Cap. 33

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Bien, no fue la proposición mas elegante que podría haber hecho una dama. Pero en esos intantes me sentía como Samantha, y lo queria a el dentro de mi. (Si, de la manera mas asquerosa que el lector se imagine).

Maurice me miro entre asustado, emocionado y al final complacido.

-Te agradezco que me hayas evitado todo el momento desagradable de proponértelo.

-¿eso es un si?-El asintió, pidiendo con urgencia la cuenta.

La pago y huimos como unos reos escapando de prisión.

No alcanzábamos a llegar al estacionamientos, cuando me beso de una manera que casi agotodo todo el aire de mis pulmones. Me recostó contra una columna, en medio de la oscuridad del sitio lleno de autos en penumbra.

Senti su mano meterse por debajo de mi pollera (que jamás me arrepentiré de haber llevado), y sujeto mi lencería (si, lleve algo erotico. Quizás la idea estaba antes de que lo conociera)

LE dio un tiron, y luego la corrió hacia un lado.

Yo, entre tanto, entre besos tenia que amañármelas para quitarle el cinturón, con tal prisa que parecía haber un incendio entre ambos. Luego, baje su bragueta.

Deje escapar un gemido cuando al final ingreso, pero por el resto, fue la sensación mas placentera. Senti, que en años habia sentido algo parecido.

De acuerdo, no hcicimos el amor, tuvimos un rapidito como una prostituta con su cliente, sin embargo, eso no quito que no haya sido el momento mas memorable de mi vida.

Yo, una mujer que habia sido célibe durante mas de la mitad de su vida, ahora, sentía de nuevo ese fervor, esa satisfacción, el desear y ser deseada.

Cuando todo acabo, quedamos desplomados uno contra el otro, respirando con dificultad como si hubiésemos corrido una maratón de diez kilómetros sin agua.

-eso fue... fue...

-Genial.-Complete.

-¿puede preguntarte algo?-asenti.-¿Cómo hace cuanto tu no...?

Deje los ojos en blanco.

-¿Por qué?-repuse de forma macabra.

-No, no... es nada malo... es solo que... parecía que... hacia mucho que querías hacerlo... Incluso, me rasguñaste todo el cuello. Me has mordido. Tiraste mi cabello. Eras como una leona en celo.

Entonces, rompi a reir. Maurice se quedo mirándome, para luego reírse a mi par.

...

Un poco despeinada, un poco aturdida, y ahora avergonzada, baje del auto de Maurice, quien me saludo desde la ventana, luego coloco sus gafas (como todo playboy) marchandose en su vehiculo deportivo.

-¿Cómo te ha ido?-Pregunto Hikari, mientras con una mueca de risa deje descansar el bolso.-¿Qué ha pasado? Te ves...

-¿Desvirgada?

-Oh, oh... ¿tu...? ¿Con el...?-Hikari sujeto su cabeza, sus ojos saltones.-¡Te he convertido en una ramera!

Me rei con vergüenza.

-Pues si, eso parece.

-Y... ¿Cómo fue? ¿te gusto?

-Fue genial... pero solo fue sexo... ¿entiendes?

-Pero... ¿Cómo llegaron a esa situación?-PArecia que Hikari me hubiese estado siguiendo, porque queria evitar el detalle de que yo fui quien lo inicio todo.

-Bueno, ya sabes... bebimos... y luego... paso.

-¿Cómo? ¿Te beso?-asenti de inmediato sin mirarlo.

-Debo irme, perdi mi ropa interior con todo eso.

-¡Te robo tu ropa interior!-Hikari negó con la cabeza.-espera...¡Espera! Dime una cosa...-Sujeto mi hombro.

-¿Qué?-Me volvi a el.

-¿Lo disfrutaste?

-Sip.

-¿Y pudiste olvidarte de Sergio? ¿No pensaste en el entre todo eso?

Modi mis labios, la sangre se me habia ido de la piel. Mas que querer evitar hablar de cómo fue mi propuesta para el sexo ocasional, aun mas, queria evitar decir lo único que me habia perturbardo en el acto.

Mientras Maurice se movia frenéticamente, hubo un instante, un pequeño momento, en el que de la nada, mi mente se imagino como seria hacerlo con Hikari... Y eso, me horrorizo... porque, fue allí cuando aumento mi exitacion, haciéndome acabar de inmediato.

-No propiamente dicho.-Respondi con dificultad.

-¿Cómo?-No podia decirle que habia pensado en alguien mas, porque solo conocía a un alguien mas y ese era el, el lo sabia y deduciría que me habia fijado en el.

Destruiria mi única conexión con el mundo exterior, perdería mi trabajo, y por sobre todo perdería la amitad de Hikari. Pero no podia mentir tampoco, estaba segura de que Hikari tenia algun poder milenario que le podia hacer leerme la mente.

-Solo... pensé en otra cosa por un segundo.

-¿Fantaseaste con Sergio mientras te cogías a ese tipo?-Movi mi cabeza en afirmación. Hikari suspiro.-de verdad, que lo amas Nerea, ¿no es asi?

¿Por qué sentía que se sentía defraudado por mi? ¿Por qué parecía que el queria mas que nadie que me lo olvidara?

Y sobre todo... ¿Por qué el no se habia fijado en mi?


Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora