Capítulo 64

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Al día siguiente, Hitomi se levantó temprano, con la cabeza llena de pensamientos. Entre la situación de Ukio y el comportamiento de Genma, ahora también tenía que lidiar con su encuentro con Kuno. Sabía que su obsesión con Akane y Ranma en su versión femenina era algo que necesitaba aclarar, así que decidió que ese día sería ideal para obtener respuestas.

Se arregló con cuidado, buscando proyectar una imagen tranquila, pero no demasiado formal. Después, bajó las escaleras para desayunar. En la cocina, solo Kasumi estaba levantada. Mientras preparaba el desayuno para los demás, saludó a Hitomi con su habitual amabilidad.

—Buenos días, Hitomi. ¿Vas a salir? —preguntó Kasumi, mientras cortaba unas verduras.

—Sí, tengo que ir a un lado, pero no tardaré mucho —respondió Hitomi, sin entrar en detalles.

Kasumi, asumiendo que tal vez Hitomi iba a la biblioteca, como solía hacer a menudo, le preparó algo ligero para que no saliera con el estómago vacío. Hitomi agradeció el gesto y desayunó en la cocina, conversando un poco con Kasumi, quien siempre tenía palabras gentiles.

Una vez lista, Hitomi salió rumbo al lago, donde se encontraría con Kuno. Al llegar, no lo vio de inmediato, lo que le hizo pensar que quizá había llegado demasiado temprano. Sin embargo, al poco rato, vio aparecer una enorme y llamativa canoa en el agua. Era Kuno, que había alquilado una embarcación exagerada para la ocasión. Al acercarse a la orilla, bajó de la canoa con un ramo de rosas en las manos, y se las ofreció a Hitomi.

—Para ti, mi bella dama —dijo, con su habitual grandilocuencia.

Hitomi aceptó las flores por cortesía y se subió a la canoa con él. Kuno, como de costumbre, no tardó en comenzar a alabarse a sí mismo. Hablaba con entusiasmo sobre sus habilidades en el kendo y sus victorias en varios enfrentamientos, sin notar que Hitomi solo lo escuchaba con paciencia, analizando cada palabra.

A medida que avanzaban por el lago, apareció otra canoa, esta vez con músicos que Kuno había contratado para que les cantaran durante el paseo. Además, había preparado una elegante cena en la embarcación, con platos sofisticados que hicieron que Hitomi se preguntara cuánto había costado todo esto. Sin embargo, no le dio mayor importancia, ya que su mente seguía enfocada en el verdadero propósito de este encuentro: entender el comportamiento de Kuno hacia su hermana Akane y hacia Ranma en su forma femenina.

Mientras Kuno continuaba hablando y los músicos tocaban, Hitomi escuchaba atentamente, esperando el momento adecuado para dirigir la conversación hacia los temas que realmente le interesaban.

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A medida que la canoa navegaba por el lago, el sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos rosados y anaranjados. La música de los músicos contratados por Kuno se mezclaba con el sonido del agua y el canto de los pájaros, creando una atmósfera serena.

Hitomi, sentada en la popa de la canoa, miraba hacia el horizonte, disfrutando del paisaje. Kuno se sentó junto a ella, intentando captar su atención.

—Hitomi, ¿no te parece hermoso este lugar? —preguntó Kuno, sonriendo.

Hitomi se volvió hacia él con una sonrisa educada.

—Sí, es muy bonito.

Kuno se acercó un poco más, buscando una conexión.

—Me alegra que te guste. Quería compartir esto contigo.

Hitomi, manteniéndose distante, evitó que Kuno se acercara demasiado.

—Gracias, Kuno. Es muy amable de tu parte.

Kuno, intentando seguir con la conversación, fue interrumpido por Hitomi.

—¿Puedo preguntarte algo?

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora