CAPITULO XLI: No puedo acompañarte.

758 44 5
                                    

A la mañana siguiente desperté pero no por la alarma o porque ya no sentía un cuerpo cálido en mi cama aparte del mío, sino por la dulce melodía de Bruno Mars en mi equipo de sonido de la sala.
Me senté en la cama con una sonrisa de medio lado recordando lo que Harry y yo habíamos hablado esta mañana antes de que se fuera.

— Amor...

— Mmm?

— Amor despierta, ya me voy.

— No te vayas Hazz, te extrañaré...

— Y yo a ti, pero me acaba de llegar una noticia al correo que te emocionara. Te llamare al medio día cuando estés mas despierta, dormilona.

— Está bien –Dije bostezando–déjame dormir un ratito mas.

— Okay –rio– vuelvo en dos días corazón, ya sabes, cualquier cosa que pasa, me cuentas.

— Esta bien cielo, ya ve tranquilo antes de que pierdas tu vuelo.

— Te quiero Emm...

Me levante de mala gana para regañar a Ethan por poner la música tan alta. Así me gustase mucho Bruno, de igual forma, eran apenas las 10:30 a.m.

Tuvimos una mini discusión, él por decir que era una amargada y yo por contradecirlo, pero al fin y al cabo terminamos tomando desayuno juntos.

La mañana estaba completamente perezosa. No tenía ganas de bañarme, cocinar o si quiera tender mi cama. Eran de esos días fríos que con suerte haría sol al medio día, pero por la cara del cielo en ese momento, incluso, hasta iba a llover.

Apenas eran las 10:55 a.m. y pareciera que fueran las 5:00 de la tarde. Las calles estaban solas, y para ser un lunes, todo San Francisco estaba muy callado así que me volví a acostar después de una buena taza de café caliente y me puse a ver televisión olvidando por completo que Harry tendría que llamarme para darme esa buena noticia. Quizás Megan había firmado sin alguna molestia los papeles del divorcio, o tal vez ya lo habían trasladado a San Francisco, no podía pensar muy bien con la cabeza llena de pensamientos felices al saber que hoy amanecí siendo la novia de Harry.

Las horas pasaban supremamente lentas. Mientras Ethan estaba repasando algo de matemáticas en su habitación, yo tuve que levantarme a arreglar el apartamento. Ya era hora de dejar la cama a un lado.

Lilly llego para almorzar con nosotros después de su jornada de trabajo, así que mientras esperaba la llamada de Harry, le conté con detalles todo lo que había pasado con él en estos días.

— Entonces...

— Si, oficialmente estamos saliendo.

— ¡Vaya que por fin! -Dijo rodando los ojos- Me alegra muchísimo por ustedes par de tontos enamorados. Harry tardo mucho en decir cuánto te quería eh...

— Si, pero aun no me trae los papeles del divorcio con Megan. -Dije borrando lentamente mi sonrisa- necesito esos papeles ni bien salga lo de su separación.

— Eso es lo de menos, confiemos en que Harry si le pidió el divorcio y que pronto lo tendremos como vecino. Ustedes aquí en el cuarto piso, y yo en el primero -sonrió- ¡Esto hay que celebrarlo!

Solté una pequeña risita viendo como Lilly se alejaba de mí por ir a la cocina por unas copas y el vino que teníamos guardado para momentos especiales. Ambas solo tomamos una copa, porque a Ethan no le gustaba que bebiéramos, y porque más tarde tenía que ir a trabajar.

Era un momento realmente genial, solo Lilly y yo, y más tarde Ethan se unió. Estábamos contando experiencias de cuando éramos niños, no muy gratas que digamos, pero sinceras. Sin tomar una gota más de alcohol nos estábamos riendo mucho, hasta que entro una llamada de Harry a mi celular. Inmediatamente los hice callar.

— Hola cariño...

Hola mi vida, ¿cómo va todo por allá?

— Bien, estoy con Ethan y Lilly.

— Okay, mándales saludos. Amor sobre lo que tenía que contarte...

— Oh si dime, estoy ansiosa.

— Ya me aceptaron el cambio de oficina a San Francisco.

— ¿Enserio? –Dije levantándome de la emoción- ¡Eso sí que es una buena noticia! Me encanta.

— Y eso no es todo, tengo que ir a firmar unos papeles a distintas ciudades. Tengo que ir a Nueva York, Washington, Houston, Dallas, San Diego y Chicago, si, de nuevo.

La sonrisa y la emoción automáticamente se esfumaron cuando escuche a Harry nombrar todas esas ciudades por el celular.

— Pero Harry dijiste que...

— Pero.... -interrumpió- me acompañaras.

— ¿Que? -Respondí con el ceño fruncido.

— Si, iras conmigo para que veas como es mi trabajo y la gente con la que se relaciona tu novio -rio bajito- ¿Que dices?

— Harry yo... no puedo. Son mínimo dos días en cada ciudad. No puedo abusar de la confianza de Lauren, ella me dio permiso por cuatro días para ir contigo a Chicago, no puedo decirle que viajaré por quince días aproximadamente ¡Me despedirá!

— Si quieres puedo...

— ¿Que? ¿Hablar con ella? Créeme, no conoces a Lauren. Ella es... Ahhh -suspire- lo siento Harry no puedo acompañarte.

— Hay otros trabajos ¿sabes? Y más decentes del que tu llevas, adiós.

— Harry yo...

Ni siquiera pude terminar de decirle que realmente lo sentía por no acompañarlo. Tenía voluntad pero no quería dejar a Ethan quince días, o a mis mejores amigas, pero sobre todo a mi trabajo. Amo trabajar y el horario que tenía tal vez no era el más decente, pero me ha dado de comer durante 5 años.

Las palabras hirientes de Harry antes de cortar la llamada, habían quebrado otro pedazo de mi corazón. A veces no media la fuerza en sus palabras y realmente me herían. Todo me salía jodidamente mal cuando peleaba con él.

Éramos más peleas que momentos agradables y eso desmotivaba mi día por completo. No llore, pero mis ánimos estaban en el piso, como siempre después de una mínima y ridícula pelea con Harry.

*****************************************************************************************

BUENO, ESPERO RECOMPENSAR EL CAPITULO CORTO, CON ESTE QUE TAMBIEN ES CORTO JAJA♥ LAS QUIERO MUCHO

COMENTEN

VOTEN

COMPARTAN

Hasta el martes mis niñas <3

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora