CAPITULO XXVI: Entrometido.

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— No puedo creer que hayan venido a trabajar en ese estado.

— ¿Cual? Yo estoy bien, la del problema es Emma. –Rio Melannie.

— ¿Y así quiere que le dé el permiso de viajar por dos días?

Habíamos tomado unas cuántas copas antes de salir camino al trabajo que se nos olvidó por completo que no podíamos llegar así, pero éramos indispensables para Lauren.

Comencé a atender risueña, mezclando extraños y amargos tragos, bebiendo y hablando con los clientes -cosa que nunca hacia- y dando tragos a los que no me pedían nada. Estaba ebria hasta los poros, y todo por la estúpida bipolaridad de Harry.
En el resto del día, desde que habíamos hablado y se había comportado como un patán en el teléfono, me llamó de unas cinco a siete veces. Cabe aclarar que las tres primera llamadas no las conteste, pero las demás si, empezando porque todas fueron a distinta hora.

Una vez más, aclaramos el mal entendido que había pasado y todo lo que me había dicho en la llamada, era verdad, o al menos eso fue lo que me había dicho.

Pasaron unas cuantas horas, y la embriaguez poco a poco se me iba quitando, pero mis cinco sentidos volvieron a su posición cuando vi a Nick sentado en la barra de licores.

Sabía que Harry era celoso, y no de cualquier celoso, era posesivo, y también sabía que no le agradaba mucho que Nick y yo hablemos, sin tener alguna explicación. Era ridículo que me celara, porque a pesar de que teníamos algo especial no era formal, así que sin darle importancia a eso, me acerque a Nick quien me sonreía de medio lado tomando un trago.


— ¿Qué haces aquí? –Pregunte risueña.

— Estaba cerca y decidí pasar a verte, parece que alguien esta ebria.

— ¿¡Que!? ¡No! –Exclame moviendo mi cabeza de lado a lado- estoy bien, Nick.

— Bien, como sea, me enteré que mañana vas a Chicago a conocer a la familia de tu chico.

Mi rostro cambió de una expresión risueña, a una de sorpresa total. ¿Cómo era posible que se enterara sobre eso? ¿Acaso Harry le contaba todo lo que hacíamos? No sabía cómo sentirme, y mucho menos que responderle así que Nick tuvo que seguir haciéndolo, y no de una forma muy cortés.

— ¿No te da vergüenza estar con alguien casado?


Cuando Harry me lo presentó, me advirtió que Nick podía ser la persona más arrogante, déspota y odiosa del planeta tierra, pero no me había dicho que era un entrometido.

— Púdrete no es tu problema. –Respondí alejándome de él, pero me detuvo en un movimiento brusco cuando jalo de mi brazo.

— Pero no te pongas así... –Rio.

— ¡HEYYY! ¡NO TE TOQUES! ¡SEGURIDAAAAD! –Grite.

Dos gigantescos hombres vestidos de un azul oscuro, lo cogieron de los brazos para sacarlo a la fuerza, mientras que Melannie corrió hacia mi lado para abrazarme y escuchar todo lo que Nick me gritaba cuando lo sacaban del bar.


— ¡Zorra! Métete con alguien que no tenga un matrimonio sano. ¡Agradece que no le cuento nada a Meg, lo hago solo por Harry y porque mi amiga no merece saber esto! ¡Zorra!

No sé en qué momento había pasado todo esto, pero todo había sido muy rápido. Melannie me abrazaba, las personas nos miraban, y mi cara estaba perpleja de la sorpresa, tanto, que de un momento a otro la lágrimas comenzaron a caer por si solas.

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora