Reencarne en Ranma 1/2

Capítulo 72

El día estaba despejado, los rayos del sol se filtraban entre las hojas de los árboles, y el parque se llenaba del canto alegre de los pájaros y el sonido de los niños jugando. Hitomi caminaba con una hermosa ropa de verano, un vestido ligero y fresco, que se movía suavemente con la brisa. Se había arreglado especialmente para el encuentro de hoy, ya que iba a reunirse con Sebastián, quien partiría al día siguiente. Decidió no despertar a Ranma; la noche anterior habían visto películas de terror hasta tarde, y al parecer, el miedo le había ganado, pues Ranma no pudo dormir bien. Ahora, descansaba profundamente, y ella no quiso interrumpir su sueño.

Al llegar al parque, Hitomi sintió el bullicio y la energía del lugar. Niños corrían de un lado a otro, riendo y jugando, familias paseaban tranquilamente, y parejas caminaban de la mano, disfrutando del hermoso clima. Fue en ese ambiente de alegría y despreocupación que vio a Sebastián, quien ya la esperaba con una amplia sonrisa.

—¡Hola, Hitomi! —la saludó, levantando una mano en señal de bienvenida.

—¡Sebastián! —exclamó ella, acercándose a él con una sonrisa de felicidad—. Parece que el día será perfecto para despedirnos, aunque no puedo evitar sentirme triste de que te vayas mañana.

Sebastián asintió, comprensivo.

—Lo sé, yo también lo siento. Pero aprovechemos el día al máximo. Ya he recorrido muchos lugares y tomado bastantes fotos, así que estoy abierto a lo que tú quieras hacer.

Hitomi se encogió de hombros, un poco indecisa.

—Pues... la verdad es que no salgo mucho, así que no tengo ninguna idea en particular —admitió ella, riendo suavemente—. Tal vez solo podemos caminar y disfrutar del parque.

Justo en ese momento, ambos escucharon el anuncio de un organizador, quien informaba sobre una competencia que estaba por comenzar. Era una especie retos donde demuestra uno sus habilidades y su liderazgo, además que se hacen en pareja, y los ganadores recibirían un premio especial. La idea captó de inmediato su atención.

—¿Te animas? —preguntó Sebastián, con un destello de emoción en los ojos—. Podría ser una forma divertida de recordar nuestro último día juntos.

Hitomi asintió, entusiasmada.

—¡Claro! Vamos a intentarlo.

Se acercaron al lugar de registro, donde el organizador les explicó las reglas. Cada pareja recibiría un número y un sobre con la primera pista en forma de acertijo. La meta era tener seis piezas. Con cada pista resuelta y reto completado, recibirían una pieza, y al final, tendrían que ensamblarlas para que les indicara la ubicación de la meta final.

Les asignaron el número 28, y les entregaron el sobre con la primera pista. Sebastián lo abrió con entusiasmo, y ambos miraron el acertijo que contenía:

"Con botas de metal y giros en espiral, deslízate en la pista donde el hielo es vital."

Hitomi leyó el acertijo en voz alta y sonrió, descifrando rápidamente.

—¡Es la pista de patinaje! Seguro es ahí.

Sebastián asintió, impresionado por la rapidez de Hitomi para resolverlo.

—¡Vamos entonces!

Ambos se dirigieron a la pista de patinaje del parque, donde ya había varias parejas intentando completar el reto. Al llegar, vieron que el desafío consistía en realizar dos vueltas alrededor de la pista, evitando conos en el camino, y terminando con dos giros en el aire. Un instructor les mostró cómo hacerlo, y al ver las demostraciones, Hitomi y Sebastián se dieron cuenta de que no era nada sencillo.