CAPITULO X: Cita

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El tráfico estaba tranquilo, al igual que el ambiente del carro. Harry puso algo de música para romper el hielo, pero estaba concentrada en las gotas de lluvia que golpeaban la ventana del carro.

- ¿Todo bien? -Me preguntó.

- Si, ahora todo está bien. -sonreí, al igual que Harry.

Mi ruloso amigo manejaba despacio. No tenía afán en llegar a pesar de que no habían tantos carros que formaran un caos en las calles de San Francisco.

- Te encantará la comida, y el restaurant ni que decir.

- Sé que me encantara -reí- ¿falta mucho?

- No, ya llegamos.

Harry volteo una gran esquina, y en un abrir y cerrar de ojos estábamos frente a uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Algunas veces varios famosos se hospedaban ahí.

- Wao...

- Si, la primera vez que vine también dije lo mismo, pero siéntete en casa, la atención es espectacular. -Me sonrió.

- Yo nunca tendría una casa así Harry.

- No puedes predecir el futuro, quizás algún día todo cambie. -me guiño un ojo.

Al bajar del auto, vi como Harry le dio las llaves al encargado de guardar los carros en el estacionamiento. El hotel era gigante. Alce la vista y a simple conteo, pude ver que tenía 13 pisos. Luces amarillas que se prendían y apagaban, llamaron rápidamente mi atención. Harry volvió a ofrecerme su brazo sacándome del trance, y ambos caminamos hacia el restaurant que estaba en el primer piso, dirigiéndonos a una mesa -la más elegante y apartada - que tenía sobre ella una hoja blanca que llevaba escrita en letra cursiva: Señor Harry Styles.

Harry muy amablemente, corrió mi silla para sentarme y quedar frente a él desde el otro extremo de la mesa.

- ¿Qué tal?

- Wao Harry, nunca me acostumbraría esto. Es una vida totalmente diferente a la que yo llevo.

- Pero teniéndome a mí, te tendrás que acostumbrar -Reímos.

Minutos después, un camarero muy elegante y muy bien peinado se nos acercó con dos cartas del menú.

- Bien, yo quiero carne asada con ensalada suiza y jugo de piña en el arroz y rollitos de jamón y queso. Por favor procure que la carne no se cocine tanto, y que la piña no quede tan dulce, ¿tú que vas a pedir? -me preguntó.


No sé qué pedir, todo esto es tan elegante y yo tan... ordinaria.


- ¿Yo? Ammm... Lo mismo. -Sonreí.

No sabía lo que Harry había pedido, me sentía totalmente estúpida. Ese lugar tan elegante, con personas elegantes y atención elegante. Me hacían poner nerviosa, así que sin saber que comer, pedí lo mismo que Harry.


- ¿Segura?

- Sí, quiero eso.

Harry asintió y el camarero se fue para darle nuestra orden al chef.

- ¿Bonito lugar, no?

- Si Harry es precioso, ¿y dónde te hospedas?

- En el segundo piso están las habitaciones, si quieres te enseño la suite en donde me estoy quedando.

En ese momento me acorde de las palabras de Lilly, diciéndome que usara condón, pero no podía concentrarme en eso más que en los hermosos ojos verdes que estaban posados en mi.

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora