Harry volteo a mirarme reflejando sorpresa y felicidad al mismo tiempo. Se levantó de golpe y me saludo con un beso en la mejilla, olía demasiado delicioso.
Me invito a tomar asiento sin borrar su sonrisa y llamó a la camarera para pedir nuestra orden.
- Bienvenidos, ¿qué van a pedir? -Dijo la camarera con una libreta en la mano.
- Un cappuccino -Dijo Harry- y para ella...
- Que sean dos. -Lo interrumpí.
Harry me sonrió de medio lado y la camarera al fin nos dejó a solas.
- Creí que no vendrías. -Me dijo.
- ¿Porque lo pensaste? te dije que vendría.
- Lo sé, creo que me deje llevar por mis emociones, ¿cómo estás?
Harry tenía las manos entrelazadas sobre la mesa dejando a mi vista un anillo de oro fino, era de matrimonio porque en el tenia grabada las iniciales "M+H" y era imposible no mirarlo. Senti una aguja entrar en mi corazón.
- Bien, es solo que suelo despertarme al medio día ya que trabajo hasta las tres de la mañana. El horario es estresante y aún no encuentro otro trabajo, pero cuéntame de ti ahora que por fin estamos a solas, ¿Cómo llegaste hasta aquí?
Harry sonrió ante mi pregunta dibujando sus hermosos hoyuelos en su rostro mientras se acomodaba el cabello haciéndome desear enredar mis dedos en él.
- Cuando nos graduamos, conseguí una beca en una de las mejores universidades del país, me preparé para ser un gran economista y aquí estoy, viajando a muchas partes -sonrió mostrando modestia en su rostro. Era tierno.
- Y lo mejor de todo es que puedes compartir todo esto con tu esposa y el bebé que ya viene en camino. -Sonreí.
PERO QUE ESTUPIDEZ ACABAS DE DECIR.
- Su orden -Dijo la imprudente camarera dejando los espumeantes cappuccinos en la mesa. Harry le dio las gracias, al igual que yo, y volvimos nuestras miradas a los ojos del otro.
- ¿Decías?
Harry era tan delicado hasta para remover el azúcar con la cucharita en su cappuccino. Era otro chico, más elegante, más adinerado, mas... olvídenlo.
- Te dije que lo bueno de todo esto es que puedas compartir con tu esposa y el bebe que ya viene en camino.
- A Megan no le gusta viajar.
¡QUE PATÉTICO! ¿A QUIEN NO LE GUSTA VIAJAR?
- Oh.
- Prefiere quedarse en cama sintiendo como se mueve nuestro bebé dentro de ella.
Por un lado, me gustaba verlo feliz, me gustaba que le brillaran los ojos cada vez que hablaba de Megan porque estaba enamorado, pero por el otro, quería que un camión lo arrollara y que una ardilla se llevara sus testículos. Fuera de eso, todo estaba bien.
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Mi primera vez
Fanfiction"- Hubiera sido mejor si no hubieses estado casado. - Nunca habría pasado si no hubiera estado casado."