Cap. 7

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Sali pasmada. Conciente de lo idiota que me vi por ir a dar un desplante de aquel tipo con un sujeto que no conocía.
Debia de estar muy alterada. Esos planteos no se los hacia ni a mi psicólogo, con todo que tendía a ser directa, sincera y muy abierta con el.
Revise un momento mas a mi departamento. El caos existencial de mi vida se reflejaba en el. Y lo peor, era que se venia el fin de semana.
¿Tienen idea de lo doloroso que es estar recientemente separada un fin de semana?
Era mi prueba de fuego, cada dia, cada maldita hora era una tortura pero de viernes a domingo, sentía la presion como un torno cerrarse sobre mi pecho.
Pasee por horas en el centro, sin sentido alguno. Mirando esto y aquello, viendo a las parejas que felices y de la mano se dirigían como uno solo. Los envidiaba.
Ultimamente envidiaba a todo aquel que tuviera gusto por la vida. Ya saben, esos que se les nota que aman vivir. Que lo hacen todo con pasión, con amor.
Estar sola en mi cueva, nunca me habia costado tanto, hasta ahora…
Y no habia forma alguna de quitar la amargura de mi soledad. De ver el numero de mi ex en línea y no poder hablarle.
Pude haber estado rompiéndome en mil pedazos, pero mi orgullo seguía en pie. Era lo único a lo que podia aferrarme… a la idea de que, por mas doloroso que habia sido, yo, jamás volvi a llamarle, jamás pedi verlo en un encuentro fortuito. No habia rogado mas después de la separación definitiva, cuando tome mis cosas y me fui.

“— ¿Crees que eso te da cierta dignidad?— Inquirio mi psicólogo, barbudo, pero de manera prolija, con unos lentes redondos y ese voz pacifica.
— Supongo… digo, se que es una idiotez. Que el me da dinero y eso… pero, es lo único que creo que hice bien… ¿Usted que cree?— Espere una respuesta, sin rodeos, sin embargo…
— Lo que yo crea no importa, aquí estamos para analizar tus sentimientos, Nerea… Prosigue… ¿Qué mas paso ese fin de semana? ¿Por qué fue peor que otros como para que pidas urgente una sesión?
— Yo… Estaba mal. Muy deprimida. Mi cabeza no dejaba de hablarme.
— ¿hablarte?
— Si.— Asenti cruzando mis manos sobre mi regazo.— Ya sabe, como cuando tu quieres olvidarte de algo, pero no puedes. Son como recuerdos en espiral…
— ¿Y que recordabas?
— Todo. Todo lo bonito. Queria suprimirlo, recordar lo malo, sin embargo, no funciono.
— ¿Qué hiciste entonces?— El hombre se quedo mirándome sin expresion. Podria haber sido mi padre, claro, si yo no pareciera una abuela de setenta.
— Abri la ventana y me quede mirando hacia afuera. Pensando.
— ¿y que pensaste?
— pense mucho… pensé en toda mi vida… y todo lo malo se venia ahora. Mis fracasos, las personas que se alejaron, las personas que yo aleje, los momentos que no supe apreciar, el como me volvi fría y distante conforme mas pasaba el tiempo. En como…— trague saliva con la garganta ardiéndome.— en… como me aleje de Sergio cuando muchas veces quiso tenerme cerca.
— ¿porque te alejabas?
— La verdad, no lo se. Hay algo en mi, que no me permite amar con todo mi potencial. Es como… si tuviera una traba de seguridad, ¿sabe? Y no me deja ser tan vulnerable. Todo ese tiempo, claro que lo quise, y demostré mi afecto a mi manera. Lo cuide, como si fuera su madre, me preocupe por el… y quizás, lo tome tan enserio que me olvide que el queria una esposa, no una madre.
Mi psicólogo asintió.
>>No lo hice adrede, en serio. Yo queria brindarle todo lo que necesitaba, incluso, nuestra vida sexual era activa hasta en los últimos tiempos. No recuerdo una semana en que no lo hiciéramos, aun con todo nuestro tiempo de casados… incluso, cuando el tenia una amante… pero… siento que algo no terminaba de cerrar. Era como si el rejuvenecía a costas de mi, y el resultado fue este: Yo, estoy con mi espíritu apunto de apagarse, mientras el programa viajes con su novia.

Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora