Al día siguiente, Hitomi se levantó temprano con la idea clara de que ese día sería completamente diferente. Se arregló de manera delicada, eligiendo un vestido sencillo pero elegante, que reflejara a la perfección su nuevo papel: una chica tímida y poética, con una apariencia suave y tranquila. Al soltar su cabello, lo dejó caer de manera natural, creando una imagen etérea y casi frágil. Su plan era sumergirse completamente en este nuevo reto.
Al bajar a la cocina para el desayuno, todos en la familia la observaron en silencio. Después del cambio radical que había mostrado el día anterior, nadie quería incomodarla ni provocar su enojo. Excepto Kasumi, quien siempre mantenía su naturaleza calmada y curiosa.
—Buenos días, Hitomi. ¿Cómo te sientes hoy? —preguntó Kasumi con su habitual dulzura.
Hitomi, siguiendo el papel de chica tímida, bajó la mirada ligeramente, sonriendo suavemente antes de responder con un tono suave y melódico.
—Oh, hermana querida, el día amanece como un susurro entre las hojas del viento, trayendo consigo la paz de una nueva jornada —respondió con una ligera inclinación de cabeza, como si estuviera recitando una poesía.
La respuesta poética y delicada de Hitomi dejó a todos en la mesa completamente desconcertados. Akane, con una ceja levantada, intentaba entender de dónde provenía este cambio tan drástico en su hermana. Nabiki, como siempre, observaba con una mezcla de diversión y curiosidad, mientras Tendo y Genma intercambiaban miradas, sin saber cómo reaccionar.
Happosai, quien esa mañana había decidido quedarse en casa, se emocionó inmediatamente con la nueva actitud de Hitomi. Sus ojos brillaron, y se inclinó hacia ella con su típica sonrisa traviesa.
—Hitomi, querida —dijo, emocionado—, ¡me encanta tu forma de hablar! Es tan… hermosa. ¿Podrías hablar así también de la ropa íntima? ¡Por favor, por favor!
Hitomi, aún metida en su papel de chica tímida y poética, no mostró ninguna reacción negativa. En lugar de molestarse, se giró suavemente hacia Happosai y, con su tono suave y delicado, le recitó algo que parecía una poesía:
—Las prendas que rozan la piel como un pétalo de rosa, son caricias secretas que el viento nunca revela, guardadas en lo más profundo del corazón de quien las viste.
Happosai, al escuchar las palabras, no pudo evitar emocionarse. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y comenzó a sollozar, impresionado por la belleza de la respuesta.
—¡Es… es maravilloso! ¡Tanta poesía! —dijo entre lágrimas, completamente conmovido.
Hitomi, manteniendo su papel, inclinó la cabeza ligeramente y con una sonrisa tímida le agradeció sus palabras antes de levantarse de la mesa para ir a la escuela.
—Os agradezco por vuestra calidez esta mañana, pero ahora debo partir, pues el sol invita a una nueva jornada de aprendizajes —dijo con una ligera reverencia, antes de dirigirse hacia la puerta.
Mientras Hitomi se iba, todos en la casa quedaron en silencio una vez más. Genma intentó decir algo, pero se quedó sin palabras, mientras Soun Tendo parecía estar procesando todo lo ocurrido. Akane y Nabiki intercambiaron miradas perplejas, sin saber qué pensar del cambio radical de su hermana.
—¿Qué… qué le pasa a Hitomi? —preguntó Akane finalmente, con evidente incredulidad.
—No lo sé, pero parece que le ha dado por hablar como… no sé, como si viviera en un libro de poesía —respondió Nabiki, aún intentando comprender lo que acababa de suceder.
Tendo, por su parte, solo suspiró, incapaz de entender cómo su hija podía cambiar tanto de un día para otro. Sin embargo, lo único que tenía claro era que algo extraño estaba ocurriendo con ella, y no sabía si eso era bueno o malo.
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Reencarne en Ranma 1/2
Teen Fiction**Mi Vida en el Mundo de Ranma** Nunca pensé que mi vida tomaría un giro tan extraño, pero aquí estoy, renacida como la hermana gemela de Akane Tendo en el alocado mundo de *Ranma ½*. Mi vida anterior, llena de éxitos en el mundo de las inversiones...