Capítulo 60

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Era fin de semana, y la casa Tendo estaba envuelta en un ambiente de felicidad inusual. Nabiki, la siempre calculadora, había conseguido un descuento considerable en un restaurante y, en lugar de aprovecharlo solo para ella, había decidido llevar a toda la familia. La noticia sorprendió a todos.

—¡Vamos a comer fuera! —anunció Nabiki con una sonrisa enigmática—. Hoy es un día especial, así que pensé en invitar a todos.

Tendo, al escuchar esto, sonrió ampliamente. Para él, una comida en familia era motivo de celebración, y la noticia lo emocionó.

—¡Oh, Nabiki, qué gesto tan generoso! —dijo su padre, claramente conmovido mientras se ajustaba el kimono, ya mentalizado para disfrutar de una buena comida.

Por su parte, Genma casi saltó de alegría al escuchar la palabra "gratis".

—¡Comida gratis, qué excelente! —exclamó Genma, ya corriendo hacia su cuarto para cambiarse con rapidez—. No hay nada mejor que una buena comida sin tener que pagar.

Kasumi, siempre atenta, no tardó en actuar. Guardó la comida que había preparado para el día siguiente, con una sonrisa de satisfacción al ver que todos estaban tan emocionados.

Akane, por otro lado, observaba a Nabiki con cierto recelo. Era raro que su hermana mayor, tan egoísta en ocasiones, decidiera compartir algo con la familia. Mientras se cruzaba de brazos, la duda la hizo hablar.

—Nabiki, ¿de verdad vas a llevarnos a todos? —preguntó con una ceja levantada—. Normalmente cuando tienes algo así, lo usas solo para ti.

Nabiki la miró de reojo con una sonrisa calculada.

—¿Qué? ¿No puedo tener un momento de generosidad familiar? —respondió Nabiki, empujando ligeramente a Akane hacia las escaleras—. Anda, cámbiate rápido. No querrás llegar tarde.

Aunque seguía desconfiada, Akane obedeció, sabiendo que no tendría mucho sentido seguir cuestionándola. Subió las escaleras mientras Nabiki la veía irse, con esa sonrisa que nunca delataba completamente sus verdaderas intenciones.

Hitomi, que observaba la situación desde la esquina de la sala, suspiró mientras se levantaba de su asiento.

—A veces, Nabiki puede sorprendernos —pensó en voz baja mientras se dirigía a su habitación para prepararse también. Aunque era raro ver a Nabiki compartiendo, prefería aprovechar la oportunidad para disfrutar de un día en familia sin pensarlo demasiado.

Ranma, por su parte, estaba sentado junto a Genma, con los brazos cruzados y una expresión de curiosidad.

—Oye, Nabiki, ¿a qué restaurante vamos? —preguntó con un tono de aparente desinterés, pero en realidad, la curiosidad lo estaba matando.

Nabiki, que ya estaba a punto de subir las escaleras, se detuvo y lo miró con una sonrisa que no revelaba nada.

—Es una sorpresa —respondió, con ese tono misterioso que siempre la caracterizaba—. Pero te aseguro que te va a gustar.

Ranma iba a decir algo más, pero antes de que pudiera seguir con su interrogatorio, Nabiki lo interrumpió.

—Vamos, Ranma, tú también cámbiate. No podemos salir si sigues vestido así —dijo, señalando su ropa de entrenamiento—. No queremos causar una mala impresión, ¿verdad?

Ranma, algo molesto por haber sido cortado de esa forma, se levantó con un gruñido.

—Está bien, está bien, ya voy —dijo, mientras caminaba hacia su cuarto, aunque seguía murmurando—. No entiendo por qué tanto misterio.

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora