Reencarne en Ranma 1/2

Capítulo 27

Era una tarde tranquila en el dojo Tendo. Ranma y su padre, Genma, estaban entrenando intensamente en el patio, ambos en forma humana, lanzándose golpes y esquivando con agilidad. El sonido de los puños rompiendo el viento llenaba el ambiente, mientras Kasumi, desde la cocina, observaba con una sonrisa la energía que irradiaban ambos. En ese momento, dentro de la casa, el teléfono comenzó a sonar con insistencia.

Hitomi: (desde el salón, levantándose de su silla) ¡Yo contesto!

Hitomi se dirigió rápidamente hacia el teléfono, respondiendo con su habitual tono calmado y educado. Al otro lado de la línea, la voz del doctor Tofu se escuchaba clara, aunque con un tinte de preocupación en sus palabras.

Doctor Tofu: Hitomi, quería avisarte algo importante sobre la técnica que usé en Ranma. Lo siento mucho, pero solo funciona una vez. Si Ranma cae al agua fría de nuevo, no podremos volver a usar esa técnica para revertir su transformación.

Hitomi, al escuchar esto, frunció el ceño ligeramente. Aunque ya sospechaba que la solución no sería perfecta, escuchar que había un límite definitivo complicaba la situación. Su agradecimiento hacia el doctor fue inmediato, pero la urgencia se apoderó de ella rápidamente.

Hitomi: (con un tono firme) Gracias, doctor. Se lo haré saber de inmediato.

Sin perder tiempo, Hitomi colgó el teléfono y corrió hacia el patio. Su mente se llenaba de imágenes de Ranma cayendo accidentalmente en el estanque, una situación que se había repetido demasiadas veces. Al llegar al patio, lo vio en medio de un intenso intercambio de golpes con Genma, ambos peligrosamente cerca del borde del estanque.

Hitomi: (gritando con fuerza) ¡Ranma, detente ahora!

Ranma, confundido y jadeando por el esfuerzo, detuvo su puño en el aire, a centímetros de su padre. Ambos, él y Genma, se giraron hacia Hitomi, claramente sorprendidos por su tono urgente. Ranma bajó los brazos y caminó hacia ella, aún sin comprender del todo qué había sucedido.

Ranma: (preocupado) ¿Qué pasa, Hitomi? ¿Todo está bien?

Hitomi: (seria, tomando aire) El doctor Tofu llamó. La técnica que usaron para curarte... solo funciona una vez. Si caes al agua fría otra vez, no podremos revertir la transformación. Esta vez sería permanente.

Ranma abrió los ojos con incredulidad, procesando lentamente lo que Hitomi le acababa de decir. Las palabras golpearon su mente como un balde de agua fría. Por un segundo, miró hacia el estanque que estaba justo detrás de él, dándose cuenta de lo cerca que había estado de arruinarlo todo.

Ranma: (con un suspiro de alivio) ¡No puede ser! Estuve a punto de caer... Hitomi, gracias. No sé qué hubiera hecho si me hubiera transformado otra vez.

Genma, que también había escuchado la conversación, asintió en silencio, entendiendo la gravedad de la situación. Por un momento, todo el dojo quedó en silencio, excepto el suave susurro del viento.

Genma: (rascándose la cabeza) Entonces, hijo... eso significa que tienes que tener mucho más cuidado a partir de ahora. No podemos permitirnos errores.

Ranma: (determinante) Lo sé, papá. A partir de ahora, nada de jugar cerca del agua.

Hitomi, aliviada de que Ranma lo entendiera, esbozó una pequeña sonrisa. Sin embargo, dentro de ella, sabía que era imposible evitar el agua completamente. Vivían en un mundo donde las peleas y los accidentes eran constantes, y Ranma, siendo quien era, atraía los problemas como un imán.

Hitomi: (en tono reflexivo) Tendremos que ser muy cuidadosos. No solo tú, sino todos a tu alrededor.

Kasumi, que había estado escuchando desde la puerta, asintió tranquilamente. Mientras que Nabiki, desde la distancia, esbozaba una sonrisa traviesa, ya ideando cómo usar esta nueva información en su beneficio. Akane, que acababa de salir de la casa, escuchó las últimas palabras de Hitomi y miró a Ranma con una mezcla de preocupación y resignación.