CAPITULO XXXI: ¿Que sientes por mi?

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Comencé a dar vueltas en la cama intentando despertarme y cuando finalmente lo hice, me mire a mí misma y me di cuenta que estaba completamente desnuda y sola en la habitación.

Recordé detalle por detalle lo que había hecho con Harry y el remordimiento volvió de golpe en mi cabeza. Estaba en la casa de su hermana y había... tenido sexo con él.

Me levante completamente asustada, envolví mi cuerpo con las sábanas blancas de su cama, y tome valor para irme lo más antes que podía hasta mi habitación, pero abrieron la puerta antes de que pudiera girar la perilla.

— ¿A dónde crees que vas? -Dijo Harry sonriéndome. Venía con una bandeja de desayuno. Traía jugo de naranja, unas tostadas, un pedazo de queso y una rosa roja al lado del plato donde estaba el jamón. Harry estaba completamente limpio, cambiado y arreglado. Olía demasiado delicioso y parecía que estaba más tranquilo de lo normal.

— ¿Que? Voy a mi habitación. ¡Qué vergüenza! ¿Anne y Gemma donde están? ¡Dios Harry, se suponía que solo íbamos a dormir juntos no a tener... sexo!

— Muñeca cálmate. -Rio- mi madre salió temprano a visitar a mi abuela y Gemma la acompaño. Walter está en su oficina y la empleada ya llegó pero está limpiando la terraza, así que solo estamos tú y yo. Desayuna, báñate y te espero. Este día será solo para ti y para mí.

— Pero y... ¿el ensayo? -Pregunté dudosa de querer hacerle caso.

— ¿Ensayo? ¿Cuál ensayo? Hoy no hay nada. Hoy es día de relajación...

Arquee una ceja incrédula de lo que me decía, pero asentí. Temía que alguien me viera así y que se hayan enterado de lo que paso entre Harry y yo en la madrugada.

Me di media vuelta en dirección al baño propio que tenía Harry en la habitación, y me puse algo antes de desayunar y bañarme. No iba a desayunar desnuda así estuviera en un cuarto donde solo estemos él y yo.

Al salir del baño, Harry estaba acostado en su cama que por cierto ya estaba perfectamente tendida. Pasaba los canales una y otra vez ignorando que estaba de pie junto a su cama, así que sin decir palabra alguna comencé a comer en silencio y al terminar agradecí, como de costumbre, pero recibiendo un simple "de nada" como respuesta. Sus cambios de humor me hacían odiarlo, y nadie sabía cuánto.

Tome la bandeja y salí con ella de la habitación de Harry para dejarla en la cocina y luego subir a bañarme en el segundo piso. Sentía que en ese momento le hacía estorbo, y claramente lo note porque cuando salí de su habitación no fue capaz de decirme algo.
Tome una rápida ducha y en menos de diez minutos estuve lista para salir con Harry, junto a su bipolaridad.

Baje las escaleras cuidadosamente, pero justo antes de llegar al último escalón escuche a Harry gritar por celular:


— ¿Y que quieres que haga? ¿Qué te mande más dinero? Ay por favor, imbécil no soy [...] ¿Asi? Pues es tu problema [...] Si, claro que estoy aburrido de toda esta situación. [...] no, nadie ha preguntado por ti no te creas tan importante porque no lo eres. [...] Megan... [...] Ya no llores, no quise decir eso. [...] Lo siento, si, fui un idiota. [...] ¿Me perdonas? [...] Pero si me das de las sorpresas que tanto me gustan [...] Jaja okay muñeca. [...] Y yo a ti.


Mi corazón poco a poco se sentía estrujado y cada vez más humillado. Quería salir corriendo de esa casa y dejar que Harry fuera feliz si tanto deseaba estar con su "muñeca" que por cierto me había herido por completo al saber que no solo me decía de esa forma a mí, sino a ella también. Ya no quería hacer nada, quería estar en San Francisco y tener el valor de decirle a Harry que me dejara en paz y viviera su patética vida junto a la bruja de su mujer que lo trataba mal cada quince minutos.

Pero no. 

Donde manda el corazón, el cerebro solo se sienta a mirar.


— Hey ángel, ¿hace cuánto estas ahí de pie?

— Acabo de bajar. –Sonreí con las lágrimas a punto de salir.

— Okay, perfecto. ¿Vamos?

— Claro. –Dije con la postura recta.

Caminamos hasta la puerta donde un mercedes rojo nos esperaba; parecía que Harry tenía un auto para cada ciudad a la que viajase.

Mi pecho subía y bajaba no sabía si de la ira o de las ganas de bajarme del auto para coger un maldito avión. Estaba muriendo lentamente por dentro sin que nadie se enterase.
Tenía miedo de que me dejara otra vez, tenía miedo que solo me haya utilizado para tener sexo conmigo, porque sin esperar más tiempo, fue la primera vez que lo hice con amor, de hecho, consideraba a Harry como mi primera vez.
Mientras iba manejando, Harry trataba de hablarme pero el mero hecho escuchar su llamada telefónica había matado las ganas de estar con él durante todo el día. Me sentía sucia, miserable y usada, y siempre había sido así desde que tengo memoria ningún chico me había querido de la forma en como Harry lo hizo cuando teníamos 18. Tal vez ese era el karma que estaba pagando, el haber desechado a Harry en la secundaria mientras que yo me acostaba con Louis, Zayn, Michael y Luke. Ahora entendía que todo en la vida se devolvía

Y tal vez tenía el máximo miedo por la respuesta de Harry cuando le preguntase que sentía por mí, pero ya era hora de saberlo, y no me refería a saber las cosas como son por parte de Gemma, Chloe o Lilly, quería saberlo por Harry. Quería saber si seguía con Megan por su bebé, por masoquismo, porque aun la amaba o porque simplemente me estaba utilizando.
Tome un suspiro y sacando el valor de todas las partes de cuerpo al fin hable.


— Harry...

— Dime, muñeca.


MALDITO IDIOTA MENTIROSO.


— ¿Te puedo preguntar algo?

— Si es a donde vamos no poder responderte eso muñeca, es sorpresa. –Rio.
— NO. –Dije con tono autoritario haciendo que dejara de reír.

— oookay, te escucho. –Me cedió la palabra.

Mis manos comenzaron a temblar lentamente, mi rodilla no dejaba de moverse de arriba abajo, así que tome un poco de aire y lo solté sin ninguna atadura esperando que no reaccionara como lo hizo en mi sueño.


— ¿Que sientes por mí?

— Mmm ¿Por qué me preguntas eso? –Respondió de inmediato.


Estaba pasando exactamente como lo había soñado, solo que esta vez sí Harry no me contestaba, todo se iría a la mierda por su culpa.

— ¡DIABLOS HARRY SOLO CONTESTA DE UNA VEZ, MALDITA SEA! –Grite alterada.
Harry freno el auto justo enfrente de un parque con unas fuentes de hermosas figuras, frunció el ceño y me miró fijamente, entonces supe que había metido la pata cuando le grite.

— ¿Tienes algún afán en que te responda eso?

— S...sí. –Dije cabizbaja.

— Okay, te lo voy a responder pero bajemos del auto si me prometes que no me vas a volver a gritar de esa forma. Para aguantar más gritos me hubiese quedado en casa con Megan.

Saco las llaves del auto y cerró de un portazo con toda la fuerza que tenía. Me quede sentada un poco conmocionada de lo que había pasado y sin hacer ningún movimiento más que parpadear, salte del susto cuando Harry golpeó la ventana del copiloto diciéndome con las manos y un gesto de fastidio en su cara "¿vienes?". Me baje del auto y lo seguí. Creí que ya había arruinado la sorpresa, y si, así había sido por el estado de ánimo de Harry en esos momentos.


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¿Se acuerdan que hace mucho les pregunte si pensaban que Harry en verdad quería a Emma? Pues en el próximo capitulo lo sabrán bua ja ja

Nana x.

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora