Capítulo 53

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Al terminar las clases, Nabiki notó que Hitomi no seguía el camino habitual hacia casa. Intrigada, decidió alcanzarla.

-¿A dónde vas, Hitomi? -preguntó Nabiki, siempre en busca de algo interesante.

Hitomi, quien ya sospechaba de las intenciones de su hermana, contestó con indiferencia.

-Solo voy a dar un paseo.

Nabiki, sin rendirse, sonrió astutamente.

-¿Un paseo o vas a ver a ese chico otra vez?

Cansada del interrogatorio, Hitomi soltó un suspiro y decidió ser directa.

-Sí, Nabiki. Voy a ver a Sebastián, si es eso lo que querías saber.

Nabiki, satisfecha de haber obtenido la información que buscaba, sonrió aún más y con un tono burlón le dijo:

-Bueno, cuídate entonces, Hitomi.

Con eso, Nabiki se marchó, dejando a Hitomi continuar su camino. Mientras Nabiki regresaba, se encontró con Akane y Ranma.

-¿Por qué estás tan contenta? -preguntó Akane, notando la expresión triunfante en el rostro de su hermana.

Nabiki, con una sonrisa traviesa, simplemente les hizo un gesto de despedida sin dar explicaciones y siguió su camino, dejando a ambos intrigados.

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Hitomi llegó al lugar de encuentro, un parque cercano al museo donde Sebastián la esperaba. Estaba de pie, vistiendo su uniforme escolar, y al verla, una sonrisa iluminó su rostro. Hitomi se disculpó con una pequeña reverencia.

-Perdón por llegar tarde, Sebastián.

Él negó con la cabeza, sonriendo.

-No te preocupes, Hitomi. Apenas acabo de llegar. -Su emoción por la salida era palpable, y sin querer esperar más, la animó-. ¡Vamos, no quiero que nos perdamos nada del museo!

Ambos caminaron hacia la entrada del museo, donde una imponente fachada los recibió. Las puertas de vidrio reflejaban sus imágenes como un par armónico, atrayendo la atención de algunos transeúntes que los veían entrar. El museo estaba repleto de cuadros, esculturas y exhibiciones que exploraban diferentes periodos de la historia del arte.

Mientras recorrían las salas, Sebastián se detenía en cada obra, mostrando un conocimiento inesperado. Explicaba con pasión las técnicas de los pintores, las historias detrás de las esculturas, y cómo las diferentes corrientes artísticas influyeron en la cultura. Hitomi, aunque inicialmente no mostraba tanto interés, pronto quedó atrapada por la energía de Sebastián. Sus explicaciones le hacían ver las obras de arte desde una perspectiva que jamás había considerado.

-Esta pieza... -dijo Sebastián, señalando un cuadro renacentista-. Representa la lucha interna del ser humano entre el deber y el deseo. Es increíble cómo el artista plasmó esa tensión en los detalles del rostro.

Hitomi observó el cuadro detenidamente, admirando el contraste de luces y sombras. Se dio cuenta de que, aunque su conocimiento era limitado, disfrutaba mucho más de la experiencia gracias a la compañía de Sebastián.

Durante su recorrido, algunas personas que visitaban el museo no pudieron evitar fijarse en ellos. Un par de ancianos, que caminaban cerca, los miraron con una sonrisa.

-Qué hermosa pareja -susurró la señora al hombre que la acompañaba-. Son tan jóvenes y se ven tan bien juntos.

Hitomi escuchó el comentario y no pudo evitar desconsertarla un poco. Sin embargo, no dijo nada. Sebastián, por su parte, también lo oyó, pero decidió no mencionarlo. El comentario lo hizo sentir algo nervioso, aunque se esforzó por mantener su actitud relajada.

Reencarne en Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora