akane se detiene, un poco sorprendida por la seriedad en la voz de Ranma.

Akane (curiosa): —¿Ayuda? ¿De qué se trata?

Ranma, sin más preámbulo, saca un pequeño sobre de su bolsillo. Con cuidado, lo abre y muestra un pequeño parche, que parecía inofensivo, pero contenía el secreto para su venganza.

Ranma: —Es un parche que ahuyenta a las mujeres. Produce un olor tan desagradable que ninguna chica querrá estar cerca de la persona que lo lleva. —dijo, mostrando una sonrisa de satisfacción—. Me lo dio Shampoo como un amuleto de la suerte, pero ahora servirá para darle una lección a Happosai.

Akane toma el parche, lo observa con detenimiento y frunce el ceño, claramente sorprendida.

Akane (confundida): —¿Y de dónde sacaste esto?

Ranma (sin rodeos): —Shampoo me lo dio hace un tiempo. Pero lo que quiero es que se lo pongas a Happosai cuando no se dé cuenta. Con esto, no podrá acercarse a ninguna mujer y tendrá que aprender a no ser tan pervertido.

Akane levanta una ceja, todavía intrigada por el plan.

Akane: —¿Y por qué no se lo pides a Hitomi?

Ranma (con un tono más suave): —Ella no quiere que me meta en más problemas con él. Después de todo lo que hizo para mantener la paz, no puedo arriesgarme a que se preocupe por mí. No quiero que termine lastimada por algo que yo provocaría.

Al escuchar esto, Akane sintió una mezcla de emociones. Por un lado, estaba claro que Ranma valoraba la opinión de Hitomi y no quería causarle problemas, lo que Akane comprendía. Pero por otro lado, no pudo evitar sentir una pequeña punzada de celos. A pesar de todo, el hecho de que Ranma le pidiera a ella ayuda le generaba cierta satisfacción.

Akane (sonriendo levemente): —Está bien, Ranma. Te ayudaré. —dijo con una chispa de determinación en sus ojos.

Más tarde, el plan se puso en marcha. Akane se acercó a Happosai con una propuesta que sabía que no podría rechazar: le ofreció coserle un animalito de peluche. Por supuesto, Happosai, siendo como era, aprovechó la oportunidad para estar cerca de Akane y no dejó pasar ni un solo momento sin intentar tocarla de forma inapropiada. A pesar de sus intentos, Akane mantuvo el control y logró mantenerlo a raya.

Akane (con una voz dulce y fingida): —Maestro Happosai, ya casi termino. ¡Te va a encantar este peluchito!

Happosai (entusiasmado): —¡Ah, Akane, eres tan amable! ¡Me siento tan afortunado de tenerte aquí!

Finalmente, Akane terminó su tarea y le hizo un pequeño peluche con la forma de un perro. Happosai lo miró con ojos brillantes, convencido de que con este nuevo “amuleto” podría impresionar a todas las mujeres. Lo que no sabía era que Akane, con astucia, ya había colocado el parche anti-mujeres en su espalda, asegurándose de que no lo notara.

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora