Cap. 53

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A estas alturas, aclarare dos puntos.

Uno: NO, no lo hicimos en el mercado. (Cabe destacar que no falto demasiado, pero por suerte un inspector de salubridad nos tomo por sorpresa)

Dos: Lo hicimos. En mi departamento, aproximadamente treinta minutos luego de que el inspector se fuera.

Corrimos de la mano por la calle, entre risas y saltos.

Mi vagina gritaba desde su comodo sitio: "¡Siiiii! ¡Al fiiiiin! ¡Lo haremos! ¡con este tipo con el que fantaseas seguido! ¡Hurra! ¡Hurra!"

Cochinadas de lado, planeo contar detalladamente (porque lo apremia) nuestro encuentro.

Hikari fue quien comenzó todo. Cai tirada de espaldas sobre la cama, riéndome por el abrupto deseo de mi acompañante.

Mientras lo miraba, el se quitaba la remera y descubri su cuerpo. Delgado, nada de otro planeta.

Algunos vellos en el pecho, resaltados sobre su palida piel.

Tiro la remera sobre mi cabeza y yo chille.

-¡Quiero un baile caliente!-ME puse de rodillas y sacudi la remera sobre mi cabeza.

Hikari bajo su mano hacia su pantalon, y de manera picara jugo con su botón y cierre, subiendo y bajándole.

Lo anime dándole animos con mis gritos.

-¿quieres que me lo quite?-Pregunto juguetonamente.

-Dame lo quiero, bebe...

Al final, se quito el pantalon (sin mucha clase), incluso dio unos brincos para sacar su pie, quedándose en bóxer y con medias.

Ahora venia por mi, gateando sobre la cama como un animal cazando.

Me escape, intentando correr, pero el me tomo desde la espalda y se tiro conmigo y todo en la cama de nuevo.

Reimos a carcajadas sin parar, agitados.

Entonces, la cama hizo un sonido sordo, rompiéndose las cuatro patas, cayendo la parrilla al suelo.

Quedados en silencio un rato.

-vaya, y eso que aun no hemos comenzado.-Dijo Hikari.

Las lagrimas de tanto reirme no dejaban de caer y me dolia la pansa. Era feliz.

Hikari se tumbo sobre mi. Poco a poco, la risa desapareció.

Nos quedamos sonrientes, ambos mirándonos.

-¿Qué ves?-Provoque.

El, espero unos segundos, luego paso su mano sobre mi cabello.

-Te veo... me gusta verte.

-¿aun con un ambo amarillo?

-aun asi.

-¿aun limpiando el excusado?

-Aun asi.

-¿aun estando borracha?

-Asi es.

-¿Incluso, cuando discuto, peleo, enloquezco o digo cosas sin sentido?

-¿Habria otra manera de verte?-Le di un pequeño beso rozando sus labios.

-¿has pensado a fondo esto?-Dije mientras el apoyaba su cabeza sobre su mano de lado. Agradecia que me tuviera paciencia, mas porque... hacerlo con Hikari seria terminar definitivamente mi historia con Sergio. Y eso, me pesaba.

-Lo he hecho desde el momento en el que te ofreci empleo, amor.

-Es decir... Sabes que estas por comprar un auto usado, con mucho kilometraje...-Me gusto usar el idioma masculino mas conocido: los vehículos.-Esta oxidado, un poco maltratado... necesita mejoras y ver de seguido al mecanico, porque es mas que seguro que te dejara barado en muchas ocasiones en el mejor momento del viaje...

Inspire profundo, evitando gimotear.

>>Es un artefacto que ya no vale lo que solia valer en sus mejores momentos. Su antiguo dueño lo uso mas de lo que debia y no cuido de el....

Mordi mis labios.

>>Es un buen auto.-aclare.

-Claro que si.-Repuso secando el camino de la lagrima que surco mi pómulo.

>>Es solo que... necesita al sujeto correcto, ¿entiendes? No puedes andar con el a las patadas, porque es seguro que volverá a romperse y no funcionar jamas.

Deberas ser paciente, gentil e incluso, y aunque muchas veces desees dejarlo tirado en algun chatarrero, tendras que ser considerado al menos, y repararlo lo mejor posible para que el siguiente comprador no se encuentre con el desastre... y...

-Nerea.-Me interrumpió.-Se en que clase de negocio me estoy metiendo... y cuando decido algo, lo concreto. Asi que, ya has dado todas las exigencias y advertencias. Dejame ahora a mi decidir que quiero hacer...

-Pero...

-Ademas...-Puso un dedo sobre mis labios.-Amo los clásicos.

Me deje ir cuando quito la remera. Costo un poco porque mi cabeza quedo atorada por unos segundos.

Pero era agradable no sentirse presionada, ni tensa, ni nerviosa. Sino tranquila, en calma. Eso me inspiraba ese hombre que con total afecto, besaba mi cuello, mis hombros, mi mano. Con afecto, con cariño.

No se en que momento me libere del pudor, ni cuando mi pecho desnudo quedo a la vista, solo sabia que Hikari me besaba y no era solo un deseo infernal de tenerlo como un amante.

No. Cada beso, cada momento parecía sincronía entre ambos, como si nuestras mentes supieran que querían el uno del otro.

Tal vez sea un mito o el mio no era tan poca cosa, pero el pequeño Hikari tenia un pene tamaño promedio. Es decir, que no tenia a un gran juguete.

Por otra parte lo agradecia. Algo muy grande me daría miedo... Algo asi como un rotweiller. Lo miraría seguido para preguntarme "¿lo saco a pasear? ¿come solo? ¿si lo acaricio no muerde?"

Se que seria bonito oir que el sexo fue algo explosivo, algo que me hizo tirar fuegos artificiales y gemir como una loba.

Pero no quiero ni puedo mentir. Con Hikari obtuve algo diferente.

De a momentos, solo podia oir en medio del silencio, el leve gemido de ambos. Mi piel, hirviendo, sudando levemente.

Usando la posición mas normal del mundo, el sobre mi. No habia magia ni kamasutra.

Y asi, quizás no pasamos el record ni me contorcione como una gimnasta. No dijimos frases de porno, ni hubo azotes.

Solo dos personas, sumamente heridas en el pasado, encontrándose mas alla de lo que el cuerpo permite.

Esa noche, hice el amor por primera vez, en mucho tiempo.

Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora