El peso de aquel recuerdo invadía los pensamientos de John mientras la lluvia golpeaba la ventana. Cerró los ojos y, en su mente, volvió a esa conversación con su padre, una noche en la que cada palabra fue como una espada de doble filo, donde el amor y el miedo se entrelazaron de una forma que jamás había experimentado.
-¿Qué hiciste... qué? -Jonathan, su padre, lo miraba, incrédulo-. ¿Cómo que falsificaste evidencia?
John, apenas un adolescente, sintió su garganta cerrarse al ver la mirada en los ojos de su padre, una mezcla de sorpresa y decepción que casi le quebraba el alma.
-Sí, papá... Lo hice. No me importa si piensas que estuvo mal -dijo, su voz apenas sostenida por la determinación-. Necesitaba ayudarte. Mamá te necesita. Los dos te necesitamos.
Jonathan lo miraba, incapaz de articular palabra, mientras John continuaba, cada vez con mayor fuerza, dejando fluir todo lo que sentía.
-Que tú vayas a la cárcel nos dolería más de lo que imaginas. No me importa lo que diga la gente; tú eres mi padre, y por eso lo hice. -John casi gritaba, una mezcla de desesperación y necesidad de comprensión.
Jonathan bajó la mirada, procesando todo lo que su hijo acababa de decirle. Recordaba bien una conversación anterior, donde le había dicho a John que no siempre era bueno involucrarse en los problemas de otros.
-Sabes, papá... -John hizo una pausa, observando la reacción de su padre-. ¿Recuerdas lo que me dijiste de no ayudar a las personas?
Jonathan asintió, mirando al suelo.
-Sí... lo recuerdo.
-Te equivocaste, papá. Te ayudé a ti -dijo John, con un susurro cargado de dolor y una punzada de esperanza de que su padre comprendiera lo que él había sacrificado.
Jonathan guardó silencio, y luego, tras unos instantes que parecieron eternos, levantó la cabeza con una expresión de genuino orgullo.
-Sabes... tienes razón, hijo. -Jonathan extendió los brazos y lo abrazó-. Estoy orgulloso de ti, John. Hiciste algo que muchos no habrían hecho.
John se derrumbó en ese abrazo, sus lágrimas mezclándose con el calor de los brazos de su padre.
-Papá... -susurró, aferrándose a él como si temiera perderlo-. ¿Y ahora qué pasará?
Jonathan, más sereno, acarició su cabello, infundiéndole una calma que solo él podía ofrecerle.
-No te preocupes, Jonny. Me quedaré libre de sospechas en poco tiempo. Estaremos bien, te lo prometo.
John asintió con los ojos todavía húmedos, y mientras se separaban, su padre le sonrió con ternura.
-Te quiero, John.
-También te quiero, papá.
Volviendo con los recuerdos con Stephanie.
John volvió a la realidad, aún abrazado a Stephanie en medio de la noche lluviosa. La luz de la habitación se fue de repente, sumiéndolos en la oscuridad.
-Genial -murmuró él, soltándose suavemente de Stephanie y mirando por la ventana-. Parece que se fue en todas partes, al menos no hace calor.
Stephanie, adormilada, se estiró y bostezó.
-Sí tienes razón.
John sonrió y le acarició el cabello.
-Es tarde. Creo que ya es hora de irnos a dormir, ¿no crees?
-Sí, vamos, Jonny -dijo ella con una sonrisa traviesa mientras tomaba su mano.
-Bien... Además, está comenzando a hacer frío.
Ambos caminaron hacia la habitación en silencio, dejando que la calidez de la compañía llenara el vacío de la oscuridad. John se preparaba para acostarse, sintiendo el agotamiento de un día largo y lleno de recuerdos, cuando Stephanie lo rodeó con sus brazos.
-Vamos -dijo ella mientras se acurrucaban bajo las cobijas, refugiados el uno en el otro.
-Me gusta esto... -susurró Stephanie, abrazándolo con fuerza.
-A mí también -contestó él, antes de besarla, dejando que el momento los envolviera en una intimidad profunda y silenciosa que parecía sellar un pacto entre ellos, una promesa no dicha.
De vuelta en el presente, aquellos recuerdos solo eran eso: ecos lejanos de una época mejor y más feliz que jamás volvería. John siguió mirando hacia el techo, perdido en su propia mente, hasta que, decidido, se levantó y se dirigió hacia la azotea de la base.
Subió a la azotea de la base, dejando que el viento frío le acariciara el rostro mientras miraba las luces de la ciudad a lo lejos.Una vez allí, bajo el cielo nocturno y la brisa fría, sacó su teléfono desechable y lo acercó a su oído, esperando.
-Contesta... contesta, Trevor...
Finalmente, después de varios tonos, escuchó la voz soñolienta de Trevor al otro lado.
-¿John? ¿Qué pasa?
-Hola, Trevor.
-Hola, John... No me digas que no sabrán que me estás llamando a estas horas.
John sonrió, adivinando la preocupación de su amigo.
-No te preocupes, lo estoy haciendo desde un teléfono desechable. Nadie sabrá que hablamos.
Trevor suspiró, aún con voz somnolienta.
-Bien... Mira, no es por ser aguafiestas, pero son las dos de la mañana.
-Lo sé. Solo quería saber si pudiste contactar a Hoffman y Wilmer.
-Sí, Alice ya lo hizo.
John asintió, satisfecho.
-Bien. Dile a Alice que organice una reunión presencial con ambos.
Trevor dudó un momento, su voz reflejando preocupación.
-Sabes que si Alice hace esto, yo no la voy a dejar sola, ¿verdad?
John negó suavemente con la cabeza, sabiendo que Trevor no podía verlo.
-No, Trevor. Esta vez seré yo quien los vea. No necesito que ustedes estén ahí.
Hubo un silencio en la línea, y luego Trevor habló con una voz resignada.
-¿Estás seguro, John?
-Sí, Trevor. Estoy seguro.
-Bien... Buenas noches, John.
-Buenas noches -dijo John, y antes de colgar, lanzó el teléfono desechable desde la azotea, observando cómo desaparecía en la oscuridad.
El viento soplaba con más fuerza, y él volvió la mirada a las luces distantes, recordando cada sacrificio, cada decisión que había tomado. El rostro de Raito, que se había quedado callado aparicio detrás suyo ,como una sombra que lo seguía, pero también lo desafiaba.
-Esto está saliendo tal como lo quería, Raito -murmuró John, su voz perdida en la noche.
La voz resonó en la azotea.
-No me impresiona, John, pero debo admitir que me sorprende hasta dónde has llegado.
John sonrió, con un aire desafiante.
-Una vez que me deshaga de Near, todo esto acabará. Formaré un nuevo mundo... y nadie podrá detenerme.
Se quedó allí, bajo la brisa fria, mientras las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, como si fueran testigos silenciosos de sus planes. Y en la oscuridad de la noche, John supo que no había marcha atrás.
Continuará...
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Death Note New Beginning
Fiksi PenggemarEn un mundo corrompido por la maldad humana el rey shinigami envidia 7 deaths notes al mundo humano ¿Quienes serán sus portadores? O lo más importante¿Acaso se corromperan por el poder de la libreta? Está historia es un mundo alterno al del manga o...