Cap. 43

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Hikari sobre mi, teniendo un momento de tensión sexual evidente. Y yo deseaba esos labios sonrientes. Deseaba morderlos, lamerlos, succionarlos y hacer mil cochinadas con el.

Pero, por muy emocionante que era la idea, el despertador sono, sacándome por quinta noche consecutiva en la que mi mente recurría a mi jefe en perversiones.

Suspire, sujetando mi cabeza. Estaba sudada y aun sentía un cosquilleo por cierta zona intima.

-Dios...-Rugi, un poco decepcionada de que lo fuere mi imaginación.

Los hombres dicen o al menos creen que las mujeres somos virginales. Puras. De alma y cuerpo limpio.

Incluso, exigen un vestido blanco como muestra de pureza para el casamiento... como si fuera que ellos son puros y virginales cuando se cazan.

Lamento informarles (y decepcionarlos) de que como cualquier ser humano, nos exita la idea de jugar, sentir placer e incluso tenemos sueños mojados. No se crean tan especiales, que bestias, somos todos.

Llegue al mercado, salude a Hikari y me dirigi directo hacia el baño para cambiarme de ropa.

El, ya habia organizado los estantes y algunos carteles.

-¿tuviste una noche difícil?-Bromeo mirando mis ojeras por el piso.

-mmm...-repuse sin animos.

-Oye, mirate. ¿Has vuelto a la guerra?-Hikari sonrio a mi lado, codeándome.

-supongo...

-¿abstinencia?-alzo una ceja.

-No se si ese sea el mayor de mis problemas.-Rugi, poniéndome a preparar el liquido para lavar el piso.

-Hablame de ellos.-Oh, no. Hikari estaba de buenas, y queria conversar, pero yo no estaba lista para revelar al monstruo que habia desatado su ira con mi familia, ni la atracción que el ejercía sobre mi.

>>Estoy bien, gracias. Mi doc esta esperando ansioso por oir las buenas nuevas de mi entretenida vida.

Hikari sujeto el balde de mis manos, y me obligo a dejar de continuar con mi super tarea de limpieza.

-¡Oye!-Me queje.

-siento que hay algo que te molesta, y a pesar de que estoy a favor de las charlas con especialistas, ya sea un chaman, un guía espiritual, un monje tibetano, un cura o un psicólogo... creo también, que debes afianzarte con tus allegados...

-Si, ese es el problema. Creo que la ultima vez que me afiance, mi lengua se fue por las nubes... y... tal vez, deje salir ciertas verdades... dolorosas.-Jugue con mis dedos sin poder mirarlo.

-Vaya... bueno...-Hikari sujeto tomo una silla poniéndola entre sus piernas, con el respaldo entre ellas.-Hoy no hay mucho movimiento... asi que... anda... ¿Qué ha ocurrido?

Suspire con desgano. A pesar de que queria soltarlo de una vez, vomitarlo con alguien que me dijera si A- Era una lunática malnacida desgraciada merecedora de mi mala suerte ó B- una persona que tras soportar muchas cosas difíciles, exploto y dejo salir solo lo que siempre se guardo, Hikari, con su ojitos llenos de luz y ternura cual niño, me hacia cuestionarme si el mismo no querria encerrarme en un psiquiátrico.

-La cosa es...-Mordi mis labios.-que... creo que fue una especie de explosión.

-Ya veo... continua.-Me animo.

-Y... bueno, no es como si fuera que me hayan dicho algo muy fuerte, quizás, estando en otra circunstancia de mi vida, habría sonreído y mitigado los malos animos. Habria asentido, sonreído y mantenido la compostura... no lo se, creo que mi familia no conoce esa parte de mi... creo que... siempre soy muy buena con ellos, con todos, en general... muy pocos suelen verme enfadada y fuera de quicio... porque no me gusta esas personas. Hacen sentirse incomodo y fuera de sitio...

-Entiendo... y... ¿Qué paso esta vez?

Sentia que un nudo se hacia en mi garganta mientras recordaba los gritos, la histeria, las guerras consecutivas.

-No lo se... el... ellos... no se, esperaba mas comprensión de su parte... uno siempre espera que las personas mas cercanas sean quienes te vean mal y lo asimilen, que ayuden a quitar la presion. Que... sean una especie de guía o consuelo en medio de los problemas y el desconcierto que representa la vida.-Las lagrimas surgieron y cayeron sin parar. Pero no gimotee ni temblo mi voz.

-¿eso te hizo sentir mal y cruel?-Quede pensativa unos segundos.-¿Te sientes egoísta y desdichada después de eso?

-Pues... si.

-Entonces, esta bien.-Como si fuera que me dieran algun poder sobrehumano, creo que deje mi mandibula caer de una manera imposible.

-¡¿Cómo?!

-Asi es... hiciste algo que no estabas acostumbrada a hacer. Te sientes miserable por haberles dicho cosas que quizás son muy hirientes, pero también has sacado del sistema muchas heridas viejas que aun no sanaban. Resentimientos profundos y arraigados en cosas que nunca se solucionaron... son esos secretos y odios que las familias suelen fingir que no existen.

-¿me dices... que... estuvo bien que los atacara con MIS verdades de diario intimo secretamente encerradas bajo llave?

-Bueno... tal vez... no siendo tan franca y tajante... pero... deja que pase el tiempo. Deja que las cosas se enfríen, que los animos se calmen. Seguramente a ellos también les haya quedado alguna cosa molestando de lo que les dijiste. Tal vez, no habían notado que algunas actitudes suyas te molestaron.

-si, eso creo.-Puse mi rostro entre mis manos.-¡me siento un monstruo! ¡Dios! ¡¿Por qué demonios tuve que explotar?!

-Todos explotamos alguna vez.

-no, no todos. Tu no explotas.

-¿yo?-Hikari sonrio.-¿Crees que alguna vez no he hecho algo impulsivo?

-creo que de hecho, eres algo asi como un robot pre-programado.-Me burle.

-¿hablas en serio? ¿eso piensas de mi?-COmence a reirme sin control, imaginadolo hacer algo impulsivo, y creo que lo máximo seria cambiar de sitio el mostrador.

-Lo siento, Hikari... es solo que eres alguien... tranquilo. Ya sabes. Seguro. Correcto. No cometes errores ni locuras...

-Asi que, ese concepto tienes de mi.

-¡Por supuesto que si!

-Bien, esta noche probaremos tu teoría.

-¿Qué?- Se puso en pie sonriente. Me olia problemas. Muchos.

-¿Te gusta el karaoke?


Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora