CAPITULO VI: Mentira piadosa.

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Llevaba más de diez minutos en la cama tratando de pensar lo que iba hacer. No podía decirle a Brooklyn que me iba a encontrar con Harry, se enojaría, y tampoco podía decirle a Harry sobre la existencia de Brooklyn, creerá que soy una mentirosa por habérselo ocultado, pero las ganas de ver a Harry eran inmensas, sin embargo no quería dejar solo a Brooklyn, así que deje mi orgullo a un lado y llame a Lilly para que me ayudase a pensar.


— ¿Y ahora qué quieres? –Respondió de mala gana desde la otra línea.

— Necesito tu ayuda.

— ¡Me mandaste al diablo!

— Y lo siento, pero enserio te necesito.


Me levante y comencé a caminar como un ratón para que Brooklyn no se despertara. Caminaba de lado a lado en la sala con el teléfono en el oído, susurrando cada palabra que decía. Lilly solo me escuchaba.


— No tengo idea de que voy a hacer.

— Primero respóndeme esto, ¿Quieres verlo?


Hice una larga pausa y luego de meditar mi respuesta, le dije:


— Si.


Lilly se quedó callada por unos segundos haciéndome sentir culpable. Su silencio me decía más de lo que hablaba.

Pero no fue así, no se enojó.


— Entonces que haces ahí tonta, ¡ve a vestirte!

— Pero...

— Brooklyn estará bien. Le diré que fuiste a una entrevista de trabajo, yo te cubro. Le avisare a Nathan para que me deje salir temprano con la excusa de que tengo una cita médica e ir a tu apartamento para estar con Broo ¡o yo que sé! Solo... Vístete.

— Lilly, te amo amiga, ¿lo sabias?

— Yo también, pero no vuelvas a mandarme al diablo, solo estaba preocupada por el accidente que Melannie me contó.

— Prometido.


Lilly y yo colgamos, y con los nervios de ver a Harry dos meses después, entre a bañarme.

Al salir, me olvide por completo que no estaba sola, así que encendí la secadora haciendo despertar a Brooklyn.


— ¿Qué demonios haces? –Dijo con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido– ¡me duele la cabeza Emma!

— Lo siento, tengo una entrevista. –Dije apagando la secadora para recién maquillarme.


Comencé a pasar la brocha de mi maquillaje por mí cara, delinee mis ojos, me aplique labial, un poco de rubor y perfume.


— Ajá, ¿tan arreglada? –Dijo sentándose en la cama con ayuda de sus brazos. Aun no tenía fuerzas para nada.

— ¿Ahora me reclamas porque me arreglo tanto? Creo que a veces se te olvida que solo somos amigos.

— ¿Amigos? ¿Después de cinco años de momentos agradables, sexo y detalles? ¿Eso hacen los amigos? –Respondió furioso.

Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora