CAPITULO XLV: Nueva York.

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Me mire al espejo una y otra vez antes que Harry llegara de arreglar unas cosas en recepción.
Llevaba puesta un vestido de flores y el cabello a medio recoger. El maquillaje estaba sutil así que no me sentía mal, al contrario, me sentía hermosa.
Cuando Harry entro a la habitación, se quedó de pie en el marco de la puerta mirándome boquiabierto de arriba abajo.

— ¿Te gusta? –Dije tímida.

Pero no obtuve respuesta. Solo cerró la puerta verificando que no hubiese nadie mirándonos, y camino hacia mi tan rápido que caímos sobre la cama. Sus labios estaban completamente pegados a los míos, y pareciera que nuestras lenguas estaban en una guerra eterna.

— ¿Eso fue un sí? –Sonreí en sus labios.

— Un increíble, fabuloso y extremadamente sí.

Solté una pequeña sonrisita, y entrelazando los dedos salimos de la habitación.


*

Hacia frio y mi corto vestido no ayudaba mucho con la situación. Mis dientes comenzaron a castañear y Harry se vio en la obligación de darme su chaqueta para cubrir mis desnudos hombros y seguir caminando por las calles muy iluminadas. Iban a ser las diez de la noche y la ciudad estaba muy despierta. Era el punto donde los casinos estaban llenos, los bares y discotecas igual, pero a Harry y a mí solo nos importaba estar el uno con el otro caminando de la mano.


— La cena estuvo deliciosa. Gracias por invitarme. -Dije besando su mejilla.

— Gracias a ti por estar conmigo. -Sonrió devolviendo el beso pero en mi frente.


En el camino compramos algo de café caliente para irlo bebiendo mientras llegábamos al hotel con paso de tortuga. Ninguno quería que la noche se acabara; estábamos tan entretenidos que ni siquiera nos habíamos dado cuenta que ya eran las 11:30 p.m., claro que la bulla y la gente que caminaba de aquí para allá como si fueran las 11 de la mañana, no ayudaba mucho. La hora se pasaba volando si se trataba de Nueva York.

Volvimos al hotel, un poco cansados de la caminata, pero al fin pude quitarme los zapatos y lanzarme en la cama para dormir abrazada junto a Harry. Ambos nos pusimos el pijama y nos quedamos profundamente dormidos entrelazando las piernas.

A la mañana siguiente, Harry se levantó temprano para salir a hacer un poco de ejercicio, mientras me quede viendo un documental de una pareja asesina en Investigación Discovery. A veces las personas podían ser muy crueles en el tema del amor. Amaba ese canal.

No volví a quedarme dormida hasta la hora en la que Harry volvería para bañarse, tomar desayuno conmigo y volver a salir, pero esta vez para la junta que tenía. Esta sería la última vez que volvería a Nueva York en un largo tiempo de vacaciones.


— Hola princesa, ¿seguiste durmiendo? -Dijo besándome estirando sus labios y dejando un pequeño beso en mi frente, no quería llenarme de sudor.

— No -reí- estuve viendo un documental que acaba de terminar. ¿Quieres que bajemos a desayunar o desayunamos aquí?

— Bajemos. Tomemos un poco de aire, y luego subes para arreglarte y esperarme lista hasta que llegue de esa fastidiosa junta.

— Sí señor. -Dije con voz de soldado obediente a lo que Harry se echó a reír.


Nos turnamos con la ducha, porque si nos bañábamos juntos ambos sabíamos que nunca bajaríamos a desayunar: él se bañó y yo saque la ropa con la que viajaríamos a Washington, yo me bañaba, mientras él se vestía, y así...

Se nos hizo un poco cómico, porque Harry y yo nos habíamos visto desnudos muchas veces, pero realmente necesitábamos apurarnos.

Bajamos al pequeño restaurant del hotel donde nos recibieron con jugo natural, unas tostadas y una pequeña ensalada de frutas natural. Todo se vea con exquisitez. Desayunamos lo más rápido que pudimos para que Harry no saliera del hotel con afán, y para que yo pueda conocer un poco más del lugar mientras lo esperaba.

Agradecimos la atención y volvimos a subir a la habitación.


— Quedaste muy presentable. -Dije arreglando el cuello de su camisa.

— Gracias amor, prometo que no tardare, aunque lo más probable es que llegue antes de lo previsto. Los neoyorquinos son muy puntuales -rio- Bien, es hora de irme, así que cualquier cosa me llamas ¿de acuerdo?

— De acuerdo. Mucha suerte cariño, te esperare aquí.

Harry me dio un incontrolable beso y salió dejando su aroma por toda la habitación. Parecíamos de esas parejas ya casada y con hijos, donde la mujer solo es un ama de casa y el hombre es el que sale a producir, diciéndose el uno al otro "te espero con los niños para cenar". De hecho, así me había imaginado mi vida con Harry desde que empezó lo nuestro.


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Hola ggg. Lo siento por no haber subido capitulo ayer, es que ayer fue mi cumpleaños :D Yeyy *a nadie le importa Claudia*, pero para recompensarlas, hoy subiré dos, y con el que sigue se van a morir. Ya se viene el drama ¡Si Clau, por fin! 

Espero les este gustando la historia bc unos cuantos capítulos mas, y ya acaba :( jaja SIGAN EN SINTONIA.

BAI.



Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora