CAPITULO XXXII: Te quiero, Harry.

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Una que otra pareja estaba sentada en las pequeñas bancas de aquel parque. Hacia sol, pero el viento resoplaba en nosotros levantando nuestros cabellos.
El parque era inmenso, pero no nos alejamos mucho del carro para no perderlo de vista; y en lugar de sentarnos en una de las bancas públicas, nos sentamos en el pasto recostados en un árbol. Harry estiro una pierna mientras la otra estaba doblada y una mano apoyada en la rodilla. Me estiro la mano para que me sentara a su lado, y así fue. Me senté con él con las piernas dobladas al estilo mariposa aprovechando que tenía un pantalón negro.


— ¿Que ocurre contigo, Emm? –Dijo agarrando mi mano con un tono mucho más suave.

— Solo quiero que me respondas, no lo hagas más difícil.

— Y lo hare, pero dime porque me gritaste. Solo pudiste habérmelo preguntado de buena manera.

Estaba harta de que me manipulara con tan solo una sonrisa y una mirada fija en mis ojos. Quería tomar carácter y decirle las cosas como eran, como me sentía al respecto y como me había enamorado de él. Era hora de decirle todos mis sentimientos.

— Escucha, sé que fui una tonta por haberte dejado ir cuando apenas éramos unos niños, pero era inmadura, Harry, y creo que tú también, y después de todos estos meses, agradezco a la vida por ponerte de nuevo en mi camino. No sabes cuánto te he pensado después de aquel baile de graduación, que por cierto espere todo el maldito año a que me invitaras y que al final no sea así. No sabes cuánto me dolía verte con Megan en los descansos, y peor aún, en las clases también. Por eso me estoy tomando este momento para serte sincera y decirte que... He estado enamorada de ti desde siempre.


Mi pecho subía y bajaba de una manera incontrolable. Sentía mis manos adormecerse por los nervios a su respuesta. No podía creer que el valor se había apoderado de mi para al fin decirle lo que sentía, y claro que estaba bien conmigo misma, un gran peso había salido de pecho.

A Harry le brillaban los ojos, no sabía si era de la emoción o porque simplemente se sentía culpable con todo lo que le estaba diciendo. Lo único que quería era ser correspondida.


— Y lo siento si a veces soy cursi y no estás acostumbrado a esto, pero... te quiero Harry, y no tengo otra forma de decirlo, más que mis actos hacia ti.


Di un largo suspiro con los ojos cerrados soltando toda tensión que tenia en ese momento. Después de tantos años de conocer a Harry, al fin pude decirle "Te quiero". Me sentía orgullosa de mi, pero sin que la curiosidad de lo que diría Harry se fuera, abrí los ojos y esta vez una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro, dejando a mi vista sus hermosos blancos y perfectos dientes.


— Emm yo... No sé qué decir. Tienes razón, no estoy acostumbrado a este tipo de cosas. Megan no hace más que gritarme y tratarme mal, pero te pido por favor que me esperes un tiempo. Si de verdad me quieres estarás conmigo en esto, y si no, lo entenderé.

— Pero Harry ya no quiero seguir siendo la segundona. ¿Cómo te sentirías si salgo contigo pero al mismo tiempo estoy con Brooklyn?

— No estás con él ¿verdad? –Dijo desviándose de tema.

— Harry...

— Cariño tú no eres la segundona de nadie. Tú eres muy especial para mí y te tengo mucho cariño por todo lo que hemos pasado en estos últimos meses, y créeme, me encantas, pero por favor tenme paciencia, por favor Emm, por favor.

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora