Anabela
Comienzo a abrir mis ojos. Sé que estoy en la casa de Dante; el plan salió algo diferente, no pensé que este demente me secuestraría. Pero supe fingir muy bien mi desmayo.
Usa su intento de secuestro a mi favor. Sé que Vladímir vendrá a buscarme, así que debo de actuar rápido.
Me levanto de la cama y rápidamente me acerco a la puerta. La abro y salgo de ahí. Veo por todas partes; no estoy en la casa de Dante.
Me acerco a una ventana y observo que no hay nada alrededor. Sigo viendo en dónde estoy. Creo que estoy en una bodega porque entre más camino veo basura y muchas cosas tiradas.
Llego hasta donde veo las escaleras, bajo rápidamente y me encuentro en la enorme sala. Veo a lo lejos la enorme puerta y me acerco a ella.
—¿A dónde vas, mi niña? —Escuchó la voz de Dante. Doy un fuerte respiro e intento actuar como tímidamente. Me volteo con cara de asustada.
—Déjame salir, Dante —le exigí completamente enojada.
—No me digas que tienes prisa, si apenas llegamos —me dice.
—¿A dónde me trajiste? —Me acerco a él un poco.
—¿Crees que soy tan tonto como para llevar a tu esposo a mi casa? —menciona y veo que decir la palabra "esposo" le causa malestar o eso creo.
—¿Qué quieres de mí? Lastimarme más —le digo enojada.
—Te quiero a ti, te quiero a mi lado para siempre —me responde e intenta tomar mi mano, pero la quito de inmediato.
—Me tendrás. Pero para siempre, lejos de ti —añado, enojada todavía.
—Sé que todavía me amas. —Oír esas palabras solo me causan más enojo.
—¡Yo no te amo, si lo dije fue por ser ignorante a esos sentimientos! —le aclaro casi en grito.
—Pero... Yo... —Se queda trabado sin poder hablar.
—Tú, que Dante, no me digas que te cortaron la lengua. Porque si no es así, yo tengo muchas ganas de hacerlo —me burlo de él.
—Veo que mi niña ya no es tan tímida como antes, que sí me gusta, pero te tengo un regalo; espero y con eso demostraré que te quiero conmigo —me dice. No sé, pero tengo miedo a su regalo.
—No quiero nada de ti —menciono en el instante que intenta tocar mi mano.
—Quizá cambies de opinión y me vuelvas a amar —manifiesta. No sé, pero tengo una mala sensación.
—Yo no te amaría, aunque fueras el único hombre en este mundo. —Le dejó claro que no dejaría que la chantajeara.
—Eso lo veremos después, ven, sígueme —dijo. Y tomo mi vestido en mis manos y comienzo a caminar detrás de él.
Nos acercamos a una puerta en una parte a la izquierda. Veo a unos hombres parados en la puerta. Nos ven acercarnos y las abren.
Entramos los dos y veo a tres personas colgadas del techo con la cara tapada con un pequeño costal.
—Sorpresa, mi niña —expresa, según él, muy feliz.
—¿Qué es esto? —le preguntó confundida.
—Sé toda la verdad. —Me dice eso; hace que me confunda más.
—¿A qué te refieres? —Necesito saber qué trama este hombre.
Sé toda la verdad. Sé que la bebé que tienes es mía. Siento como el alma me baja hasta los pies.
—¿De dónde sacaste eso? —interrogó; no quiero que sepa que es verdad.

ESTÁS LEYENDO
Eres mi venganza y mi perdición
Lãng mạnAVISO LA NOVELA TIENE CAPÍTULOS FUERTES PERSONAS SENSIBLES ABSTÉNGANSE DE LEERLA. PERO SI OPTAN POR LEERLA LES RECOMIENDO DISCRECIÓN Y SE AHORREN SUS MALOS COMENTARIOS. GRACIAS.... Mi nombres es Anabela Accardi soy la hija de un mafioso, pero mi pad...