Cap. 20

184 21 0
                                    



-Quedate quieta, sino no podre hacerlo bien... ¿JAmas fuiste una peluquería?-Bromeo Hikari, mientras me colocaba la tintura.


-Bueno, estoy fuera de practica, como sabras...-Mientras miraba la caja, tratando olvidar el aroma casi de arsénico que comenzaba a marearme.


-Luego de que te aplique esto, seguire por tus cejas.


-¿Tambien sabes tupir arbustos?-Bromee.


-Claro, aprendi de todo. Pedicure, manicure, depilación...


-¿Cavado?-Me burle.


-Te sorprendería que no alcance a esa parte.-Ambos reimos a la par. Era grandioso, era como estar con una amiga, solo que vestido de hombre.


-Bien, ahora que termine con esa parte, ire a buscar la cera... la cera... ¿Dónde la habrá dejado Sakura?


-¿Sakura?-Pregunte, mientras lo veía revolver una caja.


-Mi hermana... ¡Aja! ¡Aquí esta!-me mostro la lata de entre miles de objetos como cremas y pinturas de uñas.


Parecia emocionado, incluso mas que yo. Y sabia mas cosas que yo, como por ejemplo que tono de pintura iria bien con mi piel, como debería depilarme según la forma de mi rostro.


-Oye, Hikari...-Dije mientras el colocaba el objeto sobre el fuego.


-Dime.


-¿Por qué haces esto?


-¿Qué cosa?


-YA sabes, esto... no debías hacerlo...-Se achico de hombros y luego siguió con su búsqueda de cosas de belleza.


-No se, porque... me agradas.


-Nadie hace este tipo de cosas solo por "agradar"... Dime, ¿Es algo budista o que...?


-Si no puedes aceptar la ayuda de alguien sin pensar que tiene otras intenciones, entonces no la mereces...-Murmuro.


-No quise... yo...-Se acerco a mi, me miro fijo con seriedad.-¿Qué ocurre?-Pregunte con dudas. Ya no sabia que pensar de Hikari. Crei en una principio que yo era rara en extremo pero el, el parecía tener todo un libro de rarezas encima.


Quite el poco cabello que habia caído sobre mi frente y contemplo aun mas. Quedamos en jaque, en silencio, siendo mirada por sus ojos, entre frios y brillosos.


Comence a sentir como un calor se extendia por todo mi cuerpo. Analizo todo mi rostro, con cuidado, sus ojos vagaron por cada parte de mi, buena, mala, arrugada o velluda.


Entonces, acerco su mano por encima de mi ojo y dio un tiro de mi ceja.


-¡Ouch!-Me queje.


-hazte a la idea, falta como un millón.-Bromeo, y siguió sacando sin piedad.


"¡Ouch! ¡Espera...! ¡Ay! ¡Maldita sea, Hikari! ¡No, no, no...! ¡Ouch! ¡Basta!"


...


Luego de la fase depilación, le aconteció el lavado de cabello, luego me seco con secador, solo un poco, porque después, con unas tijeras brillosas, me otorgo un flequillo redondeado, volviendo mi cabello completo a la misma altura.


A decir verdad, siempre crei que este estilo me quedaría mal, pero no fue asi.


Cuando examine mi imagen frente al espejo, me pareció ver a otra persona, incluso, quise gimotear, pero no me lo permitió, dado que habia estado preparando una mascarilla.


-Llorar te arruga.-Me explico.


-Entonces, ¿Tengo prohibido llorar?


-¿No has llorado lo suficiente este tiempo?-Dijo sonriente. Me quede callada.


"Como usted diga, maestro.", y lo pensé como una especie de guru de autoayuda.


Luego, mientras descansaba mis ojos debajo de unas rebanadas de papas, el recortaba mis uñas, luego las limo, después paso una capa de un rojo fuerte, que me hizo lucir sexy. Hacia años que no usaba colores de ese tipo.


-El rojo te sienta bien, Nerea. Tienes la piel blanca, los labios carmesí, ojos azules y pelo negro... el rojo no solo te hace ver bien, resalta todo.


-Claro, y parezco un gato.-Bromee, aun con las papas en mis ojos. Senti que me las quito, obligándome a mirarlo.


-No digas eso, sentirte linda no significa que eres una mujerzuela.-Luego volvió a colocar las rodajas.


¿De donde habia salido este sujeto? El no tenia nada de parecido a Sergio, el en su vida me hubiese pintado una uña asi me hubiese quedado manca.


Adoraba toda su forma de ser, pero seguro era homosexual, seguro lo era... ¡vamos!


¡¿Que sujeto sabe darle forma a una ceja?!


Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora