CAPITULO LIX: Intentando. (4)

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— ¿Hola?... Si lo se, ya estoy saliendo... Cielos Lauren te dije que estaba en una jodida cita médica... Si ya voy... Ya cerré la puerta del apartamento, te lo juro que estoy saliendo... Lo dices como si eso me motivara a trabajar.... Jaja esta bien... Okay, ya nos vemos, adiós.

Y ahí estaba mi jefa: Llamándome para preguntar porque llevaba una hora de retraso, ya que Melannie estaba volviéndose loca sin mi ayuda, pero la verdad era que no estaba en ninguna cita médica, era mi madre, quien había llegado hace dos horas a pasar el verano conmigo. La estaba ayudando a desempacar. No era correcto que la dejara sola después de unas largas horas de viaje, sin mencionar que estaba devastada, ya que otro hombre la había dejado. Si, Josh y mamá ya no estaban juntos. En cierta parte me alegraba, pero por otro lado me entristecía verla llorar. Aún era joven y se sabia arreglar. No era justo que hombres como papá o el idiota de Josh la abandonaran, lo peor del caso es que hace tan solo dos días, mamá tenia esperanzas de recuperar su relación con su amado quinciañero.

— Vuelvo a las tres. No te preocupes en esperarme, tengo llaves. Aquí hay de todo, asi que si falta algo no dudes en tocar la puerta de Lilly. Es la única blanca del segundo piso. ¿Te acuerdas de ella verdad?

— Si cariño, de hecho me la encontré cuando entre al edificio.–Dijo con una sonrisa triste.

— Vamos mamá ya no estés así. Se supone que vendrias a pasar vacaciones conmigo, con tu única hija ¿no puedes estar feliz por eso?

— Le dije que lo amaba y que quería tener un bebé, no entiendo que es lo que hice mal.


Mi madre volvió a llorar en abundancia, pero ya estaba aburrida de decirle todo lo bueno que la hiciera pensar diferente a que todo era su culpa.

— Está bien, me rindo. Chao mamá. Me despedirán.

— ¡Emma aguarda! –Gritó entre lágrimas.

— Mamaaaaaaa voy tarde.

— En el nombre el padre, del hijo, del espíritu santo...

— Mamá...

— ¡Emma!

— Amén... –Dije rodeando los ojos.

— Que mi Dios te traiga sana y salva cariño. Te amo mucho.

— ¿Ya me puedo ir?

— ¡Emma!

— Yo tambien te amo.

Rodee por ultima vez los ojos y salí del lugar casi corriendo, pero gracias al poco tráfico de las calles de mi ciudad, llegué lo más pronto posible.
El bar estaba supremamente lleno. Había mucha gente bailando y Melannie corría de aquí para allá con bandejas en ambas manos. Lo bueno es que tenía mucho equilibrio por la experiencia que tenia en el trabajo, sin embargo me puse en movimueto lo mas antes posible. Camine a paso rápido hasta los vestidores y me puse mi uniforme de trabajo: falda negra -ya que el pantalón lo tenía sucio- una camisa blanca y el cabello cayendo por mi espalda. Deje mis cosas en mi casillero y salí muy extrañada aun de encontrar gente en el bar catando, bailando y tomando a las ocho de la de noche de un miércoles.

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora