Capítulo 70

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Al salir de la escuela, Ranma y Hitomi caminaban juntos por las calles. Ambos estaban de buen humor, disfrutando de la compañía del otro después de un día lleno de eventos y sorpresas. Mientras caminaban, pasaron por un puesto de comida callejera que vendía dumplings de frijol, y el delicioso aroma los atrajo de inmediato.

—¿Quieres probarlos? Invito yo —dijo Ranma, sonriendo mientras señalaba el puesto.

Hitomi asintió con entusiasmo, y ambos se acercaron para hacer el pedido. Cuando les entregaron los dumplings, se sentaron en una banca cercana para disfrutarlos. Ranma tomó uno de los dumplings y dio un mordisco, cerrando los ojos con satisfacción.

—¿Sabes? Estos están mucho más ricos que los que comí de Shampoo antes —comentó Ranma, recordando lo que había sucedido en la escuela.

Hitomi levantó una ceja, intrigada. Esto le dio la excusa perfecta para preguntar por el extraño comportamiento de Shampoo, y estaba ansiosa por confirmar sus sospechas.

—¿Comiste dumplings de Shampoo? ¿Y cómo pasó eso? —preguntó con tono casual, aunque claramente interesada en la historia.

Ranma miró a Hitomi con una mezcla de nerviosismo y culpabilidad, como si temiera que ella se enojara al saber que había aceptado la comida de otra chica.

—Bueno, no fue mi intención... —empezó a explicar, rascándose la nuca y bajando la mirada—. Shampoo apareció en la cafetería ofreciéndome esos dumplings, y yo intenté decir que no, pero todos los compañeros me presionaron para que los aceptara. Al final, terminé cediendo.

Hitomi asintió, mostrándole que no estaba molesta, y le hizo un gesto para que continuara.

—Pero lo raro fue lo que hizo después —añadió Ranma, con una expresión de desconcierto—. Después de que terminé de comer, Shampoo me pidió un abrazo y, de repente, chasqueó los dedos como si estuviera esperando algo. No pasó nada... o eso pensé. Pero justo después  paso a mi lado un compañero y... bueno, terminé abrazándolo sin querer.

Hitomi se llevó una mano al mentón, pensativa. Mientras Ranma describía la escena, algo comenzó a hacer clic en su mente. Recordó un episodio del anime donde Shampoo intentaba usar una pócima especial que reaccionaba al estornudo de la persona afectada, causando que hicieran lo que se les ordenara.

—¿Qué estás pensando? —preguntó Ranma, notando la expresión reflexiva de Hitomi.

Hitomi salió de sus pensamientos y le dio una sonrisa.

—Ah... nada importante, solo estoy recordando algo. —Luego hizo una pausa, con una chispa de curiosidad en los ojos—. ¿Podrías pedir un poco de pimienta?

Ranma la miró, confundido, pero asintió mientras el hacía la solicitud. Cuando  les trajo el pequeño frasco de pimienta, Hitomi lo sostuvo en la mano y luego miró a Ranma con una sonrisa traviesa.

—Ranma, ¿me harías un favor? —dijo, fingiendo casualidad—. Me encantaría que me recitaras un poema en voz alta, uno que exprese cuánto me quieres.

Ranma la miró aún más confundido, pero antes de que pudiera responder, Hitomi agitó la pimienta bajo su nariz y estornudó de manera exagerada.

El efecto fue inmediato. Sin dudarlo, Ranma se levantó de su asiento y comenzó a recitar en voz alta, su voz resonando en el pequeño espacio y llamando la atención de todos los transeúntes.

—¡Oh, Hitomi, el sol brilla menos cuando no estás a mi lado! —dijo con una pasión tan intensa que muchos de los que pasaban se detuvieron a escucharlo—. ¡Tu risa es la música que da vida a mis días, y tus ojos son como dos estrellas que iluminan mi camino!

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora