Cap. 52

189 16 0
                                    


Siempre me pareció estúpida la protagonista que se rehusa a ser besada por el sujeto que ama.

Imagine que era algo idiota y de histérica potencial enojarse por ser besada a la fuerza, y también, dije que si algun dia estuviera en su posición, jamás (JAMAS JAMAS JAMAS) haría una de esa escenas.

Pero ahora, con Hikari presionando sus labios en los mios, intentando que su lengua se abra paso por mi boca. Con firmeza, con rudeza, con pasión... ¿Por qué yo simplemente me negaba?

Era como si a pesar de que lo quisiera, una parte de mi, una parte que habia muerto pero al parecer volvia a resurgir me obligaba como mujer (y por todas las mujeres a las que los hombres histeriquean) hacerme la difícil.

Nisiquiera era un plan, solo, me negaba a facilitárselo todo. En ese momento, no queria que me tocara, que me miraba, el solo hecho de que lo hiciera con fervencia, me molestaba aun mas.

Y de verdad, estaba muy molesta con el.

Pude al fin soltarme. Le di un empujon que lo separo de mi medio metro. Luego, me quede viéndolo con mucha ira que el, noto.

Hikari sonrio y dio un paso adelante, intentando de nuevo tomarme.

-¡No!-Le señale con el dedo. Y cuanto mas me enojaba, mas me sonreía.

-No tienes idea de cuanto amo tu ceño fruncido.-solto. Abri mi boca, anonadada por lo tonto que sonaba eso.

-¡Estoy en serio enfada contigo!-Me puse firme.-Asi que, ¡alejate de mi!

-¿Por qué?-Camino lento hacia a mi, como un domador hacia un león.-¿a caso temes...-otro paso.-No poder...-Un paso mas.-Negarte a mis encantos?

La brecha se cerro y de nuevo Hikari estaba frente a mi.

Me obligue a mirar su pecho, era la única forma de ser fuerte.

>>Nerea.-repitio, sujetando mi mentón para que alzara la vista.

Tensione en vano mi cuello, porque al final, Hikari habia logrado su cometido: nos observábamos mutuamente.

-Te he dicho que te necesito como amigo, y si cruzamos esta raya, lo echaremos todo a perder.

-¿Quieres que siga fingiendo que soy gay? ¿eso te pone las cosas mas fáciles?

-Asi es.-asenti.

-¿y que hay de mi?

-¿Qué?

-¿Qué con lo que yo siento?

-¿Qué sientes exactamente, Hikari?-Me mantuve calma. Vamos, que no soy estoy en una telenovela de las 5.

Hablemos claro, por mas que haya habido deseo y encanto, no era tan fácil olvidarme del desastre de mi vida.

-Te lo he dicho, en dos idiomas.-Sonrio. ¡Maldito! ¡¿Por qué demonios me provocaba con esa sonrisa?!

Respire hondo, ocultando mis emociones. Llevaba años haciéndolo en mi matrimonio, uno aprende a fingir orgasmos, sonrisas, casi todo.

-Y yo no puedo correspónderte, lo siento... no te quiero, no de esa manera.-Crei que, ya que estábamos con el acting de novelita, el, como galan, hubiese puesto una cara de dolor, sufrimiento y sobreactuada tristeza (como si le hubiesen cortado los testículos)

Sin embargo, Hikari se limito a su habitual gesto feliz. Acaricio mi mejilla.

-¿Y ahora que...?-Dije arrugando mi frente.

-Creo que a estas alturas, me hubiese asombrado que me aceptes sin dar rodeos... pero lo comprendo, comprendo el muro emocional que estas creando... aunque, debes admitir, tarde o temprano sucederá, amor mio.

Mis ojos por poco se salen enteritos de las orbitas.

-¿Cómo? ¿me has dicho... "amor mio"?-Me rei, pero avergonzada. Hacia años que no tenia un apodo cariñoso, y Sergio jamás me habia dicho "amor mio"; lo que (y solo el lector lo sabra) hizo que sienta un apremio, un guiño de ojos desde el cielo, como el piropo mas bello que nunca nadie me habia dedicado.

Con mi mano quite su mano de mi mejilla, mientras se reia.

-Dejate de tonterías.

-Esta bien, puedes fingir que no ocurrio... pero te lo recordare cada dia que pases a mi lado.-Entrelazo sus dedos en los mios, lo cual sacudi con molestia.

-Tanta miel me empalaga.-repuse.

...

-Creia que las demosraciones de afecto no son propios de tu cultura.

-Te he dicho que soy mas que un "asiático".-respondio rodeando la mesa que nos separaba alcanzándome desde la cintura.

Habiamos pasado toda la semana asi. El persiguiéndome y yo huyendo. Era divertido, lo admito.

-¡Deja de acosarme, por Dios!-Tiro de mi, pero yo gire mi rostro, lo cual hizo que el me besara la mejilla de una sola vez.

Sonrei de lado al sentir sus labios contra mi piel, susurrando: "Te amo" demasiado evidente para que yo lo notara.

-¿Intentas ganar por cansancio?-Dije rodeando su cintura con mis brazos...

OKEY, lo admito, ya no podia seguir huyendo. Entre abstinencia y deseos por mi jefe y ex mejor amigo gay, lo único que podia hacer era corresponder un inocente abrazo.

Un abrazo no se niega a nadie ¿no es asi?

-Tu dime si funciona.-Hablo sobre mi oído. Lentamente, gire mi rostro hacia el, quedando a pocos centímetros uno del otro.

-Ahora entiendo el porque su super población...

-No soy chino...-al decir eso, me beso.

Como un desfribilador, me imaginaba mis neuronas siendo reanimadas como esas caricaturas.

"¡Despejen! (descarga eléctrica sobre mi cerebro)

¡Despejen! (Descarga eléctrica sobre mi corazón desinflado cual globo viejo)"

Al final, veía a las neuronas comicas alzando el dedo para asegurarme que todo iba bien. Que el corazón volvia a latir, que el cerebro sentía ya las endorfinas correr como en una autopista por mis venas.

Imaginaba a las células en general, a los órganos festejando, como una orgia, ebrios y alocados por amor.

Entre tanto, y por fuera de Nerea...

Hikari ya presionaba su cuerpo contra el mio. Nos habíamos movido a ciegas, tirando latas y algunos artículos de las góndolas, hasta que al final dimos con la caja.

De un tiron, me subió y quede envuelta con mis piernas sobre su cadera. Manos por aquí, manos por alla.

Si alguien nos viera, no sabria decir donde terminaba uno y comenzaba el otro.

Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora